OECD Multilingual Summaries

International Migration Outlook 2019

Summary in Spanish

Perspectivas de migración internacional 2019

Resumen en español

Un 2 % más de migración en los países de la OCDE en 2018

Los países de la OCDE recibieron alrededor de 5,3 millones de migrantes permanentes nuevos en 2018, un incremento del 2 % en comparación con 2017, según los datos preliminares. Desde 2015, los países europeos de la OCDE han recibido colectivamente a más migrantes permanentes que los Estados Unidos. Sin embargo, Estados Unidos sigue siendo el principal país de destino para los migrantes, seguido de Alemania.

En 2018, el número de solicitudes de asilo en los países de la OCDE disminuyó a 1,09 millones. Esto representa una caída del 34 % en comparación con los 1,65 millones de solicitudes registradas tanto en 2015 como en 2016, una cifra récord. La mayoría de los demandantes de asilo provenía de Afganistán, seguido de Siria, Iraq y Venezuela

Debido a la caída en el número de solicitudes de asilo, la cifra de refugiados registrados también ha disminuido. En 2017, el último año del que se mantienen datos detallados por categoría, unos 700.000 permisos fueron expedidos por motivos humanitarios, en comparación con los 900.000 de 2016. Por otra parte, ha habido un aumento de otros tipos de migración permanente, sobre todo de índole laboral (+6 %), cuando las personas migran para aceptar un empleo.

La migración laboral temporal (cuando una persona migra por un período de tiempo limitado por razones profesionales) aumentó significativamente en 2017, alcanzando los 4,9 millones, en comparación con los 4,4 millones de 2016. Polonia es el principal destino para la migración laboral temporal, seguida de Estados Unidos. En la Unión Europea (UE) y la zona de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), los trabajadores "trasladados" por sus empleadores a otros estados miembros de la UE/AELC representaron la principal vía de migración laboral temporal, llegando a los 2,7 millones de traslados.

Ajustar los programas de migración y fomentar la integración

Los países de la OCDE continúan ajustando sus programas de migración laboral para mejorar la selección y favorecer las aptitudes necesarias. Algunos países han reformado, además, sus procesos de entrada para los inversores migrantes o han creado nuevos programas para los migrantes que creen start‑ups. Sin embargo, otros países han impuestos restricciones a los procesos de reagrupación familiar o han optimizado sus procesos de concesión de asilo.

Las perspectivas de empleo de los migrantes continuaron mejorando en 2018, apoyándose en las tendencias positivas ya observadas durante los últimos cinco años. En los países de la OCDE, en promedio, más del 68 % de los migrantes tienen un empleo y la tasa de desempleo es inferior al 9 %. Asimismo, ha habido mejoras considerables en el empleo de los migrantes más recientes en aquellos países que ya presentaban índices de empleo relativamente altos, como en Irlanda o el Reino Unido. No se han observado cambios en la tasa de empleo de los migrantes más recientes en Italia o Francia, donde solo el 40 % de los últimos migrantes estaba empleado en 2018.

Con la reducción continua del flujo de demandantes de asilo y refugiados, la atención política se ha trasladado progresivamente de la organización de la recepción de los recién llegados hacia la creación o el ajuste de políticas de integración. Algunos países incluso han reforzado los recursos de las autoridades locales para la promoción de la integración de los nuevos vecinos. Cabe destacar también que algunos países han tomado medidas para mejorar las habilidades lingüísticas de los inmigrantes, ofrecido cursos de valores cívicos y normas sociales y establecido sistemas de evaluación y reconocimiento de títulos de formación profesional formal.

El impacto de la migración temporal en el mercado laboral

El impacto de la migración en el empleo y los sueldos de los trabajadores nativos sigue siendo una de las principales preocupaciones que sale a relucir en el debate público. La investigación y el trabajo político sobre el impacto de la inmigración en el mercado laboral se ha centrado en los inmigrantes permanentes. No obstante, los primeros cálculos de la OCDE apuntan a que los migrantes temporales contribuyen sobremanera al empleo en muchos países de la OCDE. En 6 de 20 países ha aumentado en un 2 % o más el total de la población residente empleada. Entre estos países, Luxemburgo y Suiza son los que reciben a más migrantes laborales temporales, en relación con la población total, debido, en gran medida, a la llegada de trabajadores de la UE/ALEC. Nueva Zelanda, Corea e Israel también se encuentran entre los 5 principales países receptores. En los países de la UE/ALEC, la libertad de movimiento de los migrantes laborales, incluidos los trabajadores fronterizos, añade casi un 1 % más al total de población residente empleada. La libertad de movimiento de los migrantes laborales temporales incide, en su mayoría, en los sectores de la construcción y la manufactura.

Integración y el papel de la reagrupación familiar

Muchos de los últimos debates sobre políticas han puesto en entredicho el papel de la reagrupación familiar en la integración y las políticas necesarias, especialmente en el contexto del pico de refugiados experimentado en 2015/2016.

Los nuevos indicios en los países de la OCDE muestran que la amplia mayoría de los migrantes casados vive con su cónyuge en los países anfitriones. La proporción de migrantes cuyo cónyuge se encuentra fuera está por debajo del 20 % en casi todos los países de la OCDE, aunque, por ahora, no hay pruebas claras sobre cómo los retrasos en la reagrupación familiar afectan al migrante principal. Por otra parte, los migrantes principales cuyos cónyuges llegaron al país mucho tiempo después (incluso diez años o más) ganan sueldos significativamente inferiores a los de aquellos cuyo proceso de reagrupación familiar no se demoró, especialmente teniendo en cuenta que tienen algo más de probabilidades de trabajar.

Los retrasos en la reagrupación también afectan a los cónyuges y a sus perspectivas de integración, sobretodo en el caso de las mujeres. En los países europeos de la OCDE y los Estados Unidos, los cónyuges que sufrieron retrasos en sus llegadas mostraron menores competencias lingüísticas pasados cinco o más años desde la llegada al país anfitrión que aquellos que no sufrieron atrasos en su proceso de reagrupación. Los resultados en materia de integración de los niños migrantes también pueden verse afectados en gran medida por grandes retrasos, particularmente en cuanto a los resultados de dominio de la lengua del país anfitrión y escolares. Los migrantes adultos cuyos progenitores viven en casa con ellos tienen más probabilidades de encontrar un empleo y trabajar más horas, en especial si tienen hijos pequeños.

Hallazgos

• Tras la caída del 4 % entre 2016 y 2017, los flujos de migración permanente a los países de la OCDE comenzaron a remontar en 2018 (+2 %) y llegaron a los 5,3 millones de inmigrantes permanentes nuevos, según la información preliminar.
• Más de 4,9 millones de migrantes laborales temporales accedió a los países de la OCDE en 2017, un incremento del 11 % en comparación con 2016. La cifra de estudiantes internacionales inscritos en educación superior en la zona OCDE aumentó en un 7 % en 2016, superando los 3,5 millones.
• El promedio en la tasa de desempleo de inmigrantes en los países de la OCDE estuvo en un 68,3 % en 2018 (2,4 puntos porcentuales por debajo de los trabajadores nativos) y su tasa de desempleo disminuyó de un 9,4 % a un 8,7% entre 2017 y 2018.
• No obstante, el acceso al empleo sigue siendo difícil para algunos grupos específicos de inmigrantes, esencialmente los jóvenes y los que han recibido poca formación. Por el contrario, las mejoras más notorias en las tasas de empleo se observaron entre las mujeres y las personas de más edad (55‑64 años).
• En 2018, en la Unión Europea, más del 18 % de los inmigrantes de entre 15 y 24 años no estaba ni empleado ni cursando estudios (NiNi), en comparación con el 11 % de sus homólogos nativos, aunque las cifras de NiNi fueron inferiores en los países de la OCDE no europeos.