OECD Multilingual Summaries

Africa's Development Dynamics 2018

Growth, Jobs and Inequalities

Summary in Spanish

Dinámicas del desarrollo en África 2018

Crecimiento, empleo y desigualdades

Resumen en español

El informe Dinámicas del desarrollo en África 2018 muestra que pese al pujante crecimiento del continente, los empleos de calidad siguen escaseando y aún hay grandes desigualdades. Entre 2000 y 2017 la economía africana creció a un ritmo anual de 4.7%, por lo que la región ocupa el segundo lugar del mundo en velocidad de crecimiento. Sin embargo, para alcanzar las aspiraciones de la Agenda 2063 de la Unión Africana se requieren nuevas estrategias de desarrollo, al menos por cinco razones:

• Persiste el crecimiento volátil, pese a una acumulación de grandes capitales y la adquisición de nuevos socios comerciales. Es posible que algunos gobiernos ya no puedan sostener los actuales índices de inversión pública.
• El reciente crecimiento no se ha traducido en mayor bienestar. El producto interno bruto per cápita en África tiene menos correlación con los indicadores de bienestar que el promedio mundial.
• Los empleos de calidad siguen escaseando. Si las actuales tendencias persisten, la proporción de empleo vulnerable en África seguirá siendo de 66% hasta 2022, muy lejos del objetivo de 41% de la Agenda 2063 para 2023. Hoy en día, 282 millones de trabajadores tienen un empleo vulnerable.
• Reducir las desigualdades es esencial para disminuir la pobreza. Si el índice de Gini de África fuera igual al del Asia en vías de desarrollo, su tasa de crecimiento entre 1990 y 2016 habría sacado de la pobreza a 130 millones de personas más.
• Las transformaciones estructurales quizá sean difíciles de sostener sin aumentar el crecimiento de la productividad. Las empresas africanas tienen un rezago respecto a la vanguardia de productividad en muchos sectores que absorben mano de obra. Las empresas tienen que impulsar su productividad para sostener el crecimiento a largo plazo.

Los mercados regionales y globales ofrecen varias vías hacia nuevas y más fuertes pautas de crecimiento. Profundizar la integración regional y las cadenas regionales de valor puede presentar grandes oportunidades para diversificar las exportaciones. Actualmente los bienes intermedios representan menos del 15% del comercio de África. Además, la demanda regional de bienes va en aumento, y la tecnología para producirlos es cada vez más accesible. Se espera que solo la demanda de productos alimentarios se triplique antes de 2030. Los gobiernos pueden ayudar a las empresas africanas a ponerse al día con la productividad mundial construyendo vínculos industriales más fuertes y desarrollando la capacidad local. Las políticas innovadoras pueden contribuir a canalizar la afluencia de capitales para destrabar la inversión privada.

Cinco megatendencias determinan la integración de África a la economía mundial. Cada una presenta oportunidades y riesgos, y tiene importantes implicaciones políticas. Primero, la riqueza mundial ha cambiado, pues los países emergentes hoy generan más de la mitad de la producción mundial. Las nuevas sociedades comerciales con África van en aumento. Segundo, la nueva revolución de la producción ofrece más mercados y distintos métodos de producción, pero también crea obstáculos para los productores africanos. Tercero, la explosión poblacional del continente podría crear un “dividendo demográfico” si las economías locales pueden aportar suficientes empleos en los servicios básicos para satisfacer la creciente demanda. Cuarto, la rápida urbanización ha cambiado las estructuras económicas y plantea nuevos desafíos. Quinto, muchos países africanos necesitan estrategias de “crecimiento verde” para adaptarse al cambio climático.

Las dinámicas del crecimiento, el empleo y las desigualdades varían en África de una región a otra. El este del continente se ha beneficiado de un crecimiento económico mayor y más resiliente que las demás regiones gracias a una economía más diversificada. Aunque el desempleo y el empleo vulnerable caracterizan la mayoría de los mercados de trabajo africanos, algunos países del norte y el sur del continente también se enfrentan con un gran desempleo estructural. En el África central, la creación neta de empleos es negativa en el sector formal desde 2015. La pobreza ha disminuido: en África del este y el oeste, los índices de pobreza extrema cayeron 23 y 12 puntos porcentuales, respectivamente, entre 1990 y 2013. El sur de África es la región más desigual, pues en ella se encuentran seis de los diez países más desiguales en cuanto a ingreso.

La agenda de desarrollo del continente exige estrategias de crecimiento adaptadas al contexto, multifacéticas y holísticas. Este informe recomienda diez acciones políticas para alcanzar los objetivos de desarrollo de la Agenda 2063. Los actores de todos los niveles pueden contribuir. Las recomendaciones descansan en tres pilares: desarrollo económico sostenible, desarrollo social y desarrollo institucional. El informe también diseña acciones a la medida de cada región en varios ámbitos principales de política, como se resume en el cuadro a continuación. Esto puede servir a los africanos responsables de tomar decisiones como herramienta para el diálogo de políticas públicas y reformas.

Principales ámbitos de las políticas públicas para las regiones de África

África central

• Profundizar la cooperación regional en materia de política fiscal, monetaria y comercial para promover las cadenas regionales de valor y aumentar la competitividad del sector privado.
• Alentar el procesamiento local de materias primas garantizando que las empresas locales tienen acceso a electricidad, servicios básicos, mano de obra calificada y equipo. Dirigir el apoyo a las mujeres y los jóvenes.
• Facilitar las inversiones nacionales y regionales en infraestructura, especialmente en electricidad y transporte. Fomentar un ambiente empresarial estable para atraer inversión a largo plazo.
• Fortalecer la recaudación fiscal, las políticas redistributivas y los sistemas de protección social para garantizar que las rentas del sector extractivo benefician mejor a la población.

África oriental

• Continuar la agenda de reformas para mejorar el clima empresarial. Estimular la inversión por medio de medidas estructurales e institucionales como simplificar la regulación empresarial y liberalizar la importación de capitales y bienes intermedios.
• Impulsar la productividad agrícola y apoyar a las empresas de alto potencial en los sectores industrial y de servicios para acelerar la transformación económica.
• Reducir la pobreza fortaleciendo los programas de protección social e invirtiendo en educación y adquisición de competencias.

Norte de África

• Invertir en sectores estratégicos que crean empleos de calidad para los jóvenes y captan mayor comercio intraafricano.
• Vincular las empresas líderes con las pequeñas y medianas para ayudarlas a cumplir las normas, y aumentar la cooperación entre los gobiernos locales y el sector privado.
• Promover la flexibilidad en el lugar de trabajo para estimular la participación de las mujeres. Adaptar la educación a las necesidades del mercado de trabajo para garantizar el empleo de los jóvenes.

Sur de África

• Adoptar la Estrategia y la Hoja de Ruta de Industrialización de Comunidad de Desarrollo de África Austral 2015‑2063 facilitando la inversión en capacidades tecnológicas e industriales nacionales y estimulando el comercio intrarregional.
• Invertir en programas de capacitación en competencias conjuntamente con el sector privado, en particular con los emprendedores locales de gran potencial.
• Ampliar e integrar las políticas del mercado de trabajo y los programas de asistencia social a los sistemas de protección social. Continuar los esfuerzos de reducción de la pobreza, sobre todo en las regiones rurales.

África occidental

• Impulsar el sector privado nacional prestando respaldo a los conglomerados empresariales, incluidos los informales, mejorando los marcos regulatorios y los sistemas tributarios para atraer inversiones.
• Fortalecer los vínculos entre las regiones rurales y urbanas por medio de ciudades intermediarias, mejores infraestructuras y corredores nacionales y transfronterizos, y actividades agroindustriales.
• Invertir en la educación universal y la capacitación en competencias profesionales acordes con la demanda del mercado de trabajo.