OECD Multilingual Summaries

How's Life in Your Region?

Measuring Regional and Local Well-being for Policy Making

Summary in Spanish

¿Cómo va la vida en su región?

Medir el bienestar regional y local para la formulación de políticas

Resumen en español

Todo el mundo desea disfrutar de una buena vida en el lugar donde vive, por lo que la medición de su experiencia diaria puede parecerles más significativa que la del promedio nacional. Un panorama completo de la economía y de la sociedad debe comprender lo que la gente valora respecto a sus condiciones de vida inmediatas, cómo se comportan cuando no se cumplen sus expectativas y cómo contribuyen los servicios locales para que tengan mejores oportunidades laborales y vidas más sanas. Los indicadores regionales referentes al bienestar ayudan a captar si la recuperación y la prosperidad se traducen en una vida mejor para todos.

Las regiones pueden utilizar los indicadores del bienestar para muchos propósitos, conforme a sus necesidades y prioridades específicas. Esos indicadores pueden ayudar a las regiones a identificar sus fortalezas y debilidades relativas en materia de bienestar, hacer un seguimiento de las tendencias y compararlas con otras de distintos lugares. Además, pueden crear conciencia sobre dificultades específicas del bienestar. Por último, pueden orientar la priorización de las políticas públicas al reflejar lo que les importa más a los ciudadanos.

La edición de How’s Life in Your Region? ofrece un marco común para medir el bienestar de la gente a nivel regional. Este marco se diseñó para mejorar la coherencia y la eficacia de las políticas públicas al examinar nueve aspectos que configuran las condiciones materiales de la gente (ingreso, empleo y vivienda) y su calidad de vida (salud, educación, entorno, seguridad, acceso a los servicios y participación cívica). Estos nueve aspectos derivan tanto de las características de la gente como de las de cada territorio específico. Se les evalúa mejor mediante indicadores de resultados verdaderos más que a través de los insumos o la producción.

La medición de estos nueve aspectos mediante un conjunto de indicadores comparables en 362 regiones de los 34 países de la OCDE muestra que los resultados del bienestar se materializan de manera muy distinta en cada lugar. Las diferencias en el bienestar a menudo son más grandes entre las regiones de un mismo país que entre las de diferentes países. Por ejemplo, la diferencia en los niveles educativos de los trabajadores entre el País Vasco y Andalucía es similar a la que existe entre España y Suecia. Esas disparidades regionales pueden aumentar los costos sociales, hacer que peligre la cohesión social y socavar el desempeño nacional. Los países con la mayor disparidad regional en los rubros de empleo, educación y acceso a los servicios también registran resultados en bienestar más bajos a nivel nacional.

Una distribución más equitativa de los resultados del bienestar puede afectar la vida de la gente y podría influir para mejorar la capacidad de recuperación regional. Las regiones con las desigualdades de ingresos más bajos han tenido en promedio tasas de crecimiento relativamente más altas del producto interno bruto (PIB) per cápita durante los últimos diez años y, en particular, desde la crisis económica. Sin embargo, tanto el promedio de los resultados del bienestar por región como su distribución varían mucho. Por ejemplo, nuevos datos sobre la desigualdad en los ingresos a nivel subnacional muestran que las desigualdades en este rubro son mayores en promedio en las ciudades grandes.

Las regiones tienen diferentes capacidades para cambiar sus resultados del bienestar a lo largo del tiempo e influyen de distinta manera en los diversos aspectos del bienestar. Si bien es cierto que los resultados del empleo pueden cambiar en tan sólo unos pocos años, otros aspectos —como la seguridad y la educación— implican inversiones a más largo plazo. Por ejemplo, más del 80% de las regiones de la OCDE en el quintil inferior de la seguridad y 90% de las que estaban en el quintil inferior de la educación en el año 2000 seguían ocupando la misma posición en el 2013.

El marco de bienestar regional pone de manifiesto que los distintos aspectos del bienestar pueden ser contraproducentes entre sí o reforzarse mutuamente. Dar cuenta de los aspectos complementarios y de las ventajas y desventajas en todos los aspectos ayuda a mejorar la coherencia de las políticas públicas. La ciudadanía puede influir en el diseño y en la instrumentación de la combinación de políticas a través de la calidad de las instituciones y de la gobernanza local.

Las regiones y las ciudades que quieran incorporar una estrategia de bienestar para mejorar las condiciones de vida actuales y las oportunidades futuras de su ciudadanía deben considerar las siguientes medidas:

• Traducir los objetivos del bienestar en indicadores pertinentes para cada política pública. La medición del bienestar regional debe vincularse claramente con los objetivos de política pública regionales que, a su vez, concuerdan con los niveles de gobierno y entre estos.
• Elegir indicadores. Debe establecerse un proceso de consulta deliberante para centrarse en un conjunto limitado de indicadores clave que reflejen las prioridades y los activos locales, como se hace hincapié en el Marco de Bienestar Regional de la OCDE.
• Identificar la situación inicial y los resultados previstos. Establecer un punto de partida claro y el conjunto de objetivos que han de alcanzarse ayuda a planear el rumbo de la actuación pública en torno a un cronograma transparente y a metas parciales intermedias.
• Verificar el progreso y evaluar el potencial de diferentes lugares. Los indicadores regionales de bienestar son una herramienta que permite seguir la trayectoria del cambio a lo largo del tiempo e identificar los activos específicos para el desarrollo en comunidades distintas.
• Promover la participación de la ciudadanía y comunicar los resultados. Al involucrar a los ciudadanos desde las primeras fases de la iniciativa de medición se impulsa la acción, se facilitan los ajustes de política pública cuando sea necesario y se aumenta la rendición de cuentas y la confianza.