3. Cereales

El crecimiento de los rendimientos impulsa la producción, pero los mercados afrontan incertidumbre y volatilidad de los precios

Los precios internacionales de los cereales aumentaron hasta 2021 y cerraron en el nivel más alto de los últimos nueve años. La escasa oferta mundial, combinada con la gran demanda y la incertidumbre relacionadas con la política comercial, provocaron que los precios promedio del trigo y de otros cereales secundarios subieran cerca de 30% en comparación con el año natural de 2020. Los precios del maíz fueron 50% mayores que los del año natural anterior, principalmente a causa de la incertidumbre respecto de la producción en América del Sur, el aumento de los costos de producción y el gran volumen de importaciones de maíz por parte de la República Popular China (en adelante, China). En cambio, los precios internacionales del arroz se situaron por debajo de los niveles de 2020, pues la amplia oferta exportable intensificó la competencia entre los exportadores.

Durante los próximos 10 años, el aumento de los rendimientos y la intensificación de la superficie incrementarán la producción mundial de cereales motivada por los límites registrados en la tierra cultivable disponible. Se supone que las variedades de semillas mejoradas y más accesibles, la mayor eficiencia en el uso de insumos y mejores prácticas agrícolas aumentarán los rendimientos. Sin embargo, el acceso limitado a nuevas tecnologías en algunos países y la falta de inversión podrían restringir el crecimiento. Asimismo, la cada vez mayor preocupación por el medio ambiente, reflejada también en las nuevas políticas (como los Objetivos del Pacto Verde de la Unión Europea), podría incluso reducir los rendimientos promedio.

Se espera que, durante este decenio, la producción de cereales se incremente en 343 millones de toneladas (Mt) (+ 12%). Casi la mitad de dicho aumento provendrá del maíz, en tanto que el trigo y el arroz representarán alrededor de 20% cada uno, y otros cereales secundarios, 10% restante. Más de la mitad del aumento en la producción del trigo se originará en India, la Federación de Rusia (en adelante, Rusia) y Canadá. Estados Unidos de América (en adelante, Estados Unidos), China y la República Federativa de Brasil (en adelante, Brasil) representarán más de la mitad del incremento en la producción de maíz. Para otros cereales secundarios (cebada, avena, centeno, sorgo, mijo y otros cereales), el mayor incremento de la producción tendrá lugar en India, África subsahariana (sobre todo Níger y Malí), la República Democrática Federal de Etiopía (en adelante, Etiopía) y Canadá; en cuanto al arroz, India, China y el Sudeste asiático, incluidos el Reino de Tailandia (en adelante, Tailandia), la República Socialista de Viet Nam (en adelante, Viet Nam), Myanmar y Camboya, serán los países que más aportarán al incremento de la producción.

A mediano plazo, el crecimiento de la demanda de cereales sería más bajo en comparación con la década pasada, por la combinación de varios factores: primero, se prevé que el crecimiento de la demanda de forraje se desacelerará; segundo, la tasa de aumento de la demanda de cereales para biocombustibles y otros usos industriales disminuirá; y tercero, el consumo humano directo per cápita de la mayoría de los cereales alcanzó niveles de saturación en muchos países. No obstante, el crecimiento demográfico incrementará el consumo de cereales para uso alimentario, principalmente en los países de ingresos bajos y medios bajos. En particular, el trigo y el arroz se mantendrán como componentes importantes de la dieta de Asia, mientras que el mijo, el sorgo y el maíz blanco seguirán siendo alimentos básicos relevantes en África. El arroz también será parte cada vez más importante de las dietas africanas.

A nivel mundial, alrededor de 16% de la producción de cereales se comercializó internacionalmente en 2021, oscilando entre 10% para el arroz y 24% para el trigo. Se prevé que la proporción de la producción comercializada de cereales subirá ligeramente a 17% para 2031, en gran parte motivado por el incremento de la participación del trigo y el arroz en el comercio. En términos de volumen, los superávits y déficits netos de cereales muestran una pauta regional clara (Figura 3.1). Sin embargo, estas pautas difieren entre los distintos cereales. Por ejemplo, se prevé que la mayor parte del excedente exportable de arroz se mantendrá concentrado en los países asiáticos, y que en América Latina y el Caribe la exportación de maíz se compensará en gran medida con las importaciones de trigo. En general, se prevé que durante los siguientes 10 años varios países africanos y asiáticos dependerán más de las importaciones de cereales.

Se prevé que el comercio mundial de cereales se incrementará 15%, para llegar a 531 Mt en 2031. El trigo aportará 40% a este aumento, y el maíz, el arroz y otros cereales secundarios representarán 30%, 16% y 8%, respectivamente. Rusia se mantendrá como el mayor exportador de trigo, al representar 22% de las exportaciones mundiales para 2031. En el caso del maíz, Estados Unidos seguirá siendo el principal exportador, seguido por Brasil, Argentina y Ucrania. La Unión Europea, Australia, Rusia, Canadá y Estados Unidos serán los mayores exportadores de otros cereales secundarios. India, Tailandia y Viet Nam continuarán encabezando las exportaciones de arroz, y Camboya y Myanmar aumentarán cada vez más su participación en dichas exportaciones. La demanda de forraje de China seguirá representando un factor importante en los mercados de cereales. Si bien las proyecciones suponen que las importaciones chinas de maíz y trigo se ubicarán por debajo de los niveles definidos por el contingente arancelario (TRQ) hasta 2031, cualquier cambio en este supuesto modificaría los mercados de cereales.

Es probable que los precios nominales de los cereales se mantengan altos en la campaña comercial 2022/2023, pero, de haber rendimientos promedio y estabilidad geopolítica, podrían retomar su tendencia a la baja a largo plazo en términos reales hasta 2031. Los precios de los cereales se han mostrado muy volátiles a causa de los recientes trastornos en la cadena de suministro nacional y mundial derivados de la pandemia de COVID-19, la guerra de Rusia contra Ucrania, las enfermedades de los animales, la variabilidad de los rendimientos, los altos costos de los fertilizantes y del transporte, y el entorno macroeconómico con la elevada inflación. Por supuesto, estos factores podrían alterar los precios previstos en estas Perspectivas. Además, otros elementos, como las interrupciones comerciales causadas por la inestabilidad política y las iniciativas para atender la inflación interna, podrían afectar seriamente a los mercados. Si bien algunos países manifestaron su interés por aplicar estrategias específicas centradas en el control de los precios internos –por ejemplo, acumular reservas o restringir exportaciones–, en muchos casos el marco regulatorio y su aplicación aún no quedan claros. Por último, los precios de los cereales podrían también mostrarse más volátiles por la creciente exposición de las regiones a fenómenos meteorológicos extremos.

Fuerte aumento de los precios del trigo y el maíz

Los precios de exportación de los cereales se han elevado desde mediados de 2020 y, según el Índice de la FAO para los precios de los cereales, al cierre del año natural 2021 alcanzaron el nivel más alto de los últimos nueve años. Las alzas de precios registradas durante 2020 se atribuyeron en gran medida a las perturbaciones causadas por la pandemia de COVID-19 y a un fuerte incremento de las importaciones de maíz por parte de China, y las registradas en 2021, a los fuertes aumentos de los precios del trigo y del maíz, que compensaron la caída de los precios internacionales del arroz. En 2021, las cotizaciones de las exportaciones de trigo aumentaron 31% promedio, debido principalmente a la escasa disponibilidad mundial —sobre todo de trigo de alta calidad—, tras la reducción de las cosechas en los principales países productores, como Canadá, Estados Unidos y Rusia.

La fuerte demanda mundial, proveniente especialmente de Cercano Oriente, así como la incertidumbre sobre las políticas comerciales reforzaron aún más las cotizaciones de las exportaciones de trigo. Los precios de exportación de los cereales secundarios registraron un aumento de 42% en 2021, motivado por la incertidumbre acerca de la producción de maíz en América del Sur, el incremento de los costos de los insumos y del transporte, el alza de los precios de la energía, las interrupciones en los puertos, la escasez de suministros de cebada y la competencia de los mercados de trigo fuertes.

Por otro lado, en 2021 los precios internacionales del arroz se situaron en promedio 4% por debajo de su nivel en 2020 a causa de la amplia disponibilidad de exportación, lo cual intensificó la competencia por los mercados. Se supone que la dinámica que sostiene la reciente evolución de los precios de los cereales es a corto plazo y se espera que en los años sucesivos la oferta y la demanda mundiales volverán a niveles menos volátiles.

Los países asiáticos liderarán el crecimiento de la demanda de cereales para alimentación y forraje

Entre 49% y 65% del consumo mundial de cereales corresponde a los cinco principales países consumidores de cada producto, lo que indica que la concentración es menor que la de la producción (Figura 3.2). Se prevé que el uso mundial de cereales aumentará ligeramente, de 2.8 miles de millones de toneladas (Mmt) en el periodo base a 3.1 Mmt en 2031, impulsado en gran medida por un mayor uso alimentario (+157 Mt), seguido del uso para forraje (+150 Mt). Los países asiáticos representarán más de la mitad del incremento de la demanda previsto.

Se espera que durante este decenio, el mayor consumo mundial de cereales para forraje esté encabezado por el maíz (1.3% anual), seguido del trigo (0.8% anual) y otros cereales secundarios (0.7% anual). Sin embargo, se espera que el consumo de cereales para alimentación aumente con mayor lentitud que en la década pasada.

Se espera que el consumo de trigo aumente 11% para 2031. Cuatro países representan 40% de este aumento: India (+17 Mt), China (+8 Mt), República Islámica del Pakistán (en adelante, Pakistán) (+6 Mt) y República Árabe de Egipto (en adelante, Egipto) (+4 Mt). Se prevé que el uso alimentario mundial de trigo subirá 57 Mt, pero se mantendrá estable en cerca de 70% del consumo total; el crecimiento será más lento en comparación con la década anterior a medida que se ralentice el aumento de la población mundial. Se espera que el uso de trigo para forraje aumente en 20 Mt (Figura 3.3).

A nivel mundial, el aumento previsto del trigo para uso alimentario es más de dos veces mayor que el aumento del forraje, en especial en Asia, donde la demanda de productos procesados, como productos de repostería y los fideos, va en aumento. Estos productos requieren un trigo de mayor calidad rico en proteínas, el cual proviene de Estados Unidos, Canadá, Australia y, en menor medida, la Unión Europea. Los países de Oriente Medio, como Egipto, Argelia y la República Islámica del Irán (en adelante, Irán), seguirán siendo los principales consumidores de trigo, con niveles altos de consumo per cápita. Se espera que la producción mundial de etanol basado en trigo se recupere, ya que los aumentos de producción en India y China compensan la reducción en la Unión Europea.

Se prevé que el consumo mundial de maíz se incrementará a una tasa de 1% anual, a un ritmo mucho más lento en comparación con el 2.9% anual registrado en la década anterior. Esto se debe sobre todo al aumento de los ingresos, el cual se refleja en un aumento de la demanda de forraje, que representa la mayor parte del uso total, al subir de 58% en el periodo base a cerca de 60% para 2031. Motivado por la rápida expansión de los sectores ganadero y avícola, 33% del aumento en el consumo de forraje provendrá de los países asiáticos. Se espera que la demanda mundial de forraje aumente de 116 Mt a 806 Mt, principalmente en China (+27 Mt), Estados Unidos (+26 Mt), Brasil (+9 Mt), India y Viet Nam (+5 Mt cada uno), y Egipto (+4.5 Mt). En particular, el consumo en el Sudeste asiático aumentará a causa de su industria avícola en rápida expansión.

Se espera que el uso del maíz como alimento aumente sobre todo en África subsahariana, cuyo crecimiento demográfico es fuerte. El maíz blanco, en particular, seguirá siendo un alimento básico importante, al representar cerca de una cuarta parte de la ingesta calórica total. En general, el crecimiento del consumo de maíz como alimento es mayor en los países africanos, con alrededor de 1.4% anual.

A nivel mundial, se espera que el uso de maíz para la producción de biocombustibles se mantenga estable, dada la restricción del mercado internacional de etanol por las políticas de biocombustibles (Figura 3.3). Sin embargo, se prevé que el uso de etanol basado en maíz disminuirá en China y la Unión Europea, pero aumentará en Estados Unidos.

Se prevé que, durante los próximos 10 años, el uso mundial de otros cereales secundarios crecerá 32 Mt (es decir, 0.9% anual, en comparación con 0.7% anual de la década anterior), impulsado por los países africanos y asiáticos (+15 Mt cada uno), y que el consumo se mantendrá estable en los países de ingresos altos. Se prevé que la proporción de los alimentos en el consumo total crecerá alrededor de 27% en el periodo base a 29% para 2031, debido al aumento de la demanda de alimentos en África (+14 Mt). Los países de África subsahariana, en particular Etiopía, dependen en gran medida del mijo como fuente de alimentación.

El arroz se consume mayoritariamente como alimento básico principal en Asia, América Latina y el Caribe, y cada vez más en África. Se espera que el consumo mundial de arroz aumente 1.1% anual, al igual que en la última década, y que los países asiáticos representen 70% del aumento previsto, debido en gran parte al crecimiento de la población, más que al crecimiento del consumo per cápita (Cuadro 3.1). De todas las regiones, solo en África se prevé un aumento notable del consumo de arroz per cápita. A nivel mundial, se prevé que el uso alimentario promedio per cápita de arroz aumente 1 kg, a cerca de 55 kg al año.

La tecnología y las prácticas de cultivo mejoradas mantienen el rendimiento y el aumento de la producción

Se espera que la superficie mundial cosechada de cereales crezca 19 millones de hectáreas (Mha) (3%) para 2031. Se expandirá cerca de 9 Mha en los países asiáticos, sobre todo en India y Kazajstán. A nivel mundial, se prevé que las superficies de trigo y maíz aumentarán 3% y 5%, mientras se espera que las superficies de otros cereales secundarios y arroz aumenten 2% y 1%, respectivamente. Las decrecientes superficies cosechadas de arroz en China, Viet Nam y Brasil se compensarán con aumentos en India y los países africanos. Dado que la expansión de tierras se verá limitada por su escasa disponibilidad en comparación con la década pasada, por el resultado de las restricciones impuestas a la conversión de bosques o pastos en tierras arables, así como de la urbanización en curso, se espera que el incremento de la producción mundial se deba en gran medida a la intensificación. Se espera que el crecimiento de los rendimientos, impulsado por la mejora de la tecnología y las prácticas de cultivo en los países de ingresos medios, en particular, sustente la producción futura de cereales. Se espera que los rendimientos mundiales se eleven 6% para el trigo, 7% para otros cereales secundarios, 8% para el maíz y 12% para el arroz.

Se espera que la producción mundial de trigo aumente 70 Mt para sumar 840 Mt para 2031, de los cuales 35 Mt corresponderán a Asia (Figura 3.4), lo que representa un ritmo de crecimiento más lento que el de la década pasada.

Se espera que India, el tercer mayor productor de trigo del mundo, aporte la mayor proporción de la oferta adicional de este cereal, al aumentar su producción en 18 Mt para 2031, impulsado por las mejoras en el rendimiento y la expansión de la superficie como respuesta a las políticas nacionales orientadas a mejorar la autosuficiencia de este producto. Habrá considerables incrementos en la producción de Rusia (14.1 Mt), Canadá (7 Mt), Pakistán (5 Mt) y Kazajstán (4 Mt). En Rusia, India y Kazajstán, las superficies adicionales plantadas con trigo equivaldrán a más de dos tercios de la expansión de la superficie mundial, incluso para la siembra de trigo de primavera. Se prevé que China se mantendrá como el mayor productor de trigo para 2031 (Figura 3.5).

Se espera que la producción mundial de maíz crezca 161 Mt, para sumar 1.33 Mmt para 2031, y que los mayores incrementos se registren en Estados Unidos (50 Mt), seguido de China (32 Mt), Brasil (24 Mt) y Argentina (6 Mt). El incremento de la producción en Brasil será impulsado por el aumento de este cereal como segundo cultivo, después de la cosecha de soya. Se espera que el crecimiento de la producción en Estados Unidos se desacelere a 0.6% anual durante los 10 próximos años, en comparación con 1.9% anual de la década anterior, relacionado con el menor crecimiento de la demanda interna, particularmente de etanol. Los mayores rendimientos se verán compensados por una disminución de la superficie sembrada en competencia con la soya en Estados Unidos.

En África subsahariana, se prevé que la producción total de maíz crecerá 25.8 Mt, de las cuales el maíz blanco –un cultivo importante de alimentos básicos de la región– constituirá la mayor proporción. Se espera que los aumentos en la producción de maíz provengan principalmente de las mejoras en el rendimiento.

La producción de maíz en China disminuyó entre 2015 y 2018 por los cambios en las políticas públicas efectuados en 2016, los cuales redujeron los apoyos al precio de este cereal para terminar con la acumulación de existencias; las ayudas se sustituyeron por políticas de compras orientadas al mercado, en combinación con subsidios directos a los productores. En 2015, el coeficiente reservas-utilización del maíz, que se estimó en casi 80%, bajó a cerca de 53% en los últimos tres años, cifra muy cercana al coeficiente estimado para el periodo 2007 a 2009, antes de que las reservas comenzaran a acumularse. Esto indica que el periodo de liberación de existencias temporales parece haber terminado. Se supone que durante el periodo de previsión se mantendrá un coeficiente reservas-utilización de aproximadamente 50%. A medida que los productores chinos se adapten a la nueva política, la competitividad de la producción de maíz debería aumentar. De hecho, se prevé que China hará la segunda mayor aportación (20%) a los incrementos de la producción mundial de este cereal, después de Estados Unidos (26%).

Se prevé que la producción mundial de otros cereales secundarios —sorgo, cebada, mijo, centeno y avena— ascenderá a 335 Mt para 2031, lo que supone un aumento de 28 Mt respecto del periodo base. Los países africanos serán los que más aporten (16 Mt). La población de África es la que crece con mayor rapidez y depende de cereales como el mijo y el sorgo, principalmente para uso alimentario. Se espera que cerca de la mitad del aumento de la producción mundial de otros cereales secundarios provenga de países africanos y que Etiopía aporte 4 Mt adicionales para llegar a 17 Mt en 2031, mientras que India añadirá 5 Mt. La producción en la Unión Europea no crecerá en comparación con el periodo base (que incluye la cosecha récord de 2020), debido al menor crecimiento de la demanda de forraje y a cambios en su composición, que favorecen al maíz en lugar de la cebada. En Estados Unidos, la producción se mantendrá estancada tras las cosechas históricamente grandes logradas en el periodo 2021/2022.

Se espera que la producción mundial de arroz crezca 68 Mt para alcanzar 584 Mt en 2031. Asimismo, se espera que el crecimiento de la producción en los países asiáticos, los cuales representan la mayor parte de la producción mundial de arroz, sea sólido. El mayor crecimiento se espera en India (+26 Mt), seguido por la región de los países menos adelantados (PMA) de Asia (+12 Mt), China (+8.8 Mt), Tailandia (+5 Mt) y Viet Nam (4 Mt). India seguirá posicionada como un productor principal de arroz índica y de arroz basmati. Se espera que Viet Nam incremente su producción, más que nada mediante las mejoras en el rendimiento, en tanto que la superficie cosechada disminuya, siempre y cuando los esfuerzos gubernamentales para fomentar el cambio a cultivos alternativos continúen y sean eficaces. Se espera que China, el mayor productor de arroz del mundo, aumente su producción a un ritmo más lento que el de los últimos 10 años. También se espera que el aumento de la producción prevista en China dependerá de las mejoras en el rendimiento, ante la expectativa de que se mantengan las medidas para no cultivar en las tierras menos productivas, como parte de un plan más amplio dirigido a mejorar la calidad de la producción de arroz. Se prevé que la producción de los países de ingresos altos, como la República de Corea (en adelante, Corea), Japón y la Unión Europea, caerá ligeramente por debajo del nivel de producción del periodo base, en tanto que la producción de Estados Unidos y Australia se expandirá cerca de 0.3% y 1.7% anual, respectivamente.

El comercio mundial de cereales seguirá al alza, pero cambiará la participación de los países

En la actualidad, el comercio de cereales representa alrededor de 16% del consumo mundial y se prevé que aumentará ligeramente a 17% para 2031. Tradicionalmente, el continente americano y Europa suministran cereales a Asia y África, donde la creciente demanda de cereales para uso alimentario y para forraje motivada por el crecimiento demográfico y la expansión del sector ganadero está aumentando con mayor rapidez que la producción nacional. Se espera que esta tendencia floreciente se mantenga durante el periodo de proyección, con un aumento de las exportaciones de cereales de 15% desde el año base hasta 2031. En la Figura 3.7 se aprecia cuán importante es el comercio de cereales en relación con la producción y el consumo. Mientras que en América Latina y el Caribe y Oceanía el comercio neto de cereales es bajo, la participación de las exportaciones de cereales en la producción nacional es la más alta de todas las regiones. Para 2031, en América Latina y el Caribe, tanto las importaciones como las exportaciones de cereales representarán cerca de 30% del consumo y la producción nacionales, respectivamente. Entre todas las regiones, es en África donde las importaciones de cereales contribuyen en mayor medida al consumo interno y, para 2031, casi 35% del uso interno de cereales en este continente se originará en países no africanos.

Se espera que las exportaciones de trigo crezcan de 28 Mt a 217 Mt para 2031 y que Rusia sostenga su posición como el principal exportador, representando 22% de las exportaciones mundiales en 2031 (Figura 3.8).

Para 2031, la Unión Europea, la segunda mayor exportadora de trigo, representará 14% del comercio mundial, aunque se prevé que las exportaciones se mantendrán por debajo de los volúmenes sin precedentes registrados en 2019. En comparación con el periodo base, la Unión Europea está perdiendo cuotas de mercado internacionales, principalmente porque se prevé que la producción nacional crezca más lentamente. Si bien es posible que Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea pueden perder su cuota de exportación global, se espera que conserven los mercados de trigo proteico de mayor calidad, en particular en Asia. Rusia y Ucrania pueden participar en estos mercados, pero serán más competitivos en los mercados de trigo blando, como los de Oriente Medio y África Oriental. Las importaciones de trigo de las regiones de Cercano Oriente y África del Norte mantendrán una participación estable de 26% del comercio total durante el decenio.

Se espera que las exportaciones de maíz aumenten 22 Mt para sumar 196 Mt para 2031. La participación de las exportaciones de los cinco principales exportadores –Estados Unidos, Brasil, Argentina, Ucrania y Rusia– representará casi 90% del comercio total para 2031. Se espera que Estados Unidos se mantenga como el principal exportador de maíz, aunque por debajo del pico del año base (2019-2021); y que su participación en las exportaciones baje ligeramente a 29%. Se espera un aumento de las cuotas de exportación de Brasil (21%), a medida que aumente la producción de maíz como segundo cultivo. La región de los PMA de África subsahariana seguirá desempeñando un papel importante en el suministro de maíz blanco para el consumo alimentario en la región. Sudáfrica seguirá siendo un proveedor regional, pero su expansión será limitada, ya que produce variedades modificadas genéticamente que se enfrentan a restricciones en los países vecinos.

Se prevé que México se convertirá en el mayor importador de maíz, pues el crecimiento de las importaciones en la Unión Europea se está desacelerando y se espera que los grandes volúmenes de importación de China en 2020 y 2021, que convirtieron al país en el principal importador, hayan sido un fenómeno a corto plazo. Se espera que Egipto supere a Corea y se convierta en el quinto mayor importador de maíz para 2031 (Figura 3.8).

El volumen del comercio internacional de otros cereales secundarios, dominado por la cebada y el sorgo, es mucho menor que el del maíz o el trigo. Se espera que las exportaciones crezcan 12 Mt y lleguen a 53 Mt en 2031. Se prevé que, en 2031, los cinco principales exportadores –la Unión Europea, Australia, Rusia, Canadá y Estados Unidos– representen 72% del comercio mundial, ligeramente por arriba del valor en el periodo base y debido principalmente al aumento de las exportaciones por parte de Rusia. Los cinco principales importadores –China, el Reino de Arabia Saudita, la República Islámica del Irán, Turquía y Japón– absorben casi 70% del comercio mundial, y se espera que China represente 39% para 2031.

Se supone que la producción de maíz en China aumentará de manera más significativa que en la década pasada, por lo que el déficit de forraje neto de 2021 y 2022 disminuirá a mediano plazo. Se supone que las importaciones de maíz volverán a ubicarse por debajo de su TRQ acordado en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y sumarán 6.8 Mt en 2031, en tanto se prevé que las importaciones de sorgo y cebada se incrementarán a 19 Mt.

Durante los últimos 10 años, el comercio de arroz creció a una tasa de 1.9% anual. Se espera que esta cifra crezca a 2.4% anual y que los volúmenes totales de las exportaciones aumenten 16 Mt, para llegar a 64 Mt en 2031. Se espera que el porcentaje de exportaciones de los cinco principales exportadores de arroz —India, Tailandia, Viet Nam, Pakistán y Estados Unidos— aumente de 76% a 81%. Se prevé que India continuará siendo el principal proveedor de arroz del mundo, mientras que los cambios en curso en la composición varietal de la producción y la mayor concentración en el cultivo de cepas de mayor calidad podrían ayudar a Viet Nam a expandir su participación de mercado en otras regiones fuera de Asia. Se prevé que Tailandia continuará desempeñando una función importante en las exportaciones mundiales, aunque tendrá que enfrentar mayor competencia.

Se prevé que las exportaciones de los PMA de Asia, en particular Camboya y Myanmar, registrarán una fuerte expansión, con un aumento conjunto de los embarques de arroz de 55%: de 3.8 Mt en el periodo base a 5.9 Mt para 2031, ante la expectativa de que los grandes suministros exportables permitirán que estos países alcancen una mayor participación en los mercados asiáticos y africanos. Históricamente, el arroz índica ha representado la mayor parte del arroz comercializado a nivel internacional; sin embargo, se espera que la demanda de otras variedades continúe creciendo durante el periodo de proyección.

Se espera que las importaciones de China, el mayor importador de arroz durante el periodo base, solo crezcan ligeramente. Se prevé que las importaciones aumentarán más en los países africanos, donde se espera que el crecimiento de la demanda continúe superando a la producción. Asimismo, se prevé que Nigeria se convertirá en el mayor importador de arroz, con un aumento de las importaciones de 3 Mt a 5 Mt, o el equivalente a 45% del consumo nacional previsto para 2031. En general, se espera que las importaciones de los países africanos aumenten de 17 Mt en el periodo base a 32 Mt para 2031, con lo que la participación de África en las importaciones mundiales subirá de 37% a 49%. Además de China y Nigeria, se prevé que para 2031 el grupo de los cinco principales importadores incluirá a Filipinas, Viet Nam y la Unión Europea. Se espera que estos países representen en conjunto 23% de las importaciones mundiales de arroz para 2031, una participación similar a la del periodo base.

Se espera que los precios reales de los cereales disminuyan durante el decenio

En el año natural 2021, el precio mundial del trigo alcanzó un promedio de USD 263/t –el más alto desde 2015– y siguió aumentando en los primeros meses de 2022. Se prevé que para 2031 los precios nominales del trigo aumenten por arriba de USD 271/t, debido a las expectativas de cosechas promedio y al moderado crecimiento de las exportaciones y del uso alimentario.

En el año natural 2021, el precio mundial del maíz registró un promedio de USD 259/t, el nivel más alto desde 2013. A mediano plazo, la disminución de las existencias, combinada con la fuerte demanda mundial de forraje, sustentará los precios del maíz, que para 2031 ascenderán a USD 206/t.

El precio mundial promedio anual del mercado de otros cereales secundarios en 2021 fue de USD 273/t, cifra ligeramente por debajo del pico histórico de 2012. Se espera que para 2031, el precio nominal del mercado mundial de otros cereales secundarios ascienda a USD 245/t, sostenido por la creciente demanda de importaciones, sobre todo de China.

Entre 2019 y 2021, el precio de referencia de exportación utilizado para el arroz elaborado (índice de la FAO para todo el arroz normalizado a India 5%) se desplazó dentro de una estrecha banda de USD 387/t y USD 420/t. A mediano plazo, aunque se espera el crecimiento de la demanda de los países de Asia, África y Oriente Medio, para 2031 el aumento correspondiente de la oferta de los exportadores generará precios nominales de USD 416/t.

Se espera que la crisis económica actual provoque un incremento de los precios de los cereales en 2022 y 2023, pero que a mediano plazo los precios del trigo, el maíz, otros cereales secundarios y el arroz disminuyan para 2031 en términos reales, cuando se ajusten por inflación.

¿Un entorno de mercado y de políticas públicas mucho más volátil en los próximos 10 años?

Más que la mayoría de los demás productos básicos, los mercados de cereales fueron y podrían seguir viéndose notablemente afectados por el resultado de la guerra, dada su fuerte participación en los mercados internacionales, en especial del trigo y el maíz, así como de los fertilizantes y los combustibles fósiles. Si la crisis se prolonga, las expectativas de crecimiento de la producción y de las exportaciones de cereales por parte de ambos países, sobre todo de Ucrania, serían menores que las presentadas en estas Perspectivas. Además, ante una crisis continua, los países de África Oriental y de la región del Cercano Oriente y África del Norte (NENA), que ahora dependen de las importaciones de cereales de la región del Mar Negro, tendrían que encontrar nuevas fuentes de cereales. El aumento de los precios de los fertilizantes debido a las constantes interrupciones en el suministro, a la guerra y a otros factores, puede conducir a una disminución de los rendimientos a corto plazo, sobre todo en los países de ingresos bajos. El aumento resultante en los precios de los productos básicos agravaría una situación de seguridad alimentaria internacional ya potencialmente difícil.

Varios factores podrían afectar el mercado de los cereales, los cuales no se reflejan en las proyecciones actuales. Si bien los supuestos normales sobre el clima generan perspectivas de producción positivas para las principales regiones productoras de cereales, los fenómenos meteorológicos extremos, acentuados por el cambio climático, pueden provocar mayor volatilidad en los rendimientos de los cereales, lo cual afectaría los suministros y los precios mundiales. Algunas regiones corren mayor riesgo de escasez de agua, lo que limitaría la producción.

El entorno de políticas públicas será decisivo. Reforzar la seguridad alimentaria y enfocarse en una mayor sostenibilidad en las reformas previstas (por ejemplo, la Estrategia de la Granja a la Mesa en la Unión Europea), así como las políticas públicas que favorecen los biocombustibles (Brasil e India), aumentarán la competencia en la demanda de cereales. Las políticas internas de China, que influyen cada vez más en su producción nacional y en su demanda de importaciones, también son cruciales para la futura evolución de los mercados de cereales (Recuadro 3.1). Las restricciones comerciales podrían provocar reacciones en el mercado y cambios en los flujos comerciales, como las pasadas medidas de exportación aplicadas a los cereales y al arroz. Los cambios en la política relacionada con los organismos genéticamente modificados (OMG) y la edición genética podrían ejercer considerable impacto en el potencial de producción de cereales a nivel mundial, al igual que la velocidad de adopción de las tecnologías disponibles y prácticas agrícolas mejoradas.

Las plagas de los cultivos y las enfermedades de los animales son un riesgo constante que podría alterar la oferta y la demanda de cereales. Del lado de la oferta, esto se aplica a las regiones con recursos limitados para mitigar los impactos de dichos acontecimientos. Ejemplos de ello son los recientes brotes de langosta y del gusano cogollero, que debilitaron la seguridad alimentaria en varios países asiáticos y africanos. Las enfermedades de los animales podrían reducir la demanda de forraje, como se observó recientemente con los efectos del brote de peste porcina africana (PPA) en el Sudeste asiático.

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