OECD Multilingual Summaries

Ready to help?

Improving Resilience of Integration Systems for Refugees and other Vulnerable Migrants

Summary in Spanish

¿Dispuesto a ayudar?

Mejorar la recuperación de sistemas de integración para refugiados y otros migrantes vulnerables.

Resumen en español

La mayoría de los seis millones de refugiados en los países de la OCDE llegaron en los últimos cinco años, como parte del mayor flujo migratorio de nuestra historia reciente. Los desafíos que deben afrontar los países de la OCDE parra garantizar la integración de los refugiados y otros migrantes vulnerables se han visto exacerbados por este aumento en el flujo de migrantes en busca de protección. Tanto para esta como para otras situaciones de crisis en el futuro en otros lugares del mundo es necesario tomar nota de varias lecciones. En muchas regiones del mundo, las crisis humanitarias pueden generar amplios movimientos migratorios, sobretodo, en países en desarrollo. Los factores de riesgo que pueden desencadenar otras crisis humanitarias no parece que vayan a disminuir en el futuro. La comunidad internacional debe, por ello, atajar estas necesidades de integración de los más vulnerables, incluyendo a las personas afectadas por los desplazamientos forzosos y a otros migrantes en situación de vulnerabilidad.

Estos flujos récord, que ya han disminuido en algunos países, pero que se muestran continuos en otros, han dejado un legado de grandes exigencias en materia de integración en el mercado laboral, el sistema educativo y la sociedad. Por eso, la integración de refugiados y otros migrantes vulnerables es un objetivo crucial. Al mejorar las aptitudes para el empleo de los refugiados y otros migrantes vulnerables, los países pueden contribuir a que alcancen su pleno potencial económico y generen un impacto positivo en la economía. Con esto también se mejora su aceptación e inclusión social en la comunidad local. La falta de integración de refugiados y otros migrantes vulnerables no solo incrementa la exclusión social y las tensiones, sino que limita bruscamente las opciones políticas para gestionar los flujos del futuro.

Este informe pretende ayudar a los países de la OCDE a que estén mejor preparados para garantizar una buena integración de refugiados y otros migrantes vulnerables, especialmente en el contexto de los flujos repentinos y amplios. Basándose en las recomendaciones del Pacto Mundial sobre los Refugiados, así como en anteriores trabajos de la OCDE, y prestando especial atención a la reciente experiencia de los países de la OCDE, este informe identifica varias políticas que pueden mejorar la integración y brindar apoyo a los países de origen y destino.

La primera lección aprendida en este análisis es que, al contrario de lo que el público suele percibir, los sistemas implantados por los países de la OCDE han demostrado con creces ser capaces de manejar flujos repentinos e imprevistos de personas en busca de protección. En la mayoría de los casos, los países han conseguido ofrecer una acogida de emergencia, abordando las necesidades inmediatas de los migrantes vulnerables. La mayoría de los servicios generales de educación y empleo han continuado funcionando con normalidad. No obstante, no podemos ignorar los casos en los que dichos servicios no han podido estar a la altura de estas exigencias sin precedentes, o cuando los estándares de estos servicios se han puesto en entredicho. De estas lecciones se puede aprender para estar mejor preparados para encarar las presiones de las futuras llegadas repentinas.

La recuperación de los sistemas para superar este desafío se debe, en gran parte, a las medidas ad hoc, y no tanto a los planes de repuesta rápida preestablecidos. La flexibilidad del gobierno en la respuesta debería verse como algo positivo, pero implicó un coste elevado. Los canales para la consulta y la colaboración con socios en cada país y más allá deberán establecerse de nuevo. Además de los costes financieros más elevados, la falta de plan creó una percepción por parte del público de flujos migratorios fuera de control y desintegración de los sistemas. La consiguiente crisis política fue mucho mayor de lo que la propia crisis humanitaria podría justificar.

La segunda lección aprendida es que la integración de los refugiados y otros migrantes vulnerables que siguió a la crisis es un compromiso de larga data, aún más difícil que la acogida inicial. Las experiencias en los países de la OCDE nos muestran que aunque los refugiados y otros migrantes vulnerables se quedan irremediablemente atrás, en cuanto a otros migrantes al acceder al mercado laboral, hay un gran abanico de políticas que han demostrado ser eficaces en la integración a medio y largo plazo.

La tercera lección aprendida es que ningún país puede gestionar la compleja integración de los refugiados y otros migrantes vulnerables por si solo. Los países de acogida pueden compartir la carga de la respuesta a los picos migratorios solicitando protección internacional, ayudando a los otros a prepararse e informarse mejor y compartiendo buenas prácticas. La integración en un único país de acogida puede conllevar un efecto goteo en la percepción y las perspectivas de los migrantes vulnerables en otros países. De hecho, los fallos en un país pueden complicar las políticas de desarrollo en otros.

Otra área de coordinación internacional que se puede explorar es la de la promoción de una mayor coherencia entre actores humanitarios, de desarrollo y de consolidación de la paz en sus actividades de apoyo a los países de acogida en desarrollo, donde se sitúa el 85 % de los refugiados del mundo. Unas alianzas más robustas al seleccionar la ayuda y la asistencia pueden contribuir a alcanzar objetivos mutuos en materia de integración y protección de refugiados y otros migrantes vulnerables. La cooperación para el desarrollo y otros tipos de asistencia financiera en situaciones de desplazamiento forzoso también pueden aliviar la presión sobre dichos países. Otra manera de compartir la carga con los países de acogida en desarrollo es brindando opciones de reasentamiento y vías jurídicas complementarias a las personas que necesiten protección.

Asimismo, la cuarta lección aprendida es que ningún gobierno central puede estar seguro de que haya integración sin colaborar con otros actores. El Pacto Mundial de Naciones Unidas sobre Refugiados reconoce el importante papel de todos los actores clave, incluidos, entre otros, las autoridades locales, la sociedad civil y el sector privado. Además, el Pacto Mundial de Naciones Unidas para la Migración Segura, Ordenada y Regular, pide que las políticas de integración nacionales incluyan a los gobiernos locales y, en la medida de lo posible, a organizaciones de la sociedad civil, organizaciones de empleadores y trabajadores y otros actores, por ejemplo, organizaciones del tercer sector y empresas sociales. Los niveles de gobierno subnacionales, como los gobiernos locales, desempeñan un papel importante y tienen que estar involucrados. Es necesario que exista un enfoque de toda la sociedad, en el que se compartan las responsabilidades según los acuerdos de gobernanza en múltiples niveles en vigor.

La quinta lección es que la continuidad de la acción pública es esencial para que la respuesta sea eficaz. Muchos países de la OCDE han aumentado los presupuestos de apoyo a la integración de refugiados y otros migrantes vulnerables. Estos recursos son adecuados, siempre y cuando se implemente un plan efectivo. Dicho plan deberá tener en cuenta un enfoque de toda la sociedad, contar con múltiples actores y niveles de gobierno, identificar a diversos grupos y socios meta y establecer mecanismos sólidos de evaluación y retroalimentación. Existen varios elementos para la continuidad: Primero, el plan debe recibir un respaldo continuo. La capacidad y el conocimiento institucionales deberían preservarse incluso cuando terminen las intervenciones. Segundo, los migrantes vulnerables tendrán que recibir apoyo con diferentes estrategias en todo el viaje desde el país de origen hasta el país de acogida y en todas las fases del asentamiento y la integración. El retorno y la reintegración voluntarios en los países de origen, siempre que se puede garantizar, son una pieza clave en la estrategia de continuidad.

Los países de la OCDE pueden prepararse mejor para grandes flujos de refugiados y otros migrantes vulnerables en el futuro. Para ello es necesario, entre otros, mejorar los sistemas de alerta temprana, pero también establecer canales de cooperación con los socios (internacionales y nacionales) que se puedan activar rápidamente. La comunicación con el público forma, asimismo, parte de esta respuesta. Una mayor información sobre la integración de refugiados y otros migrantes vulnerables ayuda a crear las políticas adecuadas, asiste a los migrantes al elegir las actividades que mejor se adapten a ellos para conseguir la integración y establece unas expectativas realistas para el público. Hay una gran gama de herramientas de intervenciones políticas específicas que apoyan la integración de refugiados y otros migrantes vulnerables. Ahora que muchos países de la OCDE surgen de la fase de crisis es importante que se incluya el feedback de sus recientes experiencias en los planes de respuesta rápida para el futuro. No hay motivos para mantener la guardia baja o no estar bien equipados.