copy the linklink copied!Capítulo 2. Aspectos clave del sistema de educación superior en México

Este capítulo presenta un resumen de las principales características del sistema de educación superior en México y el contexto más amplio en el que opera. Comienza examinando muy brevemente las disposiciones económicas, sociales y de gobernanza en México que influyen en el desarrollo y el desempeño del sistema. Luego proporciona un resumen conciso de las tendencias recientes de participación en la educación superior; el panorama institucional; las disposiciones de financiamiento; los recursos humanos y la contratación de personal; los tipos de programas de estudio, los datos sobre matriculación y graduación, y la evidencia de las trayectorias de los egresados en el ámbito laboral y educativo.

    

Los datos estadísticos para Israel son suministrados por y bajo la responsabilidad de las autoridades israelíes competentes. El uso de dichos datos por parte de la OCDE es sin perjuicio del estatuto de los Altos del Golán, Jerusalén Este y los asentamientos israelíes en Cisjordania bajo los términos del derecho internacional.

copy the linklink copied!2.1. El contexto para la educación superior en México

2.1.1. Las condiciones sociales y económicas de México: una base desafiante para la educación superior

México cuenta con una economía marcada por una productividad comparativamente baja, cuyo crecimiento ha sido particularmente lento, y con disparidades en el crecimiento de sus regiones

México tiene el séptimo mayor Producto Interno Bruto (PIB) de los países miembros de la OCDE, pero el PIB per cápita más bajo (en paridad de poder adquisitivo), comparado con el 44% del promedio de la OCDE (OECD, 2018[1]). El PIB per cápita de México es más alto que el de todos los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), con la excepción de Rusia.

Desde 2000, el PIB per cápita ha crecido un 2.2% anual en promedio. El crecimiento ha sido bajo en comparación con otras economías de la OCDE, debido principalmente a la baja productividad y al bajo crecimiento de la productividad (OECD, 2018[2]). La productividad, medida por el PIB por hora trabajada, es más baja en México que en cualquier otro país de la OCDE. Los trabajadores mexicanos trabajan más horas per cápita (utilización de mano de obra) que el promedio en los países de la OCDE.

El nivel del PIB varía ampliamente entre los estados, y las disparidades de crecimiento entre los estados mexicanos están aumentando (Gráfica 2.1). Seis estados representaron casi 50% del PIB nacional en 2016: Ciudad de México (16.9%), Estado de México (8.9%), Nuevo León (7.3%), Jalisco (7.1%), Veracruz (4.7%) y Guanajuato (4.2%) (OECD, 2018[3]). El norte y el centro del país se caracterizan por tener una economía comparativamente productiva y moderna, y han aumentado las disparidades económicas con los estados del sur, cuyas estructuras económicas tradicionales son de menor productividad (OECD, 2017[4]). Muchos mexicanos no han experimentado mejoras en las condiciones de vida en la última década.

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Gráfica 2.1. Crecimiento del PIB en los estados mexicanos
Gráfica 2.1. Crecimiento del PIB en los estados mexicanos

Fuente: (OECD, 2017[4]), OECD Economic Surveys: Mexico 2017, https://doi.org/10.1787/eco_surveys-mex-2017-en.

El empleo en México se concentra en pequeñas empresas que gastan poco en investigación y desarrollo, y muchos de los empleos de la nación –4 de cada 10– están en los sectores agrícola e industrial

La proporción de empleo en los campos de actividad económica principales se ha mantenido estable durante la última década (OECD, 2018[5]). Los servicios son la principal fuente de empleo, representando 61.4% en 2017. Este es un punto porcentual más bajo que en 2009. La industria representó 25.6% del empleo, en comparación con 23.9% en 2009. La agricultura representó 13.0% del empleo en 2017, en comparación con 13.7% en 2009.

La Ciudad de México, el Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Veracruz y Guanajuato son los mayores contribuyentes al PIB en el sector de servicios (OECD, 2018[3]). Los estados con la mayor contribución al PIB en el sector agrícola –todos ubicados a lo largo de la costa del Pacífico– son Jalisco (11.3%), Michoacán (9.4%) y Sinaloa (7.7%). Los mayores contribuyentes al PIB en el sector industrial son Nuevo León (8.5%), a lo largo de la frontera con los Estados Unidos, y el Estado de México (8.1%), donde se encuentran la mayoría de las industrias textil, farmacéutica, automotriz y metalúrgica.

La gran mayoría de las entidades comerciales (unidades económicas) en México emplean 10 o menos empleados: El 95.4% de las entidades comerciales en México están clasificadas como microempresas (INEGI, 2015[6]). Las grandes empresas (251 o más empleados) representan solamente 0.2% de todas las entidades comerciales, seguidas por las empresas medianas con 0.8% y las pequeñas con 3.6% del total.

El indicador Gasto Interno Bruto en Investigación y Desarrollo Experimental (GERD) captura todo el gasto en I + D realizado dentro de una economía en un año. Entre los países de la OCDE, México tuvo el tercer nivel más bajo de GERD como porcentaje del PIB (0.49%) en 2017, detrás de Chile (0.26%) y Rumania (0.44%) (OECD, 2018[7]). Los datos de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT) señalan que México gasta más en I+D como porcentaje del PIB que la mayoría de sus pares latinoamericanos, sólo detrás de Argentina y Brasil (RICYT, 2018[8]). Más de dos tercios del financiamiento de GERD provienen del sector público y aproximadamente un quinto del sector privado.

En 2016, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) y la educación pública fueron los sectores que más contribuyeron al gasto en GERD, con el 50% y el 25% respectivamente (CONACyT, 2016[9]). CONACyT es un organismo gubernamental federal descentralizado creado en 1970 que trabaja para promover y desarrollar la ciencia y la tecnología en México, con la responsabilidad oficial de desarrollar políticas nacionales para la ciencia y la tecnología (CONACyT, 2014[10]). Entre sus muchas funciones, el CONACyT brinda becas a estudiantes de posgrado, evalúa y acredita programas de posgrado, reconoce y apoya a investigadores, apoya financieramente a empresas en proyectos de ciencia y tecnología y opera 27 centros públicos de investigación.

La participación en la fuerza laboral es baja, y muchos de los empleados mantienen trabajos informales

La tasa de participación en la fuerza laboral (63.4%) en México es la segunda más baja en la OCDE; tanto la tasa de empleo (61.1%) como la tasa de desempleo (3.6%), están por debajo de los promedios de la OCDE (Cuadro 2.1). Además, 27.2% de la población económicamente activa trabaja en el sector informal, y este sector representa 56.8% de dicha población (INEGI, 2018[11]).1 Además, el 31.5% de los empleados eran autoempleados en 2017 (OECD, 2018[12]).

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Cuadro 2.1. Indicadores clave de resultados del mercado laboral en México y los países de la OCDE, 2017

Indicador

México

OCDE

Tendencia (2006-2017) en México

Tasa de participación en la fuerza laboral (15-64 años de edad)

63.4%

72.1%

Aumento

Tasa de empleo (15-64 años de edad)

61.1%

67.8%

Estable

Tasa de desempleo (15-64 años de edad)

3.6%

5.9%

Disminución ligera

Desempleo entre jóvenes (15-24 años de edad)

6.7%

10.9%

Disminución ligera

Jóvenes que no estudian, ni trabajan ni están en formación (20-24 años de edad) (2016)

24.9%

16.2%

Disminución ligera

Tasa de participación de mujeres en la fuerza laboral (15-64 años de edad)

46.7%

64%

Aumento

Brecha salarial por género (2016)

16.5%

13.9%

Estable

Empleo de grupos desfavorecidos (hombres debajo de la edad de mayor rendimiento)

40%

25%

Disminución ligera

Fuente: (OECD, 2018[13]) OECD Employment and Labour Market Statistics.

La automatización y las nuevas tecnologías darán forma al crecimiento del empleo

Predecir la demanda de competencias a mediano y largo plazo de un país puede ser difícil, debido en parte al impacto de la automatización y las nuevas tecnologías (Nedelkoska and Quintini, 2018[14]). Los análisis de la OCDE de países que participan en el Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de Adultos, PIAAC, estiman que 14% de los trabajos son altamente automatizables, mientras que otro 32% pueden sufrir un cambio significativo de los requisitos de competencias por la automatización de algunas tareas. Los trabajos de rutina con bajos requisitos de competencias tienen el mayor riesgo de automatización. Si bien los datos para México son limitados, un estudio sugiere que en 2030, después de tener en cuenta la automatización, el mayor crecimiento en empleos se producirá en aquellas ocupaciones que requieren interacción con el cliente (McKinsey Global Institute, 2017[15]).2

El cambio demográfico –menor fertilidad y mayor esperanza de vida– conducirá a una población de mayor edad y a la disminución de las cohortes en edad escolar

México ocupa el décimo lugar de densidad poblacional en el mundo, con más de 129 millones de habitantes en 2017 (United Nations, 2017[16]). La población se ha multiplicado por cinco desde 1950. La tasa de crecimiento demográfico anual de México ha disminuido de aproximadamente de un 3% entre 1960 y 1980, a 1.24% en 2017, y se espera que disminuya aún más en el futuro. Se espera que la población alcance los 164 millones en 2050.

México tiene una población joven y está en proceso de transición demográfica. Alrededor de 26.7% de la población mexicana es menor de 15 años y 6.9% tiene 65 años o más. La media de edad en 2015 fue de 27.5 años, y se espera que aumente a 40.8 años para 2050, debido a la combinación de una fuerte disminución en el número de nacimientos vivos por mujer (de 2.29 en 2010-2015 a 1.72 en 2045-2050) y el aumento de la esperanza de vida (76.5 años al nacer en 2010-2015 y 82.6 años al nacer en 2045-2050). Se pronostica que la población de 0 a 14 años de edad disminuirá aproximadamente un 20% entre 2015 y 2050, lo que provocará a su vez una disminución en las cohortes de edad escolar.

Las salidas migratorias exceden las entradas

Según los últimos datos del censo mexicano, menos de 1% de la población en México nació en el extranjero en 2015 (INEGI, 2016[17]). Aunque la población nacida en el extranjero se duplicó entre 2000 y 2016, México sigue siendo principalmente un país de emigración y tránsito (OECD, 2018[18]). Si bien aproximadamente 73% de la población nacida en el extranjero en 2016 nació en los Estados Unidos –muchos de ellos descendientes de emigrantes mexicanos– el crecimiento se debió principalmente a las entradas de migrantes de otros países de América Latina y el Caribe, así como de España, Canadá y China. En 2017, se estima que alrededor de 11.8 millones de mexicanos, o casi 10% de la población de México, vivía en el extranjero, 97% de ellos en los Estados Unidos (Instituto de los Mexicanos en el Exterior, 2018[19]).

2.1.2. Gobierno y política

Las bases republicanas son fuertes y ha surgido una fuerte competencia multipartidista

México es una república constitucional y presidencial compuesta por un ejecutivo (presidente), una legislatura (el Congreso de la Unión) y una rama judicial (la Corte Suprema de Justicia) a nivel federal. El Congreso de la Unión es bicameral, compuesto por la Cámara de Diputados y el Senado. México es un estado federal en el que el poder se comparte entre el gobierno federal y las 32 entidades federales (denominadas estados), así como con los gobiernos municipales. El nivel de centralización y distribución del poder varía ampliamente según el área de política y el tema.

Durante las últimas siete décadas del siglo XX, un solo partido (incluidas sus encarnaciones anteriores), el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ejerció el poder sobre el gobierno de México. En los años ochenta y noventa se aplicaron una variedad de reformas electorales para abrir el panorama político mexicano (World Bank, 2007[20]). En 2000, el Partido de Acción Nacional (PAN) ganó las elecciones presidenciales, y se estableció en México firmemente la competencia electoral dentro de un sistema multipartidista como la norma (Edmonds-Poli and Shirk, 2011[21]). El ciclo electoral de 2018 marcó el comienzo de un cambio significativo en la composición política del Congreso y el gobierno de México. Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones, el primer candidato de centro izquierda desde Lázaro Cárdenas en 1934 (INE, 2018[22]). López Obrador se postuló como candidato para la coalición electoral, "Juntos haremos historia", establecida entre Morena –el partido de López Obrador–, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido de Encuentro Social (PES). La alianza también ganó una mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado.

La transparencia, el Estado de derecho y la violencia son desafíos clave en los asuntos públicos

México ocupó el puesto 66 en el mundo en el Índice de Democracia de la Unidad de Inteligencia de El Economista en 2017 (The EIU, 2018[23]). Ocupa el lugar 135 de 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional y el lugar 103 de 178 en el Índice de Participación de la Sociedad Civil de Varieties of Democracy (Transparency International, 2018[24]; Varieties of Democracy Institute, 2018[25]). En todo el mundo, 66 periodistas fueron asesinados en 2017, nueve de ellos en México (CPJ, 2018[26]). Para el año 2017, 59 periodistas estaban desaparecidos en todo el mundo, 14 de ellos (24%) en México.

En 2017, se cometieron 25 316 homicidios intencionales en México, la cifra más alta registrada (en comparación con 10 253 en 2007), y, en el momento de la redacción de este documento, se había cometido un número récord de homicidios intencionales (2 603) en 2018 (Secretaría de Gobernación, 2018[27]; Secretaría de Gobernación, 2018[28]). Entre los países que reportaron datos de homicidios en 2016, México tuvo la tasa más alta de homicidios intencionales en la OCDE, y la 13a más alta del mundo. Las implicaciones sociales y económicas de la violencia se sienten ampliamente y se extienden a la educación superior. Los estudiantes matriculados en instituciones de educación superior han experimentado violencia; para algunos estudiantes y familias las preocupaciones sobre la violencia ahora influyen en las decisiones sobre dónde estudiar.

2.1.3. Educación escolar

La matrícula y las cifras de egresos han aumentado, pero las competencias de los estudiantes de secundaria son limitadas y muchos jóvenes no completan el bachillerato

La matriculación en educación infantil y primaria de niños de tres a cinco años de edad aumentó 19 puntos porcentuales entre 2005 y 2016 (OECD, 2018[29]). La tasa de matrícula de los niños de cuatro años de edad, de 91%, fue más alta en 2016 que el promedio de la OCDE (88%).

En México, 82% de los jóvenes de 15 años de edad, 72% de los jóvenes de 16 años y 57% de los jóvenes de 17 años están matriculados en secundaria, en comparación con 97%, 95% y 90% respectivamente en promedio entre los países miembros de la OCDE (Gráfica 2.2). Las tasas de graduación de la preparatoria, el porcentaje estimado de un grupo de edad que completará el bachillerato, según los patrones actuales de graduación, para los menores de 25 años de edad aumentó de 39% en 2005 a 57% en 2016 en México, aunque esto sigue siendo menor que el promedio de la OCDE de 81%.

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Gráfica 2.2. Tasas de matrícula secundaria por edad y tasas de graduación de primer ciclo de bachillerato en México
Gráfica 2.2. Tasas de matrícula secundaria por edad y tasas de graduación de primer ciclo de bachillerato en México

Nota: Panel A: estudiantes matriculados en programas de tiempo completo y de medio tiempo en instituciones públicas y privadas. Panel B: suma de las tasas de graduación por primera vez específicas de la edad para la población menor de 25 años.

Fuente: (OECD, 2018[29]), Education at a Glance 2018, https://doi.org/10.1787/eag-2018-en.

Entre 2007 y 2017, la proporción de personas de 25 a 34 años de edad que no habían completado el bachillerato disminuyó en 13 puntos porcentuales (OECD, 2018[29]). Sin embargo, la proporción de aquellos que se encontraban en este rango de edad en 2017 sin una preparatoria completa era de 52%, en comparación con un 15% en promedio en la OCDE.

El desempeño en PISA de México es bajo. Los resultados de 2015 indican que se desempeña muy por debajo del promedio de la OCDE en cada dominio: ciencias (416 puntos contra 496), lectura (423 puntos contra 493) y matemáticas (408 puntos de contra 490) (OECD, 2016[30]). Menos de uno por ciento de los estudiantes mexicanos tienen el mejor desempeño en cada uno de los tres dominios.

copy the linklink copied!2.2. Educación superior en México

2.2.1. Ampliar la participación en la educación superior mexicana

La matrícula y el nivel de egreso de la educación superior se han expandido considerablemente

La matrícula en la educación superior ha crecido de aproximadamente 30 000 estudiantes matriculados en 1950 a más de 4.5 millones durante el año académico 2017-2018 (Gráfica 2.3).

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Gráfica 2.3. Matrícula en educación superior en México
Gráfica 2.3. Matrícula en educación superior en México

Nota: Los años 1950-1999 no incluyen la educación normal para maestros.

Fuente: Años 1950-1999: Adaptado de (Martínes Rizo, 2000[31]), La ANUIES y la Educación Superior Mexicana 1950-2000, http://publicaciones.anuies.mx/pdfs/revista/Revista116_S3A1ES.pdf. / Años 2000-2017: Adaptado de (ANUIES, 2018[32]), Visión y acción 2030.

Las tasas de egreso de la educación superior y bachillerato son más altas entre las poblaciones más jóvenes que en las poblaciones de mayor edad (Gráfica 2.4) y entre 2007 y 2017 el egreso de la educación superior entre los jóvenes de 25 a 34 años aumentó de 16% a 23% (OECD, 2018[29]). Sin embargo, el egreso de la educación superior se mantiene por debajo del promedio de la OCDE de 44%.

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Gráfica 2.4. Egresos de educandos mexicanos por cohorte de edad, 2017
Gráfica 2.4. Egresos de educandos mexicanos por cohorte de edad, 2017

Fuente: (OECD, 2018[29]), Education at a Glance 2018, https://doi.org/10.1787/eag-2018-en.

2.2.2. El panorama de las instituciones de educación superior

Las autoridades federales han creado instituciones de educación superior organizadas en muchos subsistemas, cuyas misiones y perfiles se superponen

De acuerdo con las estadísticas oficiales de la SEP, el Sistema Nacional de Educación Superior atendió a 4 430 248 estudiantes durante el año académico 2016-2017 (SEP, 2018[33]). México tiene un complejo sistema de educación superior, organizado en subsistemas, que en 2017 incluyó 3 762 instituciones públicas y privadas que imparten programas reconocidos, ofreciendo un total de 37 953 programas en 6 121 campus (Cuadro 2.2). Las instituciones privadas de educación superior pueden ofrecer programas reconocidos por la SEP y, por lo tanto, forman parte del Sistema Nacional de Educación Superior. En cambio, los programas de instituciones privadas no son reconocidos por el gobierno federal permanecen fuera del Sistema Nacional de Educación Superior. La Subsecretaría de Educación Superior clasifica el sistema público mexicano de educación superior en 13 subsistemas, (Cuadro 2.2) cada uno con un contexto distintivo, historia y disposición de gobernanza.

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Cuadro 2.2. El sistema de educación superior en México

 

Matrícula

Instituciones

Campus

Programas

Subsistema de educación superior

Número de alumnos

% total

Pregrado

Posgrado

Crecimiento anual1

Total

% total

Total

% total

Total

% total

Universidades públicas estatales

1 152 317

26.0%

95.3%

4.7%

3.4%

34

0.9%

929

15.2%

5 480

14.4%

Universidades públicas federales

584 692

13.2%

91.4%

8.6%

3.9%

9

2.5%

229

3.7%

1 491

3.9%

Institutos tecnológicos federales

340 800

7.7%

98.8%

1.2%

3.1%

128

3.4%

135

2.2%

1 658

4.4%

Institutos tecnológicos descentralizados

241 035

5.4%

99.6%

0.4%

12.5%

134

3.6%

141

2.3%

1 263

3.3%

Universidades tecnológicas

241 688

5.5%

100.0%

0.0%

12.6%

113

3.0%

131

2.1%

1 685

4.4%

Universidades politécnicas

92 785

2.1%

98.8%

1.2%

42.5%

61

1.6%

61

1.0%

378

1.0%

Instituciones de formación docente (públicas)

83 573

1.9%

96.3%

3.7%

-2.5%

276

7.3%

306

5.0%

864

2.3%

Universidades públicas estatales con apoyo de Solidaridad

68 089

1.5%

98.2%

1.8%

8.3%

22

0.6%

100

1.6%

514

1.4%

Universidades interculturales

14 784

0.3%

99.5%

0.5%

14%

11

0.3%

31

0.5%

129

0.3%

Centros públicos de investigación

6 996

0.2%

2.2%

97.8%

4%

37

1.0%

65

1.1%

217

0.6%

Otras instituciones públicas de educación superior

116 813

2.6%

85.3%

14.7%

2.3%

160

4.3%

305

5.0%

1 325

3.5%

Universidades privadas

1 472 197

33.2%

86.8%

13.2%

4.5%

2 517

66.9%

3 496

57.0%

22 537

59.4%

Instituciones de formación docente (privadas)

14 479

0.3%

95.1%

4.9%

-

176

4.7%

200

3.3%

412

1.1%

Nota: 1Crecimiento anual promedio desde 2000 (2001 en al caso de universidades interculturales y 2002 para universidades politécnicas)

Fuente: Recopilación de la OCDE basada en (SEP, 2018[33]) Sistema educativo de los Estados Unidos Mexicanos. Figuras clave 2016-2017.

El subsistema universitario federal consta de nueve instituciones, que incluyen las cuatro universidades nacionales autónomas, la más antigua de las cuales es la Universidad Nacional Autónoma de México (SEP, 2018[34]). Cuatro de las nueve universidades están ubicadas en la Ciudad de México, aunque llegan a la mayoría de los estados mexicanos a través de sus campus, escuelas y otras unidades educativas (Mendoza Rojas, 2018[35]). Tres de estas cuatro universidades son las más competitivas en todo México en términos de admisión (Ordorika, Rodríguez Gómez and Lloyd, 2018[36]). Las universidades nacionales, junto con CONACYT, realizan la mayor parte de la investigación científica en México (Mendoza Rojas, 2018[35]).

La historia de las instituciones nacionales de educación superior en México comenzó con la fundación de la Universidad Nacional de México (UNM) en 1910, 43 años después de que su predecesora, la Universidad Real y Pontificia de México, se cerrara debido a su afiliación a la Iglesia Católica (Ordorika, Rodríguez Gómez and Lloyd, 2018[36]). En 1929, la UNM logró la autonomía gracias a la Ley Orgánica de 1929 y se convirtió en lo que hoy se conoce como la Universidad Nacional Autónoma de México) (Ordorika, 2003[37]).

En 1936, se fundó el Instituto Politécnico Nacional, una institución de educación técnica, para apoyar la industrialización de México y ofrecer opciones alternativas de educación superior dentro del país, particularmente para los desfavorecidos económicamente (IPN, 2017[38]).

Para 1950, además de las dos instituciones nacionales de educación superior (IES), el sistema de educación superior de México incluía tres institutos tecnológicos, 12 universidades estatales y seis universidades privadas (Ordorika, Rodríguez Gómez and Lloyd, 2018[36]). Las décadas de 1950 y 1960 vieron una gran expansión del sistema, durante las cuales se abrieron 17 universidades en las capitales de los estados. Al mismo tiempo, se crearon institutos tecnológicos regionales, "a menudo en áreas con una demanda creciente de producción industrial y agrícola” (Ordorika, Rodríguez Gómez and Lloyd, 2018[36]).

En la década de 1970, la demanda de educación superior en la región de la Ciudad de México aumentó, y en 1978 se creó la Universidad Autónoma Metropolitana (Mendoza Rojas, 2018[35]). La matrícula general en la educación superior había aumentado 16 veces al final de la década, en comparación con la de 1950, y la mayoría de los estudiantes estaban inscritos en instituciones fuera de la Ciudad de México (Ordorika, Rodríguez Gómez and Lloyd, 2018[36]).

Los primeros institutos tecnológicos, fundados para apoyar la industrialización, datan de la década de 1940 (Ordorika, Rodríguez Gómez and Lloyd, 2018[36]). Las instituciones en este subsistema permanecieron bajo control federal hasta la década de 1990, cuando se crearon nuevos institutos tecnológicos descentralizados; este subsistema ha experimentado un gran crecimiento en las últimas dos décadas. Para el año 2017, había 134 institutos tecnológicos descentralizados y 128 institutos tecnológicos federales (véase la Cuadro 2.2), cuya coordinación era responsabilidad del Tecnológico Nacional de México.

La primera universidad politécnica, la Universidad Politécnica de San Luis Potosí, abrió en 2001, la cual inicialmente ofreció programas de licenciatura en ingeniería que se alinearon con las necesidades tecnológicas locales e incluyeron pasantías (Ordorika, Rodríguez Gómez and Lloyd, 2018[36]). Entre 2006-2007 y 2016-2017, el subsistema de universidades politécnicas experimentó el mayor crecimiento porcentual de cualquier subsistema, de aproximadamente 12 000 a 80 000 estudiantes en una década (Mendoza Rojas, 2018[35]).

Las primeras universidades tecnológicas se abrieron en 1991, con un enfoque en las competencias requeridas por el sector productivo (Mendoza Rojas, 2018[35]). Inicialmente, las universidades tecnológicas solamente ofrecían cinco grados CINE de ciclo corto (conocidos como Técnico Superior Universitario, TSU) centrados en habilidades técnicas y experiencia práctica; en 2009 comenzaron a ofrecer títulos de licenciatura para permitir a sus estudiantes continuar sus estudios. En 2016-2017, aproximadamente un tercio de los estudiantes inscritos estaban en programas de licenciatura, mientras que los otros dos tercios estaban inscritos en programas de ciclo corto. En total, nueve de cada diez estudiantes matriculados en programas de ciclo corto se matricularon en una universidad tecnológica. En 2016-2017, el subsistema estaba compuesto por 54 instituciones en 23 estados.

La mayoría de las universidades públicas estatales comenzaron como colegios religiosos o civiles en el siglo XIX, y la primera institución que se reorganizó como una universidad pública estatal, por decreto del gobierno estatal, fue la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en 1917 (Mendoza Rojas, 2018[35]). De las 34 universidades públicas estatales que existen en la actualidad, 33 son autónomas, y cada estado cuenta con al menos una universidad pública estatal. Todas ofrecen títulos de licenciatura y posgrado, 23 ofrecen títulos de preparatoria (bachillerato, que se otorga al completar con éxito el programa de preparatoria) y algunos ofrecen títulos de ciclo corto. Las universidades públicas estatales han sido tradicionalmente las proveedoras principales de educación superior en sus localidades respectivas, matriculando 26% de todos los estudiantes de educación superior en 2016-2017, la mayor participación de cualquier subsistema en el sistema de educación superior pública y casi el doble de la participación del siguiente subsistema más grande (universidades públicas nacionales) (véase la Cuadro 2.2). Se han expandido y diversificado enormemente, aumentando la matrícula a nivel de licenciatura en un 47% y en el nivel de posgrado en un 34% entre 2007 y 2017, incluyen 929 campus y representan 5.2% de todas las matriculaciones en educación a distancia (véase la Cuadro 2.5).

La primera Universidad Pública del Estado con Apoyo de Solidaridad, hoy una universidad autónoma conocida como la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, fue creada en 1944 (Mendoza Rojas, 2018[35]). La mayoría de las universidades públicas estatales con apoyo de solidaridad se crearon en las últimas dos décadas, inicialmente para absorber la demanda insatisfecha de las universidades públicas estatales (Ordorika, Rodríguez Gómez and Lloyd, 2018[36]). Una diferencia clave entre ambos modelos es presupuestaria: los subsidios federales "ordinarios" para las universidades públicas estatales pagan tanto los gastos de personal como los operativos, mientras que en las universidades públicas estatales con apoyo de solidaridad solamente están cubiertos estos últimos (Mendoza Rojas, 2018[35]). Si bien los gobiernos estatales financian los costos de personal, este acuerdo de financiamiento también otorga a estas universidades un mayor control sobre los salarios y los programas de incentivos. Hay 22 universidades públicas estatales con apoyo de solidaridad en 10 estados; seis de ellas ofrecen únicamente estudios de pregrado, mientras que sólo dos ofrecen estudios de posgrado. Entre 2007 y 2017, la matrícula en programas de licenciatura creció un 119% y la matrícula en programas de posgrado creció sólo un 12%. En 2016-2017, estas universidades representaron 1.5% de todas las matrículas de educación superior.

Las universidades interculturales se establecieron por primera vez como tales en 2004 en un esfuerzo por promover la inclusión y satisfacer las necesidades de educación superior de la población indígena (Mendoza Rojas, 2018[35]; SEP, 2001[39]). Este subsistema creció de cinco a 11 instituciones, y de más de 3 000 a casi 15 000 estudiantes entre 2006-2007 y 2016-2017, aunque contribuyeron sólo un 1% al crecimiento de la matrícula pública total durante el mismo periodo (Mendoza Rojas, 2018[35]). En 2016-2017, las universidades interculturales inscribieron sólo a 0.3% de todos los estudiantes de educación superior. Las universidades interculturales se analizan con más detalle en el Capítulo 5.

Las escuelas normales públicas datan del siglo XIX y tienen una historia como instituciones comprometidas social y políticamente, una característica que, de manera importante, permanece hasta nuestros días (Ordorika, Rodríguez Gómez and Lloyd, 2018[36]; Mendoza Rojas, 2018[35]). La historia de las escuelas normales está estrechamente ligada a los movimientos sociales y políticos comprometidos con la expansión de la educación universal en México. El establecimiento de escuelas normales a fines del siglo XIX y XX desempeña un papel esencial para llevar la educación formal a todas las regiones del país. Hasta 1988, con la creación de la Universidad Pedagógica Nacional, las escuelas normales eran las únicas responsables de la formación inicial de los docentes de educación básica en México; las escuelas normales de hoy ofrecen programas de educación preprimaria, primaria y secundaria, así como en áreas educativas especializadas, como las artes, la educación intercultural bilingüe primaria y especial (Mendoza Rojas, 2018[35]). En 1984, la finalización del bachillerato se convirtió en un requisito para ingresar a las escuelas normales, y los programas de capacitación inicial de la escuela normal se elevaron al nivel de licenciatura (OECD, 2004[40]). En 2005, las escuelas normales se incorporaron a la Subsecretaría de Educación Superior (Mendoza Rojas, 2018[35]). Entre 2006-2007 y 2016-2017, la matrícula en las escuelas públicas normales se redujo –el único subsistema donde ocurrió– en un 14%; en programas de licenciatura un 14% y en programas de posgrado un 11 por ciento. Las escuelas normales representan 1.9% de la matrícula total de educación superior (véase la Cuadro 2.2), y, junto con las universidades interculturales, tienden a atender a algunos de los estudiantes de menores ingresos (Ordorika, Rodríguez Gómez and Lloyd, 2018[36]). Las escuelas públicas normales se analizan con más detalle en el Capítulo 6.

Otras instituciones públicas de educación superior, un "subsistema" altamente heterogéneo, incluyen modelos que no encajan en otros subsistemas. Incluyen aquellas que se enfocan en áreas particulares, tales como estudios en bibliotecas y archivos, militares, bellas artes, justicia y seguridad, y salud, así como la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (SEP, 2018[41]). Este subsistema inscribe 2.6% de todos los estudiantes de educación superior y representa 8.8% de todas las matriculaciones de educación a distancia, la segunda participación más alta entre las instituciones públicas después de las universidades federales (véase la Cuadro 2.2 y la Cuadro 2.5).

Las instituciones privadas de educación superior son diversas, algunas ofrecen programas selectivos y prestigiosos, y otras programas de bajo costo y bajo estatus

La mayoría (72%) de las instituciones mexicanas de educación superior son privadas (véase la Cuadro 2.2). Muchas son bastante pequeñas y, en total, representaron aproximadamente 34% de la matrícula total en 2017-2018 (Gráfica 2.5). En los últimos años, el porcentaje de estudiantes de educación superior matriculados en instituciones privadas ha aumentado modestamente, y el sector privado ha absorbido una proporción cada vez mayor de matriculaciones a distancia, con aproximadamente 65% de los estudiantes matriculados bajo esta modalidad en IES privadas en 2017-2018. Las IES privadas varían ampliamente en cuanto a prestigio y costo, desde instituciones de alto estatus como el Tecnológico de Monterrey hasta las instituciones "patito" de bajo estatus. En otros lugares, analizamos la equidad en la educación superior (Capítulo 6).

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Gráfica 2.5. Matrícula del sector privado en la educación superior mexicana, 2001-2018
Gráfica 2.5. Matrícula del sector privado en la educación superior mexicana, 2001-2018

Nota: 2001 se refiere al año escolar 2000-2001, 2002 se refiere al año escolar 2001-2002, 2003 se refiere al año escolar 2002-2003 y así sucesivamente.

Fuente: Cálculos de la OCDE basados en datos de (ANUIES, 2018[32]), Visión y acción 2030.

El sistema de educación superior de México se centra principalmente en el nivel de licenciatura y educa pocos estudiantes en los niveles de pregrado y doctorado

La mayor parte de la matrícula en la educación superior mexicana, 88.1% en 2016, estaba en programas de licenciatura, con muy pocos títulos otorgados en los niveles de pregrado o doctorado (Cuadro 2.3). En comparación con sus pares latinoamericanos, México tiene una mayor proporción de matrícula en los programas de licenciatura que Chile (63.3%), Colombia (63.2%) y Costa Rica (83.2%), mientras que la proporción de matrícula en la educación superior de ciclo corto es menor en México (4.1%) que en Chile (29.0%), Colombia (30.1%) y Costa Rica (10.8%).

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Cuadro 2.3. Matrícula por nivel de cualificación, 2016

Educación superior de ciclo corto (%)

Licenciatura o nivel equivalente (%)

Nivel de maestría o equivalente (%)

Doctorado o nivel equivalente (%)

Chile

29.0

63.3

7.3

0.4

México

4.1

88.1

6.8

0.9

Estados Unidos

37.3

47.5

13.2

2.1

Brasil

0.0*

96.7

1.9

1.3

Colombia

30.1

63.2

6.4

0.2

Costa Rica

10.8

83.2

5.7

0.2

Nota: *La matrícula en la educación superior de ciclo corto representa menos del 0.05% de la matrícula total de educación superior.

Fuente: (OECD, 2018[29]). Education at a Glance 2018. https://doi.org/10.1787/eag-2018-en.

Los programas de ciclo corto suelen durar dos años y otorgan títulos técnicos asociados (Técnico Superior Universitario) o títulos profesionales asociados (profesional asociado) (Cuadro 2.4). Los títulos de licenciatura son otorgados por universidades (licenciatura universitaria) o los institutos tecnológicos (licenciatura), mientras que una licenciatura en educación es otorgada por los Centros de Formación Docente. Los programas de licenciatura suelen durar de cuatro a cinco años. A nivel de maestría, están disponibles un grado de especialización (especialización) o una maestría, con una duración de hasta un año o 2 años respectivamente. Los doctorados tardan de tres a cinco años en completarse.

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Cuadro 2.4. Tipos de cualificación de educación superior

Nombre de la calificación

Duración del programa

Nivel CINE

Grado técnico asociado (técnico superior universitario) o profesional asociado

2 años

CINE 5: Programa de ciclo corto

Licenciatura universitaria o licenciatura del instituto tecnológico (licenciatura tecnológica)

4 a 5 años

CINE 6: Programa de licenciatura

Licenciatura en Educación Docente (licenciatura educación normal)

4 a 5 años

CINE 6: Programa de licenciatura

Maestría de especialización (especialización)

0.5 a 1 años

CINE 7: Programa de Maestría

Maestría

2 años

CINE 7: Programa de Maestría

Doctorado

3 a 5 años

CINE 8: Programa de doctorado

Fuente: (SEP, 2018[33]) Sistema educativo de los Estados Unidos Mexicanos. Key Figures, 2016-2017.

La mayoría de los programas de educación superior se imparten de forma presencial, pero las instituciones de educación superior han comenzado recientemente a ofrecer más programas de aprendizaje a distancia y semipresencial. Esto ha sido respaldado por iniciativas gubernamentales como la creación de la Universidad de Educación Abierta y a Distancia en 2012 por la Subsecretaría de Educación Superior para ampliar el acceso a la educación superior. En 2016-2017, aproximadamente una cuarta parte de los estudiantes en IES privadas y 10% de los estudiantes en IES públicas realizaron programas a distancia. Además, la mayoría de los estudiantes que se matricularon en programas de aprendizaje a distancia asistieron a una institución privada (56.9%), mientras que la mayoría de los estudiantes que se matricularon en programas de aprendizaje presencial asistieron a una institución pública (70.6%) (Cuadro 2.5).

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Cuadro 2.5. Matrícula por subsistema detallado y modalidad, 2016-2017

Presencial

Distancia

Licenciatura

Postgrado

Total

Porcentaje de todas las matriculaciones presenciales (%)

Licenciatura

Postgrado

Total

Porcentaje de todas las matriculaciones a distancia (%)

Universidades públicas estatales

1 065 363

52 572

1 117 935

29.7

32 231

2 151

34 382

5.2

Universidades públicas estatales con apoyo de Solidaridad

65 495

1 116

66 611

1.8

1 346

132

1 478

0.2

Universidades interculturales

11 678

73

11 751

0.3

3 033

-

3 033

0.5

Universidades politécnicas

91 277

1 052

92 329

2.5

357

99

456

0.1

Universidades tecnológicas

240 561

20

240 581

6.4

1 107

-

1 107

0.2

Institutos tecnológicos descentralizados

234 026

897

234 923

6.2

6 112

-

6 112

0.9

Institutos federales de tecnología

327 635

4 027

331 662

8.8

9 097

41

9 138

1.4

Universidades públicas federales

368 168

45 211

413 379

11.0

166 239

5 074

171 313

25.7

Subtotal

2 404 203

104 968

2 509 171

66.7

219 522

7 497

227 019

34.0

Centros Públicos de Formación Docente (pregrado)

80 478

-

80 478

2.1

-

-

-

-

Centros Públicos de Formación Docente (posgrado)

-

1 356

1 356

0.0

-

1 739

1 739

0.3

Subtotal

80 478

1 356

81 834

2.2

-

1 739

1 739

0.3

Centros públicos de investigación

152

6 679

6 831

0.2

-

165

165

0.0

Otras instituciones publicas

51 191

6 684

57 875

1.5

48 422

10 516

58 938

8.8

Subtotal

51 343

13 363

64 706

1.7

48 422

10 681

59 103

8.9

Total públicas

2 536 024

119 687

2 655 711

70.6

267 944

19 917

287 861

43.1

Centros privados de formación docente (pregrado)

13 763

-

13 763

0.4

-

-

-

-

Centros privados de formación docente (posgrado)

-

485

485

0.0

-

231

231

0.0

Universidades privadas

974 020

118 700

1 092 720

29.0

304 388

75 089

379 477

56.8

Total privadas

987 783

119 185

1 106 968

29.4

304 388

75 320

379 708

56.9

Total

3 523 807

238 872

3 762 679

100.0

572 332

95 237

667 569

100.0

Fuente: Adaptado de (SEP, 2018[33]) Sistema educativo de los Estados Unidos Mexicanos. Key Figures 2016-2017.

2.2.3. Financiamiento de la educación superior: ¿Cómo se financian las instituciones de educación superior?

México invierte una parte del PIB en educación superior cercana al promedio de la OCDE, y el gasto público ha aumentado, aunque más lentamente que el crecimiento de la matrícula

En 2015, México gastó 1.4% de su PIB en instituciones de educación superior, en comparación con 1.5% en promedio para todos los países miembros de la OCDE (OECD, 2018[29]). El gasto de México en instituciones de educación superior por parte del gobierno, como porcentaje del PIB después de las transferencias entre el gobierno y el sector privado, es igual al promedio de la OCDE (1.0%), mientras que el gasto del sector privado (0.4%), como porcentaje del PIB después las transferencias entre los sectores público y privado son ligeramente inferiores al promedio de la OCDE (0.5%) y menores que las de Colombia (1.4%) y Chile (1.7%)3. Entre 2005 y 2015, el gasto total en educación superior en México como porcentaje del PIB aumentó de una puntuación indexada de 85.0 a 104.8, donde los niveles de gasto de 2010 se establecen en 100. En la OCDE, en promedio, esta puntuación aumentó de 90.5 en 2005 a 101.3 en 2015.

En 2015, el gasto por estudiante equivalente de tiempo completo en instituciones de educación superior fue de USD 8 170 (en PPP), el segundo más bajo entre los países de la OCDE y equivalente a 52% del promedio de la OCDE (OECD, 2018[29]).

El financiamiento federal no está directamente relacionado con la matrícula. Si bien el gasto federal en educación y matrícula aumentó generalmente entre 2000 y 2017, el crecimiento de la matrícula pública (109%) superó el crecimiento del gasto (71%), lo que condujo a una reducción de 18% en el financiamiento por estudiante (ANUIES, 2018[32]).

La asignación de fondos públicos a instituciones públicas de educación superior es opaca y no sigue una metodología establecida públicamente

En México, cada universidad pública recibe fondos federales a través de una combinación de fondos básicos, las llamadas "contribuciones federales" y los "acuerdos" (convenios). No existe una fórmula de financiamiento única para todas las universidades públicas. Como resultado, el gasto por estudiante varía ampliamente entre los estados y las regiones. En el caso de las universidades públicas estatales, en 2017, la universidad con el subsidio base más alto por estudiante tenía un monto 3.5 veces más grande por estudiante que la universidad con el subsidio base más bajo por estudiante, y el porcentaje de contribución a la división federal/estatal del subsidio varió de 44% a 90% (ANUIES, 2018[32]).

2.2.4. Recursos humanos en la educación superior

Muchas instituciones de educación superior tienen la amplia responsabilidad de establecer políticas de recursos humanos

Las instituciones de educación superior en México tienen un control variable sobre los términos y las condiciones de empleo (OECD, 2008[42]). Mientras que las instituciones de educación superior no autónomas generalmente tienen un control limitado sobre los recursos humanos, las universidades privadas establecen políticas de recursos humanos independientes del gobierno, y las universidades públicas autónomas ejercen una amplia discreción con respecto al reclutamiento y nombramiento del personal, estructuras de carrera y ascensos, evaluaciones del desempeño y compensaciones. Sin embargo, las instituciones públicas toman decisiones de pago de contratación, promoción y desempeño utilizando fondos públicos después de la aprobación de las autoridades, lo que indica que hay fondos disponibles.

En las instituciones públicas de educación superior, tanto el personal académico de tiempo completo como el de medio tiempo son elegibles para ser contratados, y el criterio más importante es a menudo la antigüedad, en lugar del desempeño, en la investigación o la capacidad y la mejora en la enseñanza (Maldonado-Maldonado, 2012[43]). La mayoría de las universidades privadas no tienen un sistema de titularidad.

Debido en parte a las bases de las estructuras de los servicios profesionales docentes o de carrera, existe un bajo nivel de movilidad del personal académico en la educación superior (OECD, 2008[42]). La instituciones también son responsables de las políticas de recursos humanos que conducen a una amplia variación en la compensación económica. Un estudio encontró que los salarios base más altos en el sector público pueden ser casi 6.5 veces mayores que los salarios más bajos, que van desde USD 356 a USD 2313 mensualmente, y esta diferencia es aún mayor en las universidades privadas (Maldonado-Maldonado, 2012[43]).

Los salarios básicos en las instituciones públicas se complementan mediante programas meritorios y de revisión por pares, como el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), así como con otros programas de nivel federal y estatal, que pueden agregar entre 15% y 75% al salario base (Maldonado-Maldonado, 2012[43]). Otros programas como el Programa para el Desarrollo Profesional Docente, para el Tipo Superior (PRODEP) buscan mejorar las capacidades del personal académico de tiempo completo mediante becas y reconocimientos (SEP, 2018[44]). Pocas instituciones del sector privado ofrecen estos suplementos (Maldonado-Maldonado, 2012[43]).

El nivel educativo del personal académico ha aumentado modestamente en los últimos años, pero pocos trabajan de tiempo completo

El nivel educativo del personal académico ha aumentado (Cuadro 2.6). Aproximadamente la mitad del personal académico tiene una licenciatura o especialización como su nivel más alto de logro educativo. Sin embargo, la proporción del personal académico con grados de maestría aumentó de 27.9% en 2010-2011, a 32.3% en 2016-2017, mientras que la proporción de académicos con doctorados aumentó de 9.0% a 12.0%.

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Cuadro 2.6. Proporción del personal académico según el nivel más alto de logro educativo, 2010-2011 a 2016-2017

%

Ciclo corto (L)

Ciclo corto (NL)

Licenciatura (L)

Licenciatura (NL)

Especialización (L)

Especialización (NL)

Maestría (L)

Maestría (NL)

Doctorado (L)

Doctorado (NL)

2010-11

0.9

0.4

48.7

1.8

4.8

0.2

27.9

5.4

9.0

1.0

2011-12

1.1

0.4

50.0

1.2

4.8

0.2

28.0

3.7

9.8

0.8

2012-13

1.2

0.4

49.4

1.3

4.7

0.1

29.2

3.2

9.6

0.8

2013-14

1.1

0.3

48.2

1.2

4.4

0.1

30.2

3.3

10.5

0.7

2014-15

0.9

0.3

47.8

1.1

4.6

0.1

30.4

3.0

11.0

0.8

2015-16

1.1

0.3

47.0

1.3

4.4

0.1

31.5

2.7

11.1

0.6

2016-17

0.9

0.2

46.8

0.9

3.8

0.1

32.3

2.4

12.0

0.7

Nota: En México, un estudiante puede completar un programa de educación superior sin cumplir los requisitos adicionales necesarios para obtener una cédula profesional. L: Cédula. NL: Sin cédula.

Fuente: Cálculos de la OCDE basados en el Informe de antecedentes de país para México.

En 2016-2017, más de dos tercios del personal académico de la nación (70.8%) trabajaban por hora (es decir, como personal eventual), mientras que el personal académico de tiempo completo, los que están contratados, representaron 23.0% de todos los puestos (Cuadro 2.7). Si bien el tamaño de la fuerza laboral ha crecido aproximadamente un 26% entre 2010-2011 y 2016-2017, la proporción de personal de tiempo completo ha disminuido modestamente y la proporción de personal por hora generalmente ha aumentado durante este periodo.

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Cuadro 2.7. Porcentajes del personal académico de educación superior de acuerdo al tiempo de impartición, 2010-2011 a 2016-2017

Tiempo completo (%)

3/4 del tiempo (%)

Medio tiempo (%)

Por hora (%)

Fuerza laboral total (recuento)

2010-11

24.4

1.4

5.0

69.2

342 617

2011-12

24.1

1.6

5.6

68.6

368 755

2012-13

24.0

1.6

4.9

69.5

382 335

2013-14

23.6

1.7

4.8

70.0

379 267

2014-15

24.4

1.7

5.8

68.1

395 878

2015-16

22.4

1.3

5.0

71.3

423 941

2016-17

23.0

1.4

4.8

70.8

431 863

Fuente: Cálculos de la OCDE basados en el Informe de antecedentes de país para México.

2.2.5. Programas y grados de estudio

Las matriculaciones más numerosas en México están encabezadas por las carreras de administración de empresas, ciencias sociales y derecho, junto con ingeniería, fabricación y construcción como un segundo enfoque, y comparativamente pocas matriculaciones en artes y humanidades

Hay cerca de 38 000 programas de educación superior en México (véase la Cuadro 2.2). En 2016, los programas de negocios, administración y derecho tuvieron la mayor matrícula (33.0%), mientras que 25.3% de los estudiantes se matricularon en programas de ingeniería, fabricación y construcción. La participación en negocios, administración y derecho es sustancialmente mayor en México que en los países de la OCDE en total, aunque de manera muy similar a otros sistemas de educación superior en la región. Aun así, la matrícula es más baja que la de Colombia, pero más alta que en Brasil. Los programas en artes y humanidades (3.9%) cuentan con una matrícula especialmente modesta en México, mucho más baja que en total en la OCDE (13.5%), pero muy similar a la magnitud a los sistemas latinoamericanos comparativamente.

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Cuadro 2.8. Matrícula de educación superior por campo, 2016

%

Programas genéricos y calificaciones

Educación

Artes y humanidades

Ciencias sociales, periodismo e información

Negocios, administración y derecho

Ciencias naturales, matemáticas y estadística

Tecnologías de la información y la comunicación

Ingeniería, fabricación y construcción

Agricultura, silvicultura, pesca y veterinaria

Salud y bienestar

Servicios

Campo desconocido

Chile

0.1

11.2

4.2

4.5

21.5

2.0

3.7

20.1

2.2

22.0

8.6

0.0

México

0.0

8.6

3.9

9.3

33.0

3.4

2.0

25.3

2.2

10.8

1.5

0.0

Total de la OCDE

0.1

7.6

13.5

9.7

23.2

6.1

3.2

13.5

1.4

14.6

4.7

2.4

Brasil

0.4

18.6

2.5

5.1

31.4

2.7

3.3

15.5

3.0

15.2

2.3

0.0

Colombia

0.0

7.9

4.4

8.5

38.7

1.8

5.8

20.8

2.1

7.4

2.7

0.0

Costa Rica

0.0

13.2

4.2

4.4

30.1

3.3

7.4

11.6

1.5

11.7

0.9

11.7

Fuente: (OECD, 2018[29]) Education at a Glace 2018. https://doi.org/10.1787/eag-2018-en.

2.2.6. Matrícula y egreso

Hay una creciente participación en la educación superior con una población estudiantil joven, y un nivel de educación superior típico de la región entre los adultos jóvenes

En México, el acceso a la educación superior se monitorea utilizando una tasa bruta de matrícula (cobertura), medida como la matrícula total de los programas de licenciatura y Técnico Superior Universitario (TSU), dividida entre la población total de jóvenes de 18 a 22 años, la edad típica en este nivel. La cobertura de la educación superior ha aumentado de manera constante en los últimos 10 años (25.9% en 2007-2008), alcanzando 38.4% en 2017-2018 (ANUIES, 2018[32]).

La población matriculada en educación superior es comparativamente joven, con estudiantes de 25 años de edad o más que representan sólo 23.2% de la matrícula, una proporción mucho menor que en Chile, Brasil y Colombia (Cuadro 2.9). Por el contrario, los adultos más jóvenes de 18 y 19 años de edad representan aproximadamente una cuarta parte de los estudiantes de educación superior en México, una proporción mayor que en Chile, Brasil o Colombia.

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Cuadro 2.9. Matrícula por edad en educación superior, 2016

%

17 años

18 años

19 años

20-24 años

25 y mayores

Chile

0.0

6.4

10.5

47.4

35.6

México

1.6

10.7

13.9

50.6

23.2

Brasil

2.0

5.9

7.9

37.5

46.7

Colombia

4.9

8.3

9.7

38.9

36.5

Nota: Incluye estudiantes en programas de tiempo completo y medio tiempo.

Fuente: (OECD, 2018[29]) Education at a Glance 2018.

En 2017, 22.6% de los jóvenes de 25 a 34 años en México había completado algún tipo de educación superior (Cuadro 2.10). Esto es aproximadamente la mitad del promedio de la OCDE (44.1%), y es más bajo que en Chile (29.9%), Colombia (28.1%) y Costa Rica (28.0%), pero más alto que en Brasil (16.6%) y Argentina (18.4%). El logro de calificaciones de educación superior de ciclo corto es más bajo en México (0.6%) que el promedio en la OCDE (7.3%) y más bajo que en los países latinoamericanos que reportan estos datos. La proporción de la población con maestría o equivalente o grado superior en México también es mucho más baja que el promedio de la OCDE.

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Cuadro 2.10. Proporción de la población por nivel educativo, de 25 a 34 años de edad, 2017

Educación superior

Educación superior de ciclo corto

Licenciatura o educación equivalente

Maestría o educación equivalente

Doctorado o educación equivalente

Chile*

29.9

8.7

20.0

(w) 1.2

x

México

22.6

0.6

20.7

1.2

0.0

Promedio OCDE

44.1

7.3

23.2

14.5

0.8

Argentina

18.4

x

(w) 18.4

x

x

Brasil*

16.6

x

(w) 16.6

x

x

Colombia

28.1

x

(w) 28.1

x

x

Costa Rica

28.0

8.7

17.8

(w) 1.5

x

Nota: * El año de referencia es 2015.

x: Datos incluidos en otra categoría.

w: Incluye datos de otra categoría.

Fuente: (OECD, 2018[29]) Education at a Glance 2018. https://doi.org/10.1787/eag-2018-en.

La movilidad internacional entre los estudiantes es baja, pero va en aumento

El porcentaje de ciudadanos mexicanos que son estudiantes de educación superior matriculados en el extranjero es aproximadamente 1%, más bajo que la mayoría de los países de la OCDE y por debajo del promedio de la OCDE, de 2% (OECD, 2018[29]). En 2016, aproximadamente 32 000 ciudadanos mexicanos eran estudiantes de educación superior en los países miembros de la OCDE, alrededor de la mitad de los cuales estudian en Estados Unidos. El número de extranjeros que estudian para obtener títulos de educación superior en México es bajo, como un porcentaje del total de matriculaciones que se redondea a cero.

Los estudiantes con movilidad internacional son aquellos que abandonaron su país de origen y se mudaron a otro con el propósito de estudiar. Entre 2013 y 2016, el sistema de educación superior mexicano experimentó un crecimiento en el número de estudiantes entrantes, que fue mayor al crecimiento en el número de estudiantes nacionales matriculados en otros países y socios de la OCDE (Gráfica 2.6).

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Gráfica 2.6. Cambio en los egresos en comparación con el ingreso de estudiantes en movilidad (2013 a 2016)
Índices de cambio de movilidad interna y externa (2013=100)
Gráfica 2.6. Cambio en los egresos en comparación con el ingreso de estudiantes en movilidad (2013 a 2016)

Nota: Excluye estudiantes entrantes en educación superior de ciclo corto en Italia y España. La línea diagonal negra representa el punto donde el cambio de movilidad hacia adentro es igual al cambio de movilidad hacia afuera.

Fuente: (OECD, 2018[29]), Education at a Glance 2018, https://doi.org/10.1787/eag-2018-36-en.

2.2.7. Resultados posteriores a la educación

Los resultados del mercado laboral para jóvenes egresados (de 25 a 34 años de edad) están por debajo del promedio de la OCDE; los egresados a menudo trabajan en ocupaciones clasificadas por las autoridades nacionales como empleos que no requieren un título de educación superior

Los resultados del mercado laboral para los egresados de educación superior de 25 a 34 años de edad en México están por debajo del promedio de la OCDE (Gráfica 2.7). La tasa de empleo de jóvenes egresados de educación superior en 2017 fue de 80.7%, por debajo del promedio de la OCDE, de 84.1%. La tasa de inactividad de los jóvenes egresados de educación superior fue de 14.5%, por encima del promedio de la OCDE, de 10.7% (OECD, 2018[29]). El desempleo fue de 5.7%, que es similar al promedio de la OCDE, de 5.8%. Como México no tiene beneficios de desempleo y registra pocas políticas activas en el mercado laboral, el desempleo registrado no es común.

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Gráfica 2.7. Resultados del mercado laboral para jóvenes egresados de educación superior (25-34 años), 2017
Gráfica 2.7. Resultados del mercado laboral para jóvenes egresados de educación superior (25-34 años), 2017

Nota: Los países se clasifican en orden descendente según las tasas de empleo de los jóvenes egresados de educación superior.

Fuente: (OECD, 2018[29]), Education at a Glance 2018, https://doi.org/10.1787/eag-2018-en.

Como en otros países de la OCDE, los egresados de la educación superior tienen ventaja en ingresos en comparación con los que sólo completan el bachillerato o algún otro nivel inferior (Gráfica 2.8). La ventaja en ingresos de los egresados de educación superior frente a los egresados de bachillerato en México es sustancialmente mayor que el promedio de la OCDE, aunque menor que en otras economías de América Latina, como Costa Rica, Colombia, Chile y Brasil.

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Gráfica 2.8. Ingresos relativos de los adultos, por nivel educativo (2015)
25-64 años de edad con ingresos por empleo; educación preparatoria = 100
Gráfica 2.8. Ingresos relativos de los adultos, por nivel educativo (2015)

Notas: La educación superior incluye títulos de educación superior de ciclo corto, licenciatura, maestría, doctorado o grados equivalentes.

* Para los adultos con educación media superior, los ingresos relativos son de 100 y la (des)ventaja en ingresos es 0.

1. El año de referencia difiere de 2015. Consúltese la tabla de origen para más detalles..

2. Ganancias netas del impuesto sobre la renta.

3. El índice 100 se refiere a los niveles combinados CINE 3 y 4 de los niveles de logro educativo en la clasificación CINE 2011.

Los países están clasificados en orden ascendente de los ingresos relativos de los jóvenes de 25 a 64 años con educación superior.

Fuente: (OECD, 2017[45]), Education at a Glance 2017, https://doi.org/10.1787/eag-2017-en.

Los egresados de educación superior que ingresan al mercado laboral a menudo son empleados de manera informal (es decir, sin seguro social ni cobertura de pensiones), o ingresan en ocupaciones que los funcionarios del mercado laboral en México clasifican como empleos que no requieren educación superior. En 2017, poco más de una cuarta parte (27%) de los jóvenes egresados de educación superior tenían un empleo informal, y 46% estaban empleados en ocupaciones que no requerían un título de educación superior (INEGI, 2017[46]). El informe de la OCDE Educación superior en México: Resultados y relevancia para el mercado laboral (Higher Education in Mexico. Labour Market Relevance and Outcomes), presenta un análisis detallado de los resultados de los egresados de educación superior en México en el mercado laboral, y cómo las políticas gubernamentales y las prácticas institucionales pueden mejorar estos resultados (OECD, 2019[47]).

Referencias

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Notas

← 1. El INEGI define el empleo en el sector informal (ocupación en el sector informal) como el porcentaje de aquellos empleados que trabajan en unidades económicas que no están registradas. El INEGI define el empleo informal (informalidad laboral) como el porcentaje de aquellos empleados que carecen de la protección básica de la seguridad social como derecho en su trabajo, o que trabajan en unidades económicas no registradas.

← 2. Para una discusión más detallada sobre la relevancia del mercado laboral y los resultados de la educación superior, véase el Informe de la OCDE (2019) Educación superior en México: Resultados y relevancia para el mercado laboral (Higher Education in Mexico: Labour Market Relevance and Outcomes) (OECD, 2019[47]).

← 3. El año de referencia para Chile y Colombia es 2016.

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