5. Azúcar

Mayor consumo per cápita en los países de ingresos bajos frente a una disminución continua en los países de ingresos altos

Se espera que el consumo mundial de azúcar1 repunte por segunda temporada consecutiva (de octubre de 2021 a septiembre de 2022, todavía estimada en el momento de elaborar estas Perspectivas), fortalecido principalmente por la recuperación económica.

Se prevé que durante los próximos 10 años continuará el aumento del consumo mundial de azúcar, motivado, sobre todo, por el incremento de la población en los países de ingresos bajos, que se espera que impulse el crecimiento (Figura 5.1). Es probable que la urbanización y el aumento de los ingresos, particularmente en los países asiáticos y africanos —dos regiones en las que el nivel de consumo per cápita es comparativamente más bajo—, sigan siendo los principales impulsores del consumo mundial de azúcar gracias a una mayor demanda de productos de repostería y bebidas con un rico contenido de azúcar. Sin embargo, se espera que la desaceleración del crecimiento de la población mundial prevista para este decenio modere el aumento del consumo de azúcar. Además, es probable que en los países con un alto nivel de consumo per cápita, las políticas públicas, el comportamiento público y las prácticas empresariales sigan desalentando el consumo de azúcar por motivos de salud. Esto se observará sobre todo en los países de ingresos altos, principalmente en América del Norte y América Latina, Europa y Oceanía, donde se espera que disminuya el consumo per cápita de edulcorantes ricos en calorías.

En general, se prevé que el azúcar seguirá siendo el edulcorante más consumido, con cerca de 80% del uso mundial de edulcorantes. Del mismo modo, se prevé que el edulcorante de alta fructosa, principalmente el jarabe de glucosa rico en fructosa2 (HFCS), mantendrá su posición como principal edulcorante calórico alternativo después del azúcar y representará menos de 10% de participación del consumo total, mientras que la proporción restante corresponderá a los edulcorantes de alta intensidad (HIS), entre ellos la sacarina, la sucralosa y el aspartamo, que son bajos en calorías o sin calorías.

Se prevé que en el periodo 2021-2022 la producción mundial de azúcar repuntará después de tres años a la baja, motivado mayormente por las perspectivas de producción favorables en India y el Reino de Tailandia (en adelante, Tailandia); por su parte, en la República Federativa de Brasil (en adelante, Brasil), el mayor productor mundial, se prevé que la producción disminuirá por segunda temporada consecutiva. Se espera que, a pesar del aumento interanual, la producción mundial sea insuficiente para cubrir el consumo mundial. En consecuencia, se prevé que en el periodo 2021-2022 los inventarios mundiales de azúcar disminuirán.

Suponiendo condiciones climáticas normales, se prevé que la producción de cultivos de azúcar aumentará en los principales países productores. La caña de azúcar, que crece principalmente en las regiones tropicales y subtropicales, se mantendrá como el principal cultivo azucarero, representando 87% de la producción total; la remolacha azucarera representará el resto. Se espera que el aumento de la productividad, incluida la mejora varietal de las plantas de cultivo, sea el principal impulsor del crecimiento de la producción en India, Tailandia y la Unión Europea, ya que se prevé que la superficie de producción en estos países se mantendrá relativamente estable. Por su parte, en Brasil, se espera que el incremento provenga tanto de la expansión de la superficie, debido a los precios remunerativos, como a la mejora de los rendimientos. En África, se espera que las políticas públicas favorecedoras determinen los precios de las compras públicas y que en la República Árabe de Egipto (en adelante, Egipto), donde también se están tomando medidas para la adopción de variedades de semillas mejoradas, la creciente demanda por parte de la industria fomente la plantación de remolacha azucarera. En Sudáfrica, el segundo mayor productor de azúcar de África, así como en la República Democrática Federal de Etiopía, se espera que las medidas gubernamentales de apoyo al sector contribuyan al aumento de la producción de azúcar durante el periodo de las perspectivas.

Se espera que, en este decenio, la mejora de la tasa de extracción de azúcar aumente su producción, la cual seguirá compitiendo con los cultivos de azúcar utilizados como materia prima para la producción de etanol. Se prevé que, con el tiempo, Brasil, cuyos procesadores pueden alternar con facilidad la producción de azúcar y la de etanol, seguirá destinando más caña de azúcar a la producción de etanol, pero la caída prevista de los precios reales del petróleo crudo, así como la depreciación esperada del real brasileño, sostendrán una mayor producción de azúcar durante el periodo de proyección. En India, el Gobierno sigue promoviendo un programa nacional de mezcla de etanol3 que reduciría la disponibilidad de caña de azúcar para la producción de azúcar.

En 2031, se prevé que Brasil e India representarán alrededor de 23% y 17% de la producción mundial de azúcar, respectivamente, con 44 millones de toneladas (Mt) y 32 Mt producidas. Por lo demás, los mayores aumentos en la producción, en términos absolutos y en comparación con el periodo base,4 se prevén en Tailandia (+ 4.1 Mt) y República Islámica de Pakistán (en adelante, Pakistán) (+ 1.7 Mt).

Se prevé que el comercio mundial de azúcar aumentará 1.3% anual durante el decenio y que los envíos representarán alrededor de 35% de la producción mundial. Más de 60% del azúcar comercializado a nivel mundial seguirá siendo en forma de azúcar sin refinar de caña, y el resto en forma de azúcar blanco (refinado) de caña y remolacha. Brasil mantendrá su posición como el principal exportador de azúcar (hasta 49% del comercio mundial), seguido de Tailandia, Australia e India. Se prevé que, con los principales aumentos, previstos en Asia y África, las importaciones permanecerán menos concentradas, en comparación con el periodo base, mientras que los mayores descensos de las importaciones se prevén en la Unión Europea y Estados Unidos de América (en adelante, Estados Unidos), como reflejo de la disminución de la demanda interna.

Los precios internacionales del azúcar alcanzaron su nivel más alto de cuatro años en 2021, respaldados por la preocupación sobre la reducción de las disponibilidades de exportación de azúcar en Brasil, en un contexto de fortalecimiento de la demanda mundial de azúcar. Sin embargo, en términos reales, se prevé que tenderán a la baja durante el periodo de proyección, motivado por los aumentos de productividad, la desaceleración del crecimiento de la demanda y la disminución de los precios del petróleo crudo,5 que hacen que el etanol sea menos competitivo. Se prevé que la prima del azúcar blanco (la diferencia entre los precios del azúcar blanco y del azúcar sin refinar), que promedió USD 82/t durante el periodo base, aumentará ligeramente en términos nominales a USD 87/t para 2031.

El impacto de la guerra de la Federación de Rusia (en adelante, Rusia) contra Ucrania, la aparición de nuevas variantes de COVID-19 y las consiguientes interrupciones potenciales de la cadena de suministro alterarían las proyecciones, especialmente en los primeros años. A lo largo del periodo de las perspectivas, los déficits de producción relacionados con el clima (también relacionados con el cambio climático), la volatilidad de los precios del petróleo crudo o el aumento de la competencia de los cultivos también provocarían una variabilidad o tendencias alternativas en la oferta y la demanda de los cultivos de azúcar. El entorno político también crea cierta incertidumbre, ya que el azúcar sigue siendo un sector bastante regulado a pesar de los esfuerzos de algunos países, como la Unión Europea y Tailandia, por desregularlo. Por el contrario, las inversiones en investigación y desarrollo podrían crear oportunidades en el lado de la oferta.

Tras algunos descensos a finales de 2021 y principios de 2022, los precios internacionales del azúcar repuntaron con fuerza en marzo de 2022, reflejando principalmente las expectativas de un mayor desvío de la caña de azúcar hacia el etanol en Brasil debido al aumento de los precios internacionales del petróleo crudo.

Los primeros indicios para el periodo 2021-2022 apuntan a una probable segunda temporada consecutiva de un estrecho equilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado del azúcar. Aunque se prevé que la producción mundial de azúcar se recuperará después de tres años de bajada, se espera que no alcance el consumo mundial. La recuperación de la producción mundial de azúcar en el periodo 2021-2022 se basa en gran medida en las expectativas de recuperación de la producción en la Unión Europea y Tailandia, junto con las perspectivas favorables en India. Por el contrario, se espera que la producción disminuya en la República Popular China (en adelante, China) y en Brasil, el mayor productor mundial. Se espera que el crecimiento económico global impulse el consumo mundial de azúcar, que aumentará por segundo año consecutivo tras la recesión relacionada con la pandemia de COVID-19 en el periodo 2019-2020. El pronóstico para el comercio mundial de azúcar en el periodo 2021-2022 es de alrededor de 60 Mt, ligeramente menor que el volumen estimado en el periodo 2020-2021. Esto refleja principalmente menores exportaciones de Brasil e India, en comparación con sus ventas récord en el periodo 2020-2021. También se prevé que la demanda mundial de importaciones será menor en el periodo 2021-2022, principalmente a causa de los altos costos de importación y a que China e Indonesia sigan siendo los principales compradores.

El crecimiento del consumo mundial de azúcar está impulsado por las economías de ingresos medios y bajos

Se prevé que el consumo mundial de azúcar seguirá en aumento alrededor de 0.9% anual durante los próximos 10 años, hasta alcanzar 188 Mt para 2031, impulsado por el crecimiento demográfico y de ingresos. Sin embargo, el consumo promedio per cápita a nivel mundial no debería cambiar mucho, para mantenerse cerca de los 21.9 kg/cápita. Esto refleja variaciones considerables entre regiones y países, que se espera que persistan durante el periodo de las perspectivas, con un aumento del consumo per cápita en las economías de ingresos medios y bajos que compensará un descenso en los países de ingresos altos (Figura 5.2). En general, en las economías de ingresos medios y bajos, el aumento previsto del consumo de edulcorantes calóricos es proporcionalmente mayor cuanto más bajos son los ingresos. En cambio, en los países de ingresos altos, donde el consumo de azúcar per cápita ha tendido a la baja en el pasado, se prevé que la ingesta seguirá disminuyendo durante el periodo de proyección, lo que refleja el cambio de los consumidores hacia alimentos con bajo contenido de azúcar. Sin embargo, los países de ingresos altos aún registran el nivel más alto de consumo de azúcar per cápita, cuyo descenso continuado se espera que se refleje a nivel mundial para 2031.

Las mayores contribuciones a la demanda adicional con respecto al periodo base se darán en Asia (71%) y África (31%). En estas dos regiones deficitarias de azúcar, a pesar de la continua expansión de los últimos años, los niveles de consumo per cápita siguen siendo generalmente bajos en comparación con otras regiones y las perspectivas de crecimiento son altas, dada la creciente urbanización, el aumento de la clase media y una población joven. En Asia, uno de los principales impulsores de la tasa de crecimiento es el de mayor consumo indirecto con fines industriales, incluidos los productos de confitería y los refrescos ricos en azúcar, mientras que en África el aumento se sustentará principalmente en un mayor consumo directo, sobre todo en las zonas urbanas.

En Asia, se espera que India sea el país que más contribuya al aumento mundial del nivel de consumo de azúcar, seguido de China e Indonesia. Esto se debe al crecimiento de la población y del ingreso, así como a la expansión de la industria de alimentos y bebidas. Se espera que el consumo per cápita en Asia crezca 0.6% anual durante el decenio, en comparación con 0.4% de la pasada década. En África, los mayores aumentos del consumo total se prevén para los países subsaharianos menos desarrollados, que registrarán la mayor tasa de crecimiento del consumo per cápita durante el periodo de proyección entre los países africanos. Por el contrario, en Sudáfrica, donde el consumo de azúcar ha registrado importantes descensos en los últimos años en medio de medidas gubernamentales para desalentar su uso, se prevé que el consumo per cápita se debilitará aún más en los próximos 10 años. A pesar del aumento general, tanto en Asia como en África, se prevé que el consumo promedio per cápita se mantendrá por debajo del promedio mundial.

En los siguientes 10 años, incluso si la ingesta diaria total de carbohidratos en Asia y África sigue siendo más alta que en el resto del mundo (sobre todo en el Noreste y el Norte de África), los carbohidratos simples (glucosa y fructosa del azúcar, los edulcorantes de alta fructosa, las frutas y verduras, y la lactosa) seguirán siendo una pequeña parte de la ingesta diaria de carbohidrato (Figura 5.3). En estas dos regiones, en cuanto a la ingesta de carbohidratos, el aumento del consumo de azúcar no afectará mucho a la composición de la dieta, ya que las tres cuartas partes del consumo de carbohidratos proceden de alimentos básicos.

Las tendencias a la baja continuarán en los países con alto consumo de azúcar

En América Latina, la región proveedora más grande del mundo, el consumo de azúcar per cápita ha alcanzado niveles que generan preocupación sobre los posibles efectos negativos para la salud. Algunos países han introducido un impuesto sobre el azúcar durante la última década (Chile, Ecuador, México, Perú) para intentar combatir la obesidad. Esto ha contribuido a que el crecimiento regional sea relativamente bajo, solo 5% durante el periodo de las perspectivas. Las tendencias a la baja que se han producido continuarán, aunque a un ritmo más lento que en la última década. En cuanto a los carbohidratos, esto se traducirá en una reducción de los azúcares simples en favor de los edulcorantes basados en el almidón.

Durante la última década, en algunos países se introdujeron impuestos sobre los productos calóricos azucarados en un intento de reducir el consumo de azúcar. Además, se adoptaron medidas para limitar la venta y/o la promoción de bebidas azucaradas o productos dulces a los menores de 18 años, mientras que algunas empresas alimentarias han reducido el tamaño de las porciones y la cantidad de edulcorantes calóricos en los productos. Se espera que la ingesta mundial de edulcorantes calóricos de este agregado regional siga disminuyendo en los próximos 10 años.

Estados Unidos es el país en el que el consumo de edulcorantes calóricos, incluido el HFCS, es muy elevado; los edulcorantes calóricos representan la mayor proporción de carbohidratos consumidos per cápita. También es el país en el que, durante el periodo de proyección, se prevé que este porcentaje disminuirá más en favor de un mayor consumo de frutas y verduras. También se espera que Nueva Zelandia y Australia, seguidas de Canadá y los países de Europa Occidental, sigan reduciendo su consumo de azúcar per cápita, aunque a un ritmo más lento que en la década anterior. En Rusia, aunque el nivel de consumo per cápita ya es alto, no se prevé que cambie mucho, ya que el azúcar se considera un alimento básico.

El mercado del jarabe de glucosa rico en fructosa seguirá dominado por unos pocos actores

El HFCS se utiliza principalmente en las bebidas. A diferencia del azúcar, es un producto líquido y menos comercializable. El consumo mundial seguirá siendo del dominio de un grupo limitado de países; se prevé que crecerá 0.6% anual o 1 Mt (peso seco) para 2031.

El mayor aumento se producirá en China, uno de los pocos países con un bajo consumo per cápita de edulcorantes. Como mayor productor de almidón del mundo, se prevé que China aumentará su oferta de HFCS para satisfacer la creciente demanda interna (3.1 kg/cápita en 2031), aunque es probable que la falta de rentabilidad frene este crecimiento. No se prevé un gran aumento en Japón y Corea, con un consumo de unos 6 kg/cápita. En la Unión Europea, el edulcorante de alta fructosa seguirá enfrentándose a la competencia de otros edulcorantes y representará solo 1.8 kg/cápita en 2031 (frente a 1.2 kg/cápita durante el periodo base).

Estados Unidos y México seguirán siendo los principales consumidores, con 14.4 y 10.1 kg por persona, respectivamente. En Estados Unidos, el principal productor de HFCS, se prevé un descenso a medida que se sigue debatiendo el mayor peligro potencial para la salud del HFCS por encima del azúcar; se espera que la proporción del HFCS en el consumo total de edulcorantes calóricos siga disminuyendo, de 36% durante el periodo base a 32% para 2031. En México, el Gobierno se esfuerza por reducir el consumo de edulcorantes calóricos y se espera que el consumo per cápita de HFCS se estabilice en los próximos 10 años. Como consecuencia de la debilidad de la demanda, se prevé que Estados Unidos registrará un descenso de la producción (–10%) de HFCS durante el periodo de las perspectivas, alcanzando 6 Mt para 2031.

A nivel mundial, se esperan pocos cambios en la distribución de la demanda de edulcorantes. De la cantidad total consumida, 80% seguirá siendo azúcar y algo menos de 10% edulcorante de alta fructosa, el principal producto alternativo. El resto provendrá de los edulcorantes de alta intensidad (bajos en calorías), que no se contemplan en las Perspectivas.

Si las condiciones meteorológicas son normales, se prevé que la producción de azúcar aumentará ligeramente durante el periodo de las perspectivas, pero es probable que el aumento de los costos de los insumos modere la magnitud del incremento. No obstante, se prevé que los precios remunerativos serán lo suficientemente altos como para apoyar las inversiones y el desarrollo del sector.

La caña de azúcar es el principal cultivo azucarero (86%), utilizado principalmente para producir azúcar, pero también como materia prima para la producción de etanol. Además de azúcar y etanol, la caña de azúcar puede producir melaza, un jugo espeso. El residuo de la molienda de la caña (bagazo) se utiliza para suministrar energía (materia prima para la cogeneración de electricidad). El cultivo de la remolacha azucarera, que tiene dos productos derivados, la pulpa de remolacha y la melaza, se utiliza para producir una amplia gama de productos, como alimentos (azúcar), forraje, bioproductos para la industria (farmacéuticos, plásticos, textiles y químicos) y etanol. Se prevé que, durante los próximos 10 años, la rentabilidad de los dos principales subproductos de los cultivos de azúcar (el azúcar y el etanol) se incrementará ligeramente, lo que impulsará un aumento de la producción de cultivos azucareros (Figura 5.4)

El aumento de los rendimientos es el principal motor de una mayor producción de azúcar

Se prevé que, durante el periodo de las perspectivas, la producción mundial de caña de azúcar crecerá 0.8% anual y alcanzará 1 924 Mt para 2031 (+168 Mt), y que Brasil e India contribuirán con 58% del aumento del volumen de producción mundial (52% y 19%, respectivamente). Esto refleja principalmente un mayor rendimiento relativo de los cultivos, sobre todo en Tailandia, Australia, Pakistán, México e India, mientras que solo se espera un aumento de la superficie en Brasil. Las perspectivas son menos sólidas para la remolacha azucarera, donde solo la mejora de los rendimientos (+2.3%) contribuirá a un aumento de la producción a nivel mundial. Se prevé que la producción de remolacha azucarera alcanzará 284 Mt para 2031, con una tasa de crecimiento anual más lenta (0.2% anual) que durante la última década (0.9% anual) (Figura 5.4). En comparación con el periodo base, se espera un aumento de la producción en Estados Unidos (+5 Mt), Rusia (+2.9 Mt), la Unión Europea, Egipto (+1.2 Mt) y República Islámica de Irán (en adelante, Irán) (+0.7 Mt), mientras que se prevén contracciones en Ucrania (−1.6 Mt). La investigación y el desarrollo de variedades de azúcar mejoradas, con especial atención a las variedades resistentes a la sequía, están en marcha y se espera que beneficien a la productividad general.

Brasil es el mayor país productor de caña de azúcar, más de la mitad de la cual se utiliza para producir etanol. En los próximos 10 años se prevé una cierta expansión de la superficie, pero teniendo en cuenta la competencia con otros cultivos por la tierra, la proporción de la caña de azúcar en la tierra cultivable (13%) aumentará solo ligeramente (+7%). La vuelta a unas condiciones climáticas más húmedas debería contribuir a mejorar los rendimientos, sobre todo en los primeros años de las proyecciones. En India, se prevé que el crecimiento de la producción de caña de azúcar procederá en su totalidad de mayores rendimientos del cultivo, ya que no se espera que la superficie se expanda, dada la competencia de otros cultivos agrícolas. En Tailandia, también se espera que la producción de caña de azúcar durante el próximo decenio provenga principalmente de mayores rendimientos. En los últimos años, los rendimientos más bajos en comparación con otros cultivos alternativos, las medidas gubernamentales más estrictas que limitan las prácticas de quema durante la cosecha y las condiciones climáticas adversas han contribuido a un descenso de la superficie, por lo que durante el periodo de proyección no se prevé un aumento significativo de la misma. En China, a pesar del todavía reciente deseo de las autoridades de apoyar la producción de azúcar, el aumento de la producción de cultivos azucareros será pequeño, ya que seguirá enfrentándose a la competencia de otros cultivos y al aumento de los costos de la tierra y de los insumos.

A nivel mundial, dado el aumento de los costos de los insumos, la expansión prevista de la producción de remolacha azucarera durante el periodo de las perspectivas será baja. Se espera que la superficie de remolacha azucarera disminuya, a causa del aumento de los precios de los fertilizantes, pero los mayores rendimientos significan que el cultivo mantendrá su participación de mercado. Este debería ser el caso, sobre todo, de Estados Unidos, donde se cultivan ambos tipos de azúcar y alrededor de 55% del azúcar se sigue produciendo a partir de la remolacha azucarera. En la Unión Europea, se prevé que el crecimiento de la producción será débil, motivado sobre todo por la falta de alternativas a los insecticidas neonicotinoides y por los elevados costos de los insumos en comparación con otros cultivos. En Egipto, se espera que precios de compra remunerativos impulsen las plantaciones de remolacha azucarera, al tiempo que se realizan esfuerzos para la adopción de variedades de semillas mejoradas.

Durante el periodo de las perspectivas, cerca de 80% de los cultivos de azúcar se destinará a la producción de azúcar (78% de la caña de azúcar y 96% de la remolacha azucarera) y 20% a la de etanol. Brasil se mantendrá como el principal productor de azúcar y de etanol basado en caña de azúcar, y para 2031 producirá 37% de la caña de azúcar del mundo. Su caña de azúcar se utilizará para aportar 24% de la producción mundial de azúcar y 83% de la producción mundial de etanol basado en caña de azúcar (en comparación con 21% y 91% durante el periodo base).

Se espera que la producción mundial de azúcar aumente a 190 Mt para 2031. Asimismo, se espera que la mayor parte del incremento de la producción tenga lugar en Asia y América Latina, así como en África (Figura 5.5); para 2031, estas regiones representarán 73% de la producción mundial de azúcar (en comparación con 72% en el periodo base), con la consecuente pérdida de la cuota de mercado de los países de la OCDE.

Se prevé que Asia, la región líder, incrementará su participación en la producción mundial de 38.6% durante el periodo base a 39.2% para 2031. Asimismo, que Tailandia, el tercer productor más grande de azúcar del mundo, aporte la mayor parte de la oferta de azúcar después de Brasil, con un aumento de +4.1 Mt de su producción de azúcar para 2031, en comparación con el periodo base. Este importante aumento de la producción concuerda con una mayor producción de caña de azúcar y con las tasas de extracción de azúcar que se espera se mantengan en el alto nivel registrado en los últimos años. En India, el segundo mayor productor de azúcar del mundo, se espera que la tasa de crecimiento de la producción de azúcar sea menor que la de la década pasada, como reflejo del menor crecimiento de la producción de caña de azúcar y el mayor desvío hacia el etanol. En América Latina, la industria de Brasil, el mayor productor del mundo, alterna fácilmente la producción de azúcar para exportación con la de etanol para uso interno.6 Con el respaldo de los rentables precios de exportación del azúcar y el aumento de los del petróleo al inicio del periodo de proyección, se espera que Brasil se recupere de una larga crisis financiera y de algunos episodios de sequía; en comparación con el periodo base, se espera que su producción de azúcar aumente 6.6 Mt y que se incremente la proporción de su producción de caña destinada a la producción de azúcar, pero que se mantenga ligeramente por debajo de la utilizada para producir etanol (49% en 2031). Se espera que África mejore su participación en el mercado mundial por el aumento de la demanda industrial por parte de Egipto (+0.7 Mt), pero también en Sudáfrica (+0.2 Mt) y otros países de África subsahariana, donde se espera que las medidas gubernamentales de apoyo contribuyan a elevar la producción de azúcar en los próximos años.

Se prevé que, en comparación con el periodo base, la producción de los países de la OCDE solo representará 13% del aumento mundial. En 2031, la región representará 22% del mercado mundial, frente a 23% del periodo base. Se prevé que Estados Unidos y la Unión Europea serán los que más aumenten en relación con el periodo base: +1 Mt y +0.9 Mt, respectivamente. La producción estadounidense seguirá beneficiándose de varias políticas gubernamentales que apoyan a la industria nacional, como el Programa de Crédito Azucarero, que respalda los precios pagados a los agricultores; las Cuotas de Comercialización del Azúcar, que apuntan a que la producción nacional cubra hasta 85% del consumo interno; el Programa de Flexibilidad con Materia Prima, que desvía todo excedente de azúcar a la producción de etanol, en lugar de los decomisos de préstamos de azúcar a la Corporación de Crédito para Productos Básicos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA); y las barreras comerciales que limitan las importaciones únicamente para satisfacer las necesidades nacionales (mediante contingentes arancelarios [TRQ], acuerdos regionales y los Acuerdos de Suspensión sobre el Azúcar con México). La Unión Europea mantendrá su posición como el tercer mayor productor del mundo, al aprovechar la mejora de las técnicas y el estancamiento de la producción de etanol basado en remolacha azucarera.

Las reservas mundiales de azúcar, que se incrementaron durante la pandemia de COVID-19, alcanzaron un alto nivel del coeficiente reservas-utilización sin precedentes, pero se espera que disminuyan en los primeros años del periodo de proyección, antes de aumentar de tal manera que el coeficiente reservas-utilización podría volver lentamente a su nivel a largo plazo (45%).

El azúcar seguirá siendo un producto altamente comercializado durante el periodo de las perspectivas

El azúcar seguirá siendo un producto muy comercializado, dado que las importaciones representan 35% del consumo mundial. Se prevé que Asia y África seguirán siendo regiones importadoras netas. Sin embargo, en África, las medidas adoptadas para impulsar la capacidad de producción nacional reducirán su porcentaje de dependencia de las importaciones, que seguirán representando 67% del consumo en 2031, por debajo del 72% del periodo base. Asia no debería experimentar grandes cambios en términos de dependencia y las importaciones seguirán representando 41% del consumo. Para 2031, África y Asia representarán 26% y 59% de las importaciones mundiales, respectivamente.

No se esperan cambios relevantes en la distribución de las importaciones de azúcar entre el azúcar sin refinar y el blanco o refinado. La mayor parte seguirá siendo azúcar sin refinar (63%), aunque sí aumentará la proporción de las importaciones de azúcar blanco con prima (Figura 5.6). En Asia, la proporción de azúcar blanco importado disminuirá ligeramente en comparación con el periodo base (cuando en algunos países se registraron importaciones inusualmente altas), en tanto que en África aumentará, impulsada principalmente por los países menos adelantados (PMA) de África subsahariana.

Durante el periodo base, África del Norte, Indonesia y China fueron los principales importadores (con 6.1 Mt, 5.6 Mt y 5.4 Mt, respectivamente), seguidos de Estados Unidos (3.0 Mt), la Unión Europea (2.5 Mt), Malasia (2.1 Mt) y la República de Corea (en adelante, Corea) (2.0 Mt). Durante los próximos 10 años, en los que habrá un fuerte crecimiento del consumo, se prevé que China consolidará su posición como el principal importador de azúcar (7.5 Mt) para 2031, seguida de Indonesia (6.7 Mt), África del Norte (6.6 Mt), Estados Unidos (2.3 Mt), Malasia (2.4 Mt) y Corea (2.0 Mt). En los PMA de África y Asia se espera un fuerte crecimiento, aunque a partir de una base más baja.

Se espera que las importaciones de azúcar disminuyan, sobre todo en la Unión Europea, Estados Unidos, India, Irán y Sudáfrica, debido a que la demanda será menor. En Estados Unidos, un país tradicionalmente deficitario en azúcar, las políticas públicas seguirán fomentando la producción nacional y limitando las importaciones. Los TRQ establecidos por la OMC o en los tratados de libre comercio (TLC), así como las limitadas importaciones de México debidas al Límite de Exportación (estipulado por el Departamento de Comercio de Estados Unidos), regirán los flujos de importación. A causa de los precios relativamente más altos en Estados Unidos, México seguirá exportando su azúcar principalmente para cubrir las necesidades de dicho país. Se espera que México continúe recurriendo al HFCS proveniente de Estados Unidos para cubrir su demanda interna de edulcorantes. La Unión Europea solía importar azúcar sin refinar de países con los que tenía tratados preferenciales, pero las oportunidades han perdido atractivo para los países socios exportadores desde 2017, cuando la derogación de las cuotas de azúcar provocó que los precios bajaran. Se prevé que las importaciones de azúcar por parte de la Unión Europea cubrirán una demanda menor y disminuirán a 1.6 Mt para 2031.

Por el lado de las exportaciones, se prevé que los mercados del azúcar permanecerán muy concentrados (Figura 5.7). Para 2031, cuatro países seguirán representando más de 84% de la cuota de mercado del azúcar sin refinar: Brasil (64%), Tailandia (10%), Australia (8%) e India (3%). En lo que respecta al azúcar blanco, Brasil (25%), Tailandia (23%), India (6%) y la Unión Europea (6%) abastecerán alrededor de 60% del mercado.

Brasil se mantendrá, con diferencia, como el principal exportador (49% en 2031) (Figura 5.7). Los molinos deberían beneficiarse de los incentivos atractivos para producir azúcar para exportación, en tanto cualquier debilidad continua de la moneda del país frente al dólar estadounidense mejorará la competitividad del azúcar. Los retornos favorables para la producción de etanol basado en caña de azúcar seguirán desempeñando un papel fundamental, pero el crecimiento previsto de la producción de caña para el azúcar es mayor que para el etanol, lo que libera más azúcar para las exportaciones. Se espera que las exportaciones brasileñas de azúcar alcancen 33.5 Mt en 2031, lo que supone un aumento de 6.4 Mt durante el periodo de las perspectivas, principalmente en forma de azúcar sin refinar, ya que se exporta relativamente poco azúcar refinado.

En Tailandia, el segundo mayor exportador de azúcar del mundo, se produce muy poco etanol directamente a partir de la caña de azúcar (menos de 2%), donde se utiliza la melaza o la yuca. Para 2031, se espera que la participación de las exportaciones de azúcar aumente a 15% y alcance casi 10Mt. Esto se compara con una participación de 11% y un volumen de 6.6 Mt durante el periodo base, lo que se debe a la caída de la producción en 2019 y 2020. En India, se prevé que las medidas adoptadas de manera continua por el Gobierno para promover el etanol contribuirán a bajar las exportaciones de azúcar respecto de los actuales volúmenes sin precedentes. En Australia, otro país productor orientado a la exportación, se prevé que la producción de azúcar se mantendrá gracias a los precios favorables y retomará una ligera tendencia al alza durante algunos años; pero la producción de caña de azúcar se verá limitada por la disponibilidad de tierras de regadío y las exportaciones de azúcar seguirán representando alrededor de tres cuartas partes de la producción.

Se espera que los precios bajen en términos reales

Ante los indicios de una segunda temporada consecutiva en la que se observará un apretado equilibrio entre la oferta y la demanda, se espera que los precios internacionales del azúcar se mantengan relativamente altos en la temporada actual, tras el alza de los precios del petróleo crudo en el primer trimestre de 2022. Dicho aumento provocó que los ingenios de Brasil aumentaran el volumen de caña de azúcar triturada para producir etanol a expensas del azúcar, lo que a su vez ejerció presión al alza de los precios del azúcar.

Se espera que los precios internacionales del azúcar se mantengan elevados a corto plazo, pero que posteriormente bajen, gracias a la mejora de las perspectivas de producción (Figura 5.8). Se prevé que los precios nominales seguirán una tendencia moderada al alza, a medida que la demanda vuelva a los niveles anteriores a la pandemia de COVID-19; por su parte, la oferta debería cubrir la demanda con facilidad, suponiendo pocos cambios en los precios relativos del etanol y del azúcar. Sin embargo, es posible que las políticas nacionales y el predominio de unos cuantos exportadores cause volatilidad en los precios durante los próximos 10 años.

Se prevé que los precios reales bajarán de los elevados niveles actuales y reanudarán su descenso a largo plazo, motivado por el incremento de la productividad a causa de mejores rendimientos y a un crecimiento más lento de la demanda (Figura 5.2). En general, los precios reales deberían caer por debajo del nivel promedio registrado en los últimos 20 años, cuando los precios estaban bajo presión al alza debido a la competencia de los biocombustibles (etanol).

Se prevé que la prima del azúcar blanco aumentará ligeramente en términos nominales absolutos, con un ligero incremento de la participación de las exportaciones de azúcar blanco en el comercio total.

Es probable que predominen la preocupación por la salud y la evolución de los mercados energéticos

A corto plazo, los mercados internacionales del azúcar seguirán dependiendo de la evolución de la guerra de Rusia contra Ucrania. Si bien los mercados del azúcar no se ven directamente afectados por ella, ante los cambios en los precios del petróleo crudo, Petrobras, la industria petrolera brasileña de propiedad estatal, subió el precio de la gasolina, lo que impulsó a los ingenios a destinar mayores cantidades de caña de azúcar a la producción de etanol y menores a la de azúcar. La oferta mundial también podría resultar afectada por la disminución del suministro de fertilizantes, debido a que Rusia y Bielorrusia son grandes exportadores; a su vez, esto repercutiría en el crecimiento previsto de los rendimientos de los cultivos de azúcar. La evolución de los precios del petróleo crudo, elemento clave para la rentabilidad de la producción de etanol basada en cultivos de azúcar, prevalece como una gran fuente de incertidumbre para el sector. En Brasil, y también cada vez más en India, a los ingenios les es fácil priorizar la producción de azúcar por encima de la de etanol o viceversa.

Por el lado de la demanda, la pandemia de COVID-19 sigue su curso y nuevas variantes podrían trastornar de nuevo la cadena de suministro. Con la actual volatilidad de los mercados, podría aplazarse la esperada recuperación del crecimiento, con algunas consecuencias importantes en los países de ingresos bajos, donde se espera un mayor crecimiento.

En las Perspectivas se suponen condiciones climáticas normales, lo cual favorece la producción de cultivos de azúcar. Ahora bien, los fenómenos meteorológicos desfavorables, como los derivados del cambio climático, podrían afectar notoriamente la producción y los precios, si se toma en cuenta la relativamente alta concentración del mercado en la exportación. Los episodios de sequía podrían llevar a los productores de caña de azúcar a cambiar a cultivos alternativos resistentes a la sequía, dado que la caña de azúcar hace un uso intensivo de agua. Un cambio en la relación de precios entre los cultivos también podría influir en que se optara por plantar cultivos más rentables.

En muchos países persiste una importante intervención gubernamental orientada a proteger la producción nacional. Se han implantado medidas para liberalizar los mercados del azúcar, sobre todo en la última década (la Unión Europea, Tailandia). En India, el uso recurrente de subsidios a la exportación para liberar el mercado del exceso de azúcar podría repercutir en los mercados.

Las nuevas inversiones en investigación y desarrollo en materia del azúcar, dirigidas a obtener sustitutos alternativos más bajos en calorías, son considerables, ante la creciente preocupación por la salud, y podrían alterar la dinámica del mercado. Del mismo modo, por el lado de la oferta, las nuevas técnicas reproductivas de los cultivos de azúcar (edición de genes) y las nuevas posibilidades de diversificación para la industria azucarera abrirían nuevas oportunidades para el sector (por ejemplo, bioetanol, bioplásticos y biogás).

Notas

← 1. Véase la definición en el glosario.

← 2. Véase la definición en el glosario.

← 3. Para más información, véase el capítulo sobre biocombustibles.

← 4. El periodo base se refiere al periodo comprendido entre octubre de 2019 y septiembre de 2022, por lo que incluye cifras estimadas.

← 5. Véase https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/36350/CMO-October-2021.pdf.

← 6. Brasil cuenta con una amplia flota de vehículos híbridos que funcionan con E25.

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