6. Carne

En 2019, la producción mundial de carne bajó a 325 millones de toneladas (Mt), debido sobre todo al impacto de la peste porcina africana (PPA) en la República Popular China (en adelante, China). El brote de PPA se propagó también en varios países africanos y de Europa Central, en algunos países de Asia Oriental: República Popular Democrática de Corea, Corea y Mongolia, así como en algunos del Sudeste asiático: Camboya, Indonesia, República Democrática de Lao, Myanmar, Filipinas, Timor-Leste y Vietnam. Se estima que la producción total de carne de China disminuyó 10% en 2019, lo cual refleja una contracción de por lo menos 21% de la producción de carne de cerdo, que en parte se compensó con los mayores volúmenes de producción de otros tipos de carnes. Sin embargo, la mayor producción de carne en Argentina, la Unión Europea, Turquía y Estados Unidos de América limitó la disminución mundial de la producción de carne a un poco menos de 2% para 2019.

En los países donde la producción de carne sigue en aumento, el principal factor lo constituyen las ganancias de la productividad. Por ejemplo, en Estados Unidos, el mayor peso en canal tiene un crecimiento sostenido. En la Unión Europea (UE) se espera también un aumento de la producción total de carne, pese a la reducción de la producción de carne de bovino. Se prevén incrementos en la producción de la UE para todas las demás categorías de carne, en especial la de cerdo, como reflejo de la fuerte demanda de importaciones de China. En Argentina, la producción de carne aumentó principalmente para cubrir la mayor demanda del extranjero.

Medidos por el índice de precios de la carne de la FAO, los precios promedio en 2019 fueron 5.6% mayores que en 2018 y la carne de cerdo, en particular la congelada, registró el aumento más pronunciado debido a la mayor demanda de importaciones de China. Los precios de la carne de aves de corral y de bovino también se fortalecieron debido al incremento de la demanda en Asia, en tanto que la limitada oferta proveniente de Oceanía contribuyó al continuo fortalecimiento de los precios de la carne de ovino.

Las exportaciones mundiales de carne se elevaron a 36 Mt en 2019, 4% por encima del nivel de 2018. Casi todo este incremento se atribuye a mayores importaciones de China debidas a pérdidas de producción relacionadas con la PPA. En 2019, las importaciones totales de carne de China aumentaron 62% (cerca de 2 Mt) en todas las categorías de dicho producto. Por el lado de las exportaciones, gran parte de la expansión de los volúmenes mundiales provino de Argentina, Canadá, la Unión Europea, Tailandia y Estados Unidos.

Se espera que los precios nominales de la carne se mantengan similares o aumenten por encima del nivel del periodo base (promedio 2017 a 2019) (Figure 6.1°. Durante la primera mitad del periodo de proyección, los precios se verán sustentados por restricciones de la oferta en varios países asiáticos y el respectivo aumento de la demanda de importaciones. Esto resulta pertinente para el sector de la carne de cerdo, donde la matanza selectiva relacionada con la PPA disminuyó la producción de Asia. Los precios más altos mejorarán la rentabilidad de la producción de carne durante la primera mitad del periodo de proyección, pese al aumento gradual de los costos del forraje (Figura 6.2). Cuando las existencias de carne de cerdo comiencen a recuperar su tendencia de crecimiento a largo plazo, los precios de la carne de cerdo bajarán en términos reales durante el resto del periodo de proyección, ya que se supone que el crecimiento de la productividad continuará. En tanto que el crecimiento económico y el demográfico en curso en los países en desarrollo son los principales impulsores del consumo de carne a nivel mundial, en las Perspectivas se prevé una estabilización del consumo per cápita de carne con un cambio hacia la demanda de productos de calidad en los países de ingresos altos.

Se prevé que los precios reales (en dólares estadounidenses de 2019) de la carne de vacuno y ovino disminuirán al máximo en 2029, a USD 3 472/tonelada (t) y USD 3 926/t equivalente de peso en canal (c.w.e.), respectivamente. En términos reales, se prevé que los precios de la carne de cerdo y la de aves de corral bajarán a USD 1 323/t c.w.e. y USD 1 508/t peso del producto (p.w.), respectivamente. En términos nominales, todos los precios de la carne aumentarán de manera moderada hacia 2029 (Figura 6.1). Se prevé que los precios de la carne de ovino seguirán altos durante el periodo de las perspectivas debido a la combinación de una fuerte demanda de importaciones de Asia y restricciones en la oferta de Oceanía, derivadas de una mezcla de reducciones de rebaños inducidas por la sequía en Australia y de una constante disminución en la cría de ovejas en Nueva Zelanda.

A nivel mundial, las Perspectivas de este año prevén que los niveles de producción y de consumo de carne se ubicarán en un punto bajo en 2020 debido a los múltiples brotes de PPA en todo el continente asiático. En los primeros años del periodo de las perspectivas, el crecimiento total de la producción mundial de carne se verá afectado en forma negativa por la disminución de la disponibilidad de carne de cerdo, solo parcialmente compensada por mayores volúmenes de producción de otros tipos de carne.

Se prevé que el crecimiento del consumo de carne durante la próxima década se elevará 12% para 2029 en comparación con el periodo base. Sin embargo, en el mediano plazo, las tasas de crecimiento se reducirán como respuesta al crecimiento más lento de los ingresos en diversas regiones, el envejecimiento de la población y la estabilización de los niveles de consumo per cápita de carne en los países de ingresos altos debido a la saturación y las preferencias dietéticas de carnes de mayor calidad. Dados estos factores, se prevé que el consumo mundial per cápita aumentará solo 34.9 kg en equivalente de peso al menudeo (r.w.e.) para 2029, un incremento de 0.5 kg r.w.e., ligeramente más de 1%, en comparación con el periodo base. Prácticamente todo este incremento per cápita se atribuye a un mayor consumo de carne de aves de corral.

Se espera que la expansión mundial de la oferta de carne aumente 40 Mt c.w.e. para 2029, en comparación con el periodo base. Durante el transcurso del periodo de las perspectivas, la combinación de la expansión de hatos y rebaños en las regiones de las Américas y la Unión Europea, y una mayor productividad, sostendrá a un mercado impulsado por la oferta. Se prevé que los países en desarrollo representarán la mayor parte del aumento total de la producción y la carne de aves de corral se mantendrá como el principal motor del crecimiento de la producción total de carne. La producción de la carne de cerdo seguirá moderada en los primeros cinco años del periodo de las perspectivas debido a los brotes de PPA en China y Vietnam en particular.

Se espera que la proporción de la carne comercializada a nivel mundial aumente en el inicio del periodo de las perspectivas para abastecer al mercado chino. En el mediano plazo, se prevé que la proporción de carne comercializada cubrirá la creciente demanda de los países de ingresos bajos, particularmente en los países menos adelantados (PMA) de África, Asia y Oriente Medio, donde la producción nacional seguirá siendo insuficiente para cubrir la demanda. También se espera que la reciente ratificación (en diciembre de 2019) del Acuerdo sobre la Zona de Libre Comercio Continental Africana por parte de 28 países promueva un incremento del comercio dentro de África, una vez que dicho instrumento entre en vigor en julio de 2020.

Los brotes de enfermedades animales, las restricciones sanitarias y las políticas comerciales seguirán siendo los principales factores impulsores de la evolución y la dinámica de los mercados mundiales de la carne. Las incertidumbres relacionadas con los acuerdos comerciales actuales o futuros durante el periodo de las perspectivas (por ejemplo, la salida del Reino Unido de la Unión Europea) podrían cambiar los patrones del comercio de la carne. En el corto plazo, son inciertas la magnitud y la duración del impacto del brote actual del COVID-19, pero se espera que la producción de carne (incluidos los sacrificios y el procesamiento) y las pautas de consumo, en especial de servicios alimentarios, resulten afectadas. Otros factores que podrían afectar las perspectivas de la carne en el mediano plazo incluyen los cambios en las preferencias de los consumidores y las actitudes hacia los niveles de consumo de carne en vista de los efectos que causa en la salud, el medio ambiente, el bienestar de los animales y las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) que pueden generar un incremento de la demanda más moderado.

Los precios de la carne se mantendrán altos en términos nominales durante el periodo de las perspectivas (Figura 6.2). Se prevé que los precios reales de la carne mantendrán su tendencia a la baja debido a la desaceleración del crecimiento del consumo de carne, combinada con un incremento en la oferta apoyado por el bajo aumento de precios de los cereales para forraje. La trayectoria real con el tiempo diferirá según el tipo de carne. En el corto plazo, los precios reales de la carne de res bajarán con mayor rapidez debido a la abundante oferta de este tipo carne de los grandes países productores como Argentina, Brasil y Estados Unidos después de un rápido aumento en el inventario de rebaños observado en los últimos años. Sin embargo, a medida que los hatos de vacas para carne se reduzcan y la tasa de crecimiento de la producción se desacelere, se prevé que los precios nominales empezarán a aumentar lentamente.

Se prevé que los precios de la carne de cerdo disminuirán en términos reales, pero seguirán altos en términos nominales, en comparación con el periodo base. Las características sobresalientes del sector mundial que determinarán esta tendencia son la mayor oferta de Brasil, la Unión Europea y Estados Unidos y la fuerte demanda de importaciones de China en particular. A nivel mundial, se espera un aumento continuo de la bandada de aves de corral. La combinación de un incremento en los costos del forraje y la creciente demanda de importaciones sustentará el incremento de los precios nominales de carne de aves de corral durante el periodo de proyección.

Se prevé que los precios de la carne de ovino en términos reales permanecerán altos, a medida que las contracciones en la bandada reduzcan la oferta y restrinjan el comercio de los dos principales exportadores, Australia y Nueva Zelanda. Esto mantendrá la presión sobre los precios mundiales en los primeros años del periodo de proyección. Se espera que el fuerte crecimiento de la demanda de importaciones de China aumente marginalmente en la segunda parte del periodo de proyección, a medida que se aminoren los efectos de la PPA.

En el mediano plazo, la producción se beneficiará del coeficiente favorable de precio carne-forraje (Figura 6.3). La mayor demanda de importaciones sustentará los precios de la carne, contribuyendo a una mayor rentabilidad de la producción de carne durante la primera mitad del periodo de proyección. Esto es particularmente relevante en el sector de la carne de cerdo, donde la matanza selectiva relacionada con la PPA disminuyó la producción en Asia Oriental. Las diferencias propias del sistema de producción implican que los coeficientes favorables de carne-forraje son más benéficos para la producción de carne de aves de corral y de cerdo, en tanto que los productores de carne de res tienen más flexibilidad en la intensidad de uso del forraje. La producción de carne de ovino se basa más que nada en pastizales y los productores se benefician menos de los coeficientes de precios de carne-forraje más bajos.

En el transcurso del periodo de las perspectivas, la expansión de rebaños y hatos en las Américas, combinada con la mayor productividad de la región, sustentarán un mercado regido por la oferta. La carne de aves de corral se mantiene como el principal impulsor del crecimiento de la producción total de carne. Los bajos costos de producción, un ciclo de producción corto, los altos coeficientes de conversión de forraje y los bajos precios de los productos contribuyeron a que la carne de aves de corral se convirtiera en la preferida de productores y consumidores a la vez.

Se prevé que la producción mundial de carne crecerá casi 40 Mt hacia 2029 y llegará a 366 Mt. En general, la mayor parte del crecimiento de la producción de carne se atribuye a las regiones en desarrollo, que representarán 80% de la producción adicional. En el corto plazo, en la respuesta de la oferta de los distintos tipos de carne aún influirán los brotes de PPA experimentados en Asia, así como las reducciones en el número de terneros y los rebaños de ovejas debidas al clima que ha prevalecido en Australia. Después de 2021, estos factores se estabilizarán y se espera una recuperación paulatina de la producción de carne.

Se prevé que Brasil, China, la Unión Europea y Estados Unidos producirán cerca de 60% de la producción mundial de carne para 2029. El crecimiento de la producción en Brasil seguirá beneficiándose de una abundante dotación de recursos naturales, forraje, disponibilidad de pastizales, aumentos de la productividad y, hasta cierto grado, de la devaluación del real. La producción de China se beneficiará de las crecientes economías de escala, a medida que las pequeñas unidades de producción se conviertan en empresas comerciales más grandes. La producción de Estados Unidos resultará favorecida por la fuerte demanda interna y por un mayor peso en canal en un entorno de forrajes de bajo costo. La producción total de carne en la Unión Europea permanecerá estable, reflejando una pequeña reducción de la demanda interna de carne de res y de cerdo, en tanto que en los países africanos se espera que la ratificación del Acuerdo sobre la Zona de Libre Comercio Continental Africana, en el marco del cual más de 90% de los productos comercializados dentro de África estarán exentos de impuestos, propiciará que la producción de carne aumente.

La producción mundial de carne de res crecerá durante el periodo de las perspectivas, particularmente en los principales países productores de las Américas, como Argentina, Brasil y Estados Unidos. Se prevé que los países en desarrollo representarán 81% de la carne de res adicional producida hacia 2029, en comparación con el periodo base. La mayor parte de este incremento ocurriría en Argentina (pese al impuesto a la exportación de carne de res), Brasil, China, Pakistán, África subsahariana y Turquía. En los países desarrollados, se prevé que la producción será 4% más alta hacia 2029 que en el periodo base; este aumento se deberá sobre todo al alto crecimiento registrado en Canadá y Estados Unidos. La producción de carne de res de América del Norte será sustentada por mayores pesos en canal, resultado de los bajos costos del forraje, así como un mayor número de sacrificios, a medida que la reconstrucción de los rebaños genere un aumento en el número de animales.

La oferta de la carne de res seguirá baja en Australia en el corto plazo, a consecuencia de la sequía que ha prevalecido durante los últimos años. Se espera que siga una recuperación gradual de la producción, aunque la reconstrucción de los rebaños tardaría algunos años. En la Unión Europea y el Reino Unido se prevé una tendencia descendente de la producción de carne de res pues los rebaños de vacas lecheras, que componen alrededor de dos tercios de la oferta de carne de res, disminuirán tras los aumentos de la productividad en el sector lechero. Otros factores que limitan el crecimiento potencial de este sector en la Unión Europea son la reducción de rebaños de vacas nodrizas debido a su baja rentabilidad, la escalada de la competencia en los mercados de exportación y la reducción de la demanda interna. Por otra parte, se prevé que la demanda cambiará conforme el gusto de los consumidores se modifique para incluir más carne procesada y alimentos listos para consumirse.

El brote de PPA en toda Asia, que cambió sustancialmente la oferta y la demanda desde finales de 2018, aún afecta a muchos países, sobre todo a China y Vietnam. Se prevé que los brotes de PPA seguirán reduciendo la producción mundial de la carne de cerdo hasta 2021, después de lo cual se espera que aumente de manera constante durante el resto del periodo de las perspectivas. En estas Perspectivas se supone que la producción de carne de cerdo de China bajará 8% en 2020. Se prevé que la producción y el consumo en China alcanzarán los niveles de 2017 en 2025/2026 y reanuden una tendencia de crecimiento constante para el resto del periodo de las perspectivas. El aumento de la producción mundial de carne de cerdo durante el próximo decenio se verá impulsado sobre todo por la recuperación de la PPA en la región asiática y el crecimiento de la producción en China se destinará a abastecer a su mercado interno. Se espera que este crecimiento aporte dos tercios de la producción mundial adicional. También se espera una alta tasa de crecimiento de la producción en Vietnam durante el periodo de las perspectivas. De igual manera, se prevé que la producción de carne de cerdo en la Unión Europea disminuirá ligeramente pues se espera que las preocupaciones ambientales y públicas limiten su expansión.

La carne de aves de corral se mantendrá como el principal motor del crecimiento de la producción de carne, aunque a una tasa más lenta en el periodo de proyección que la del decenio anterior, y representará la mitad de toda la carne adicional producida durante el próximo. Su ciclo de producción corto permite a los productores responder con rapidez a las señales del mercado y a la vez realizar mejoras rápidas en los aspectos de genética, sanidad animal y prácticas de alimentación. La producción se expandirá con rapidez gracias a los aumentos sostenidos de la productividad en China, Brasil y Estados Unidos y las inversiones hechas en la Unión Europea, en particular en Hungría, Polonia y Rumania, países que aprovecharán sus menores costos de producción. También se prevé una rápida expansión en Asia, pues la tendencia a dejar de consumir carne de cerdo en el corto plazo beneficiará a la carne de aves de corral en el mediano plazo.

El crecimiento de la producción de carne de ovino se originará principalmente en Asia, encabezado por China, pero se prevén aumentos importantes en la producción en África, en particular en los PMA de África subsahariana. Pese a las limitaciones relacionadas con la urbanización, la desertificación y la disponibilidad de forraje en algunos países, las ovejas y las cabras son especies populares bien adaptadas a la región y a los amplios sistemas de producción que utiliza. En Oceanía, se espera que el crecimiento de la producción aumente de manera moderada debido a la competencia en curso por la tierra de pastura entre la producción de carne de res y la de lácteos en Nueva Zelanda, que es el principal exportador, así como a la sequía extrema y prolongada en Australia, donde el número total de ovejas bajó de 72 a 66 millones de 2017 a 2019. Se prevé que la producción de carne de ovino en la Unión Europea permanecerá estable, sostenida por el apoyo acoplado voluntario en los principales Estados miembros productores de ovinos.

En estas Perspectivas se presentan proyecciones para los mercados agrícolas que incorporan supuestos de los efectos del brote de PPA en China. Esos supuestos incluyen el plan de apoyo gubernamental de 2019 durante los próximos tres años y una serie de políticas públicas diseñadas para estabilizar, recuperar y estimular la producción de cerdo. Se está prestando más apoyo financiero para el desarrollo de instalaciones de producción más grandes, así como una mayor investigación científica para desarrollar una vacuna y se están aplicando servicios técnicos y directrices para prevenir y controlar la PPA. Se espera que esto provoque la desaparición de muchas granjas de menor tamaño, las cuales recibirán subsidios por la matanza selectiva de rebaños para beneficio de los productores integrados, cada vez mayores, que por lo general disponen de medidas de bioseguridad más fuertes.1 En 2019, la producción de carne de cerdo de China disminuyó 21% y se prevé que baje 8% más en 2020. A partir de 2021, en estas Perspectivas se supone que la producción de carne de cerdo aumentará y en 2025 alcanzará los niveles de producción previos a la PPA. Eso refleja las proyecciones presentadas por el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales en el informe Perspectivas agrícolas para China (2019-2028), las cuales se ajustaron para reflejar la evolución del mercado en 2019 (Figura 6.4). El volumen de las importaciones también aumentó en 2019 y se prevé que sumará 3 Mt para 2020, lo que implica un incremento de 24% durante 2019. Esto podría elevar la participación de China en las importaciones mundiales, de 17% en 2017 a cerca de 29% en 2020. Se espera que la mayor parte de las importaciones chinas de carne de cerdo provengan de Brasil, Canadá, la Unión Europea y Estados Unidos. Además, se espera que China aumente de manera significativa sus importaciones de cerda viva para reconstruir su inventario.

El efecto del brote actual de PPA fue grave en Vietnam, en cuyo sector predominan los pequeños productores. Desde que se confirmó el primer brote en febrero de 2019, la PPA se propagó con rapidez a todas las provincias. En marzo de 2020 se estimó que se había matado selectivamente a alrededor de 6 millones de cerdos. No obstante, son evidentes las recientes señales de mejora: a principios de marzo de 2020, 35 de las 63 provincias informaron no haber tenido brotes en los últimos 30 días.2 En estas Perspectivas se supone que la producción seguirá debilitada en 2020, antes de empezar una recuperación paulatina para llegar a los niveles de 2018 en 2025 (Figura 6.4). Varios otros países de Asia Oriental resultaron afectados en menor medida por los brotes de PPA; en las presentes Perspectivas se analiza su impacto en estos países desde principios de enero de 2020.

La PPA provocó que los consumidores chinos cambiaran a fuentes alternativas de carne, en particular la de aves de corral. Pese al reciente resurgimiento de la gripe aviar altamente patógena, se prevé que la producción de carne de aves de corral y de huevo aumentará en China para abastecer parte de la demanda interna adicional de tipos alternativos de carne. Sin embargo, la fuerte reducción de los números de cerdos aún sustenta la expectativa de que el crecimiento de la demanda total de forraje cambiará en los primeros años del periodo de las perspectivas. En el caso del maíz, se prevé que la demanda para forraje bajará en los primeros dos años del periodo de proyección, cuando se espera que la producción de carne de cerdo de China se encuentre en su nivel más bajo. Esto se debe sobre todo a la mayor cantidad de forraje requerida para producir un determinado volumen de carne de cerdo (para mayor información sobre la interacción entre la producción de carne de China afectada por la PPA y la demanda de forraje, véase FAO, 20193).

Los recientes brotes del COVID-19 también afectaron al mercado de la carne en China. Desde principios de 2020, la falta de trabajadores en la industria de procesamiento de carne, intensiva en mano de obra (mataderos), y los cuellos de botella en el transporte que se han creado, provocaron escasez de carne y precios notoriamente altos de dicho producto.4

Según las previsiones el crecimiento del consumo de carne se incrementará en las regiones en desarrollo debido a los altos niveles de población y tasas de crecimiento. Se espera que ello genere un crecimiento general del volumen del consumo de carne en los países en desarrollo alrededor de cinco veces más que el de los países desarrollados. Eso resulta particularmente relevante en África y Asia, donde se espera que las tasas de crecimiento sean mayores durante el periodo de las perspectivas en comparación con el decenio anterior. Se prevé que la ratificación del Acuerdo sobre la Zona de Libre Comercio Continental Africana impactará positivamente en los flujos comerciales dentro del continente, debido al consumo adicional impulsado por la disminución de los precios. Sin embargo, se espera que los aumentos del consumo per cápita permanezcan pequeños, ya que el aumento de los ingresos ocurre a partir de una base pequeña. No obstante, el alto crecimiento demográfico implica que el crecimiento total del consumo será más rápido que el de cualquier otra región, a pesar de las ganancias limitadas y algunas veces negativas en términos per cápita. El crecimiento del consumo de carne en Asia provendrá de la combinación de una mayor disponibilidad al disminuir el brote de PPA, además del mayor consumo per cápita debido al incremento de los ingresos, la disminución de los precios de la carne en términos reales y la liberalización del comercio.

A nivel nacional, durante el periodo de proyección, el cambio en el consumo per cápita de carne varía mucho entre un país y otro y según los tipos de carne (Figura 6.5). Se prevé que el consumo mundial de carne per cápita aumentará ligeramente, 0.4 kg r.w.e., en comparación con el periodo base. En algunos casos, los niveles de consumo en las regiones de ingresos más altos se acercan a la saturación. En estas Perspectivas se prevé que el crecimiento anual del consumo per cápita de carne en los países desarrollados será de 0.24% al año, una cuarta parte de la tasa anual de crecimiento del decenio anterior, pero en los países en desarrollo será de 0.8% al año, el doble del decenio pasado.

También está cambiando la forma en que los consumidores gastan su dinero en alimentos. En los países de ingresos altos, los incrementos en el gasto en alimentos por persona pasan de destinarse a comprar alimentos frescos preparados en el propio hogar a adquirir alimentos de conveniencia y a comer fuera.5, 6 Esto sucede, por ejemplo, en Japón, sobre todo entre los hogares de personas mayores y de una sola persona, y es una tendencia que el gobierno japonés espera que aumente durante el próximo decenio. Además, dado que se anticipa que la población japonesa se reducirá 4%, en comparación con el periodo base, se prevé que el consumo general de carne disminuirá marginalmente. Otros factores, como la calidad, serán cada vez más importantes para los consumidores de los países de ingresos altos y afectarán sus decisiones.

La demanda de carne sigue en aumento, a medida que los ingresos continúan al alza en los países en desarrollo, donde se prevé que el consumo per cápita se incrementará más y las tasas de crecimiento per cápita equivaldrán a las de los países desarrollados, en comparación con el periodo base. En los países desarrollados, los cambios en el consumo de carne reflejan una disminución en la influencia de factores como los ingresos y el precio y, como se mencionó antes, muchos de estos países han llegado a la saturación en sus niveles de consumo de carne (Figura 6.6). Otros factores incluyen creencias religiosas, normas culturales, urbanización y preocupaciones ambientales, éticas y de salud.

Históricamente, la baja de los precios ha contribuido a convertir a la carne de aves de corral en la preferida de los consumidores de los países en desarrollo. Con el lento crecimiento de los ingresos durante el periodo de proyección, la situación se mantendrá igual y a la carne de aves de corral corresponderá el mayor porcentaje de consumo adicional per cápita a nivel mundial.

Se prevé que el consumo de carne de res se incrementará a 76 Mt durante los siguientes 10 años y representará 16% del aumento total del consumo de carne en comparación con el periodo base. En términos per cápita, se espera que el consumo de carne de res en el mundo en desarrollo se mantenga bajo (cerca de un tercio en términos de volumen) en relación con los países desarrollados. Asia es la única región donde según las previsiones aumentará el consumo per cápita de carne de res durante el periodo de proyección, aunque a partir de una base baja. En varios países con un alto consumo de carne de res per cápita, el nivel de este bajará a favor de la carne de cerdo y la carne de aves de corral, de precio más económico.

Se prevé que el consumo mundial de carne de cerdo aumentará a 127 Mt durante los siguientes 10 años y representará 28% del incremento total del consumo de carne. Se espera que, sobre una base per cápita, el consumo de la carne de cerdo disminuya marginalmente durante el periodo de las perspectivas, a medida que baje el consumo en la mayoría de los países desarrollados. Por ejemplo, se prevé que en la Unión Europea bajará, pues los cambios en la composición de la población influyen en dietas que favorecerán a la carne de aves de corral por encima de la de cerdo; la primera no solo es de menor precio, sino que se le percibe como una elección alimentaria más saludable. En los países en desarrollo, se anticipa que el consumo per cápita de la carne de cerdo, que equivale a la mitad del consumo de los países desarrollados, se elevará marginalmente durante el periodo de proyección. Las tasas de crecimiento son sostenidas en la mayor parte de América Latina, donde el consumo per cápita de carne de cerdo creció con rapidez, respaldado por precios relativos favorables que posicionaron a la carne de cerdo como una de las preferidas, junto con la de aves de corral, para satisfacer la creciente demanda de la clase media. Se prevé que varios países asiáticos, que por tradición consumen carne de cerdo, incrementarán su consumo sobre una base per cápita una vez que disminuya el impacto de la PPA.

Se prevé que el consumo de carne de aves de corral se elevará a nivel mundial a 145 Mt durante el periodo de proyección, y se espera que la carne de aves de corral represente 50% de la carne adicional consumida. Sobre una base per cápita, las sólidas tasas de crecimiento del consumo de carne de aves de corral reflejan el papel significativo que esta desempeña en las dietas nacionales de varios países en desarrollo populosos, incluidos China e India. No obstante, se mantendrá una brecha sustancial, relacionada principalmente con los niveles de ingreso en los países desarrollados, que consumen casi tres veces más carne de aves de corral que los países en desarrollo.

Se prevé que el consumo mundial de carne de ovino, un nicho de mercado en algunos países y que se considera un componente de primera clase de la dieta en muchos otros, aumentará 2 Mt durante el periodo de las perspectivas y representará 6% de la carne adicional consumida. El consumo de carne de ovino en todo el mundo, sobre una base per cápita, es comparable en los países en desarrollo y en los desarrollados, y se espera que se incremente ligeramente durante el periodo de proyección, pues se prevé que los precios se mantendrán altos. En muchos países de Oriente Medio y África del Norte (MENA), donde tradicionalmente se consume carne de ovino, se prevé que el consumo per cápita continuará su descenso de largo plazo, para beneficio de la carne de aves de corral. El crecimiento de la demanda en esta región se relaciona estrechamente con el mercado del petróleo, que influye en gran medida en el ingreso disponible de la clase media y también en los patrones de gasto público.

Se prevé que el volumen de carne comercializado a nivel mundial (excepto animales vivos y productos procesados) será casi 12% mayor en 2029 que en el periodo base. Esto representa una desaceleración del crecimiento del comercio de carne a una tasa promedio anual de casi 0.6%, en comparación con 3% durante el decenio anterior. Sin embargo, se espera que la proporción de producción total de carne comercializada aumente ligeramente con el tiempo, en particular al inicio del periodo de proyección.

Las exportaciones de carne están concentradas y se prevé que la participación conjunta de los tres principales países exportadores de carne —Brasil, la Unión Europea y Estados Unidos— equivaldrá a casi 60% de las exportaciones mundiales de carne para 2029. En América Latina, se espera que los países exportadores tradicionales retengan un alto porcentaje del comercio mundial de carne, al beneficiarse de la depreciación de sus monedas y del excedente de producción de cereales para forraje.

Durante el próximo decenio, las crecientes importaciones estarán compuestas sobre todo de carne de aves de corral, que es la que más contribuye, y carne de res. En conjunto, se prevé que estos dos tipos de carne representarán la mayor parte de las importaciones adicionales de carne en Asia y África, donde el crecimiento del consumo superará la expansión de la producción interna.

Se espera que la demanda de importaciones aumente con mayor rapidez (en términos de tasas de crecimiento) en África subsahariana, en tanto que en términos de volumen, el aumento de las importaciones de carne se verá impulsado por Asia. La región asiática representará 53% del comercio mundial para 2029. Los mayores aumentos provendrán de Filipinas y Vietnam en el caso de la carne de aves de corral. Si bien las importaciones chinas de carne se incrementarán considerablemente en la parte inicial del periodo de proyección, se prevé una disminución paulatina de las importaciones en la segunda mitad del periodo de proyección, a medida que la producción se recupere del brote de PPA (Figura 6.4). Se anticipa que la mayor demanda de importaciones de carne de cerdo en China rendirá grandes beneficios para Brasil, Canadá, la Unión Europea y Estados Unidos. En la Federación de Rusia, los efectos de largo plazo de la prohibición de importación de carne de 2014, que en estas Perspectivas se prevé seguirán en vigor hasta finales de 2020, estimularon la producción interna y se espera que las importaciones de carne sigan bajando durante el periodo de proyección.

Las exportaciones de carne de ovino de Australia y Nueva Zelanda se beneficiaron de la debilidad del dólar neozelandés (NZD) y el australiano (AUD) ante el dólar estadounidense (USD), así como de la fuerte demanda a nivel mundial. Se prevé que los embarques a China permanecerán altos, pues se espera un significativo crecimiento de la demanda de carne de ovino en dicho país mientras dure el brote de PPA. Esta demanda contrasta con la disminución de la demanda del Reino Unido y de Europa continental en la primera mitad del periodo de las perspectivas. En consecuencia, se espera que Australia siga aumentando su producción de carne de cordero a expensas de la de carnero. En Nueva Zelanda, se prevé que el crecimiento de las exportaciones será marginal, ya que el uso de la tierra cambió de la cría de ovejas a la lechería.

Las políticas comerciales son aún un factor de peso que afecta la dinámica de los mercados mundiales de la carne. La aplicación de los acuerdos comerciales durante el periodo de las perspectivas podría diversificar o consolidar el comercio de la carne de manera considerable. Las decisiones de política comercial unilaterales o inesperadas son otro factor de riesgo en las proyecciones. Las políticas internas también influyen en la competitividad de los productores de carne. Argentina introdujo un impuesto temporal a la exportación de carne en 2018, que se espera afecte en forma negativa la competitividad del país en el mercado mundial de la carne. Las negociaciones comerciales en curso entre el Reino Unido y la Unión Europea también afectarán a los diversos mercados de la carne.

Las enfermedades animales afectaron a los mercados de carne de aves de corral, de res y de cerdo, y es probable que esta situación se mantenga durante el periodo de las perspectivas. El impacto a mediano plazo de la PPA sobre la producción mundial de carne de cerdo es incierto, pero en estas Perspectivas se supone que las medidas para contener este brote deprimirán la producción mundial de carne de cerdo en los próximos cinco años. Sin embargo, el impacto a mediano plazo de la PPA podría ser más o menos grave que lo anticipado en este momento.

En el corto plazo, la magnitud de los efectos y la duración del brote del COVID-19 son inciertas. Los problemas de la oferta de mano de obra y de transporte podrían entorpecer la cadena de comercialización y afectar la producción de carne (incluidos el sacrificio y el procesamiento). El brote afectará también, en el corto plazo, los hábitos de consumo, en particular el consumo fuera del hogar, lo cual a su vez repercutirá en la demanda de cortes de carne de alto valor que suelen consumirse en restaurantes. Además, la amenaza del ganado listo para el mercado que no puede comercializarse o procesarse debido a la actual escasez de mano de obra podría provocar graves repercusiones económicas en las comunidades rurales y un gran reto para el bienestar de los animales. Por último, la duración de la desaceleración económica y su impacto en el aumento de los ingresos probablemente reduzca la demanda de carne, que causa gran reactividad de los ingresos durante una parte del periodo de proyección.

El consumo agregado de carne ha seguido una trayectoria ascendente continua, motivada por el crecimiento demográfico y el aumento de los ingresos. Sin embargo, la tendencia de los tipos individuales de carne no ha sido homogénea. Las diferencias en precios relativos, combinadas con las crecientes preocupaciones sanitarias y ambientales, han llevado a los consumidores a reducir de manera gradual la proporción de carne roja en su consumo de carne y al mismo tiempo aumentar la proporción de carne de aves de corral. Se ha comprobado que las tasas de crecimiento del consumo de carne están disminuyendo debido a la desaceleración de las tasas de aumento de los ingresos. Muchos países de ingresos altos están alcanzando niveles de saturación en términos del consumo per cápita (Figura 6.6). Los cambios en las preferencias de los consumidores —como el aumento de los estilos de vida vegetarianos o veganos, las inquietudes sociales como el impacto negativo de la producción de carne sobre el medio ambiente y otros diversos aspectos socioculturales, como los dictados por la religión o las normas culturales— también tendrán un efecto.

El cambio climático, la obesidad, los adelantos tecnológicos y los cambiantes estilos de vida de los consumidores son también factores importantes, en particular porque influyen en las iniciativas en materia de políticas públicas y en el cambio hacia patrones de consumo ambientalmente sostenibles. La atención cada vez mayor que los consumidores prestan al tratamiento de los animales y a la forma en que se produce la carne (con una creciente preferencia por carne y productos cárnicos orgánicos) son factores relativamente nuevos que son difíciles de evaluar en este momento. Sin embargo, si los adopta un porcentaje cada vez mayor de la población, podrían afectar a los mercados mundiales de la carne, aunque no queda claro hasta qué punto los consumidores están dispuestos y son capaces de pagar más por dichos productos. En muchas regiones en desarrollo, la asequibilidad es aún una preocupación primordial.

Notas

← 1. OCDE (2020), Agricultural Policy Monitoring and Evaluation 2020, Publicaciones de la OCDE, París.

← 2. http://www.fao.org/ag/againfo/programmes/en/empres/ASF/situation_update.html (al 15 de mayo de 2020)

← 3. FAO (2019), “African Swine Fever: Challenges for some, opportunities for others?”, en Perspectivas alimentarias, Publicaciones de la FAO, Roma.

← 4. FAO (2020), COVID-19: Channels of transmission to food and agriculture, Publicaciones de la FAO, Roma. http://www.fao.org/documents/card/en/c/ca8430en.

← 5. Véase el capítulo 2, “Consumer Trends of EC (2019)”, EU Agricultural Outlook for Markets and Income, 2019-2030, Comisión Europea, DG Agricultura y Desarrollo Rural, Bruselas.

← 6. Yagi, K. (2019), “Regarding future estimates of food consumption in Japan, Continuing decreases in total food expenditure and externalization of our diet”, PRIMAFF Review, núm. 92, pp. 2-3.

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