Chile

La crisis en Chile ha sido dura. El producto interno bruto (PIB) se contrajo alrededor de un 5.8% en 2020 con respecto a 2019. En 2020 la pobreza aumentó 0.2 puntos porcentuales, hasta alcanzar el 10.9%, de acuerdo con las últimas estimaciones internacionales comparables disponibles, una de las tasas más bajas (30.9%) de la región de América Latina y el Caribe (ALC). La tasa de pobreza extrema, (1.6%) es también una de las más bajas de ALC (10.0% en promedio). Entre marzo de 2020 y mayo de 2021, las escuelas chilenas estuvieron totalmente cerradas durante 14 semanas, muy por debajo de la media de la región (26 semanas) y cercano al promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (15 semanas). El impacto negativo en la educación se compensó parcialmente con el aprendizaje en línea, que ya estaba presente en el 38.7% de las escuelas, un porcentaje superior al de ALC (32.5%) pero considerablemente inferior al de la OCDE (54.1%). La pandemia presionó al sistema sanitario, pero la inversión gubernamental previa actuó como amortiguador. El gasto público en salud aumentó dos puntos porcentuales en el último decenio, hasta alcanzar el 8.9% del PIB, un porcentaje similar al promedio de la OCDE (8.8%) y muy superior al promedio de ALC (6.8%). Sin embargo, la percepción ciudadana de la calidad de los servicios sanitarios se ha deteriorado. En 2020, solo el 34.2% de las personas se declararon satisfechas con la atención sanitaria, una disminución de seis puntos porcentuales en un decenio. Esta cifra es inferior a la de ALC (48.2%) y la OCDE (70.7%). De acuerdo con los datos de Gallup sobre la percepción de los ciudadanos, en 2020, el 84.9% de los chilenos consideraba que el gobierno era corrupto. Esta cifra es superior a la de ALC (72.4%) y la OCDE (58.8%).

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, Chile aplicó una estrategia coordinada de gran alcance para apoyar a los hogares, los trabajadores y las empresas más vulnerables. El país movilizó eficazmente recursos para ampliar y reforzar la red de protección social en favor de casi 17.8 millones de chilenos. Para apoyar a los hogares, Chile destinó alrededor de 1.2 billones de dólares a través del programa de emergencia de transferencias monetarias (Ingreso Familiar de Emergencia) para los hogares formales e informales cuyos ingresos se vieron afectados negativamente por la crisis. Asimismo, hizo efectivo el Bono COVID-19, un plan especial de transferencias destinado a apoyar a las familias más vulnerables. Adicionalmente, para proteger a los hogares de ingresos medios, Chile proporcionó el Bono Clase Media. Para sostener a los trabajadores, Chile estableció medidas transitorias extraordinarias (Ley de Protección del Empleo) con el fin de proteger la estabilidad de ingresos y el empleo de los trabajadores formales. Además, puso en marcha un subsidio para fomentar la contratación y la retención de trabajadores. Para apoyar a las microempresas y pequeñas y medianas empresas (mipymes), Chile creó un fondo de préstamos mediante garantías (FOGAPE), estableciendo líneas de crédito adicionales y aplicando devoluciones de impuestos. Por último, Chile fomentó programas que prestan asistencia técnica y promoción de competencias digitales buscando aumentar la productividad de las mipymes (Digitaliza tu Pyme, Ruta Digital, Pymes en Línea, Pymes de Barrio, Elijo Pyme, Espacio del Emprendedor y Despega Mipe).

Para avanzar hacia la recuperación, Chile diseñó un plan de inversión pública para el período 2020-2022, que tiene como objetivo atender a las demandas de transformación social y productiva y encontrar soluciones a las amenazas de escasez de agua. Se ha hecho especial hincapié en proyectos que contribuyan a acelerar la transición al desarrollo sostenible, mitigar el cambio climático y adaptarse a sus efectos. Además, Chile está adoptando una serie de medidas para apoyar la competitividad, entre las que figuran nuevos requisitos de transparencia y un nuevo modelo digital en relación con los medios de pago.

En el marco de las iniciativas de cooperación internacional de Chile dentro de ALC, el Fondo de Cooperación Conjunta Chile-México transfirió más de 1 millón de USD al país para la adquisición de suministros médicos para hacer frente a la pandemia. Fuera de la región, Chile participa en el Fondo Bilateral para el Desarrollo en Transición Chile-Unión Europea, que asignó 365 millones de EUR a su proyecto más reciente para prestar apoyo a la recuperación de sectores productivos prioritarios de la macro región centro-sur del país en el marco del COVID-19. El proyecto tiene por objeto apoyar la recuperación económica de cuatro regiones del país y desarrollar acciones específicas para impulsar la generación de empleo. Además, a raíz de la colaboración con el programa de desarrollo socioeconómico de Japón, el país fue beneficiario de una donación financiera no reembolsable de 4.6 millones de USD para comprar equipos médicos.

Referencias

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