10. Algodón

Perspectivas de mercado favorables, pero mayor competencia

En el periodo 2021/2022 (agosto-julio), el consumo mundial de algodón en rama se elevará por segundo año consecutivo, tras la recesión relacionada con la pandemia de COVID-19 en los años 2019/2020. Se prevé que la producción se recuperará después de la caída en el periodo 2020/2021. En 2021, los precios más altos de los cereales y las semillas oleaginosas, en combinación con la recuperación del consumo mundial, desencadenó un fuerte aumento de los precios del algodón, 40% más alto en promedio que en 2020.

La distribución del uso del algodón en el mundo depende de la ubicación de las hilanderías de algodón, que a menudo se encuentran cerca de las industrias textiles y de confección de prendas de vestir. En las últimas décadas, se registró un notorio aumento de la capacidad de hilado de algodón en Asia, sobre todo en la República Popular China (en adelante, China). El consumo de algodón en China alcanzó su punto máximo en 2007, pero después de 2010 se estabilizó en un nivel más bajo, dado que las regulaciones laborales y ambientales de carácter más estricto y el aumento de los costos laborales provocaron el traslado de la industria a otros países asiáticos, en particular a la República Socialista de Viet Nam (en adelante, Viet Nam) y Bangladesh. En estos últimos países se registró un fuerte crecimiento de sus industrias textiles en los últimos años y se espera un nuevo aumento de su capacidad de hilandería en este decenio. Por el contrario, el consumo de algodón chino ha permanecido constante desde 2016 y las Perspectivas de este año suponen estabilidad durante los próximos 10 años. En India, otro gran consumidor de algodón, se espera que la creciente industria textil, junto con el costo competitivo de la mano de obra y el apoyo del Gobierno al sector, generen un crecimiento continuo en el uso industrial del algodón.

Se prevé que la producción mundial de algodón crecerá a una tasa de 1.6% anual hasta alcanzar 30.6 millones de toneladas (Mt) en 2031. Este crecimiento será el resultado de la expansión de la superficie cosechada (0.3% anual), y el aumento en Estados Unidos de América (en adelante, Estados Unidos) y en la República Federativa de Brasil (en adelante, Brasil) compensará con creces la bajada en China y en la República Islámica de Pakistán (en adelante, Pakistán). También se espera que el crecimiento de los rendimientos promedio (1.3% anual) contribuya a incrementar la producción mundial de algodón. Los rendimientos en los principales países productores se han estancado desde 2004 debido a problemas provocados por plagas y escasez de agua. Sin embargo, se espera que la mejora de la genética y de las prácticas agrícolas optimizará los rendimientos en la mayoría de los países productores durante el decenio. India mantendrá su posición como el mayor productor mundial de algodón, con un incremento resultado de los rendimientos más altos, mientras que la expansión de la superficie se verá limitada, en consonancia con las tendencias recientes.

El algodón se comercializa principalmente en pacas de fibras de algodón en rama. Se prevé que el comercio mundial de algodón en rama rebasará los 12 Mt para 2031, 27% más que en el periodo base. Por tanto, se espera que el comercio mundial crezca ligeramente de forma más rápida que el consumo general, motivado por el crecimiento de la demanda en países sin mucha producción nacional de algodón —como Bangladesh y Viet Nam— y el estancamiento del uso industrial interno en Brasil, donde el incremento previsto de la producción se destinará en su totalidad a la exportación. La estructura del mercado mundial de algodón no registrará grandes cambios en los siguientes 10 años y, para 2031, la región de África subsahariana seguirá siendo el tercer mayor exportador de algodón en rama, después de Estados Unidos (1) y Brasil (2) (Figura 10.1).

Después del fuerte incremento del año pasado, se espera que los precios del algodón se mantengan elevados en 2022, apuntalados por el aumento del consumo y el alza general de los precios de los productos básicos. Sin embargo, se espera que, durante el periodo de proyección, los precios se ajusten a la baja para volver a su tendencia decreciente a largo plazo en términos reales, por el aumento de la productividad y la continua competencia con las fibras sintéticas.

Varias incertidumbres podrían afectar a las perspectivas. La guerra de la Federación de Rusia (en adelante, Rusia) contra Ucrania, la aparición de nuevas variantes de la pandemia de COVID-19 y las posibles interrupciones posteriores de la cadena de suministro podrían alterar las proyecciones de los primeros años. Además, la magnitud del aumento de las tasas de interés para contener la inflación podría alterar el costo de los créditos y, por consiguiente, los planes de inversión en el sector. En general, se prevé que la fuerte competencia de las fibras sintéticas, sobre todo el poliéster, continuará afectando negativamente al crecimiento de la demanda de algodón durante el periodo de proyección. Sin embargo, se espera que, gracias a la adopción cada vez mayor de estándares de sostenibilidad en las cadenas de suministro, a la creciente preferencia de los consumidores por productos más sostenibles, compense en parte la presión general a la baja sobre el crecimiento de la demanda de algodón. Al igual que otros cultivos, la producción de algodón es sensible a las plagas, las condiciones meteorológicas y el cambio climático. Asimismo, los cambios en las medidas políticas y las tensiones comerciales son fuentes de incertidumbre para los mercados del algodón.

Los aumentos de los rendimientos y de las superficies contribuyen a un crecimiento constante del mercado

En 2021, los precios internacionales del algodón aumentaron en términos generales, con lo que continuó la tendencia al alza iniciada en mayo de 2020. A principios de 2022, los precios del algodón se situaron en promedio casi 50% por arriba de los niveles del año anterior. Se espera que los precios altos impulsen un aumento de la superficie plantada en la temporada actual y contribuyan a aumentar la producción en varios países, entre ellos Brasil y Estados Unidos. En India, el mayor productor de algodón del mundo, también se prevé que la producción aumentará como resultado de mayores rendimientos, los cuales compensarán con creces la disminución de la superficie. En general, se prevé que en la temporada 2021/2022 (agosto a julio), la producción mundial de algodón se recuperará con respecto al nivel muy reducido del periodo 2020/2021, motivado por el incremento de la superficie cosechada y de los rendimientos.

Se espera que el consumo mundial de algodón en rama se incremente por segundo año consecutivo en la temporada 2021/2022, tras la recesión provocada por la pandemia de COVID-19 en el periodo 2019-2020. Se prevé que el consumo crecerá en la mayoría de los grandes países productores de textiles y consumidores de algodón, incluidos Bangladesh, Indonesia y Viet Nam. Por el contrario, en China, el mayor consumidor mundial de algodón, se prevé una ligera reducción interanual, sobre todo por el aumento de las importaciones de hilo de algodón.

Se espera que el comercio mundial de algodón en rama disminuya desde el nivel sin precedentes de la temporada 2020/2021, pero todavía se mantendrá en uno de sus niveles históricos más altos. Se espera que las exportaciones de algodón del principal exportador, Estados Unidos, disminuyan en relación con los elevados volúmenes del año anterior, debido sobre todo a las limitaciones logísticas. Del mismo modo, se prevé que en Brasil las exportaciones disminuirán en comparación con los volúmenes sin precedentes de la temporada 2020/2021. En cuanto a las importaciones, se espera que en China en el periodo 2021-2022 disminuyan considerablemente con respecto a los máximos niveles multianuales del año anterior, como consecuencia de un menor consumo y de la amplia disponibilidad de las importaciones realizadas el año anterior. Se prevé que en Bangladesh las compras de algodón se mantendrán relativamente estables, mientras que en Viet Nam las importaciones deberían aumentar.

Viet Nam y Bangladesh desplazan a China en el liderazgo del crecimiento del consumo

El término consumo de algodón se refiere al uso de fibras de algodón por parte de las hilanderías para producir hilos. El uso industrial del algodón depende de la demanda mundial de textiles y de la competencia de sustitutos como el poliéster y otras fibras sintéticas. En las últimas décadas, la demanda mundial de fibras textiles creció considerablemente, impulsada por el crecimiento demográfico y de los ingresos, aunque en su mayoría se cubrió cada vez más con fibras sintéticas (Figura 10.2). El consumo per cápita de fibras distintas del algodón superó al del algodón a principios de la década de 1990 y continuó su fuerte crecimiento desde entonces. En cambio, a lo largo del tiempo, el consumo mundial per cápita de fibras de algodón ha aumentado ligeramente para disminuir en años recientes. Después del nivel máximo de casi 27 Mt alcanzado en 2007, el consumo mundial de algodón disminuyó a alrededor de 25 Mt en el periodo 2019-2021, debido al deterioro de su competitividad con el poliéster.

Las perspectivas para el uso mundial del algodón dependen de su evolución en las economías en desarrollo y emergentes. Se prevé que la demanda de las regiones en desarrollo con niveles absolutos de consumo más bajos, pero con mayor capacidad de respuesta a los ingresos, ejerzan presión al alza sobre la demanda mundial de algodón, ya que se prevé que aumentarán los ingresos y la población de dichos países. Por consiguiente, en las Perspectivas se espera que durante el decenio el consumo mundial de productos de algodón crezca a un ritmo ligeramente mayor que la población mundial. A su vez, se prevé que el uso mundial del hilo de algodón crecerá alrededor de 1.6% anual durante el periodo de proyección.

La distribución de la demanda de fibras de algodón depende de la ubicación de las hilanderías, en las que el algodón y las fibras sintéticas se transforman en hilo. La mayor parte del hilado tiene lugar en los países que albergan industrias transformadoras, sobre todo en los países asiáticos, cuyos costos de mano de obra son más bajos. Desde la década de 1960, China ha sido el mayor consumidor mundial de algodón. Sin embargo, se están presentando cambios importantes y la producción de hilados se desplaza poco a poco de China a otros países asiáticos.

El consumo de tejidos de algodón en China se redujo desde que en 2014 se suprimió el sistema de incentivos de precios. Los precios artificialmente más altos habían provocado un cambio de la demanda de algodón hacia las fibras sintéticas. La disminución de la demanda de algodón también refleja un cambio estructural, como el aumento de los costos laborales y regulaciones laborales y ambientales más estrictas. Lo anterior provocó un movimiento a otros países asiáticos, en particular a Viet Nam y Bangladesh. En los últimos años, el consumo industrial de algodón recuperó algo del terreno perdido en China, en parte porque los precios internos del algodón son ahora más competitivos en comparación con el poliéster, el cual parece haber sufrido un retroceso motivado por las medidas adoptadas por el Gobierno para combatir la contaminación industrial. Se espera que el uso de las hilanderías chinas permanezca estable durante los próximos 10 años si los márgenes de las hilanderías son rentables.

En India se espera que el crecimiento de la industria textil, junto con un costo de mano de obra competitivo y apoyo gubernamental al sector, provoquen que el uso industrial del algodón aumente de manera continua. El algodón es de gran importancia en la economía de este país, ya que la industria textil nacional se basa predominantemente en él. A su vez, dicha industria representa un valioso componente de la producción industrial del país y es una de las mayores fuentes de empleo. Sin embargo, la industria enfrenta varios desafíos, entre ellos la obsolescencia tecnológica, los altos costos de los insumos y el escaso acceso al crédito. Tomándolos en cuenta, el Gobierno puso en marcha varias medidas para apoyar el desarrollo de la industria; en septiembre de 2021, aprobó el plan de Incentivos Vinculados a la Producción (PLI) para el sector textil, con el fin de impulsar los segmentos de tejidos, prendas de vestir y textiles técnicos de fibras artificiales (MMF), de alto valor en el país.

Se esperaba que la eliminación gradual en 2005 del Acuerdo Multifibras (que establecía cuotas bilaterales fijas para las importaciones de los países en desarrollo en Europa y Estados Unidos) favoreciera a los productores chinos de textiles a costa de los países asiáticos más pequeños. En la práctica, la industria textil de países como Bangladesh, Viet Nam e Indonesia experimentaron un fuerte crecimiento basado en una mano de obra abundante, bajos costos de producción y medidas de apoyo gubernamental. Además, la escalada de la disputa comercial entre Estados Unidos y China estimuló el uso industrial adicional del algodón en Bangladesh y Viet Nam. En este último caso, esto se debió en parte a su adhesión a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2007 y a la inversión extranjera directa (IED) por parte de emprendedores chinos.

Se espera que el rápido crecimiento en estos países continúe durante el periodo de las perspectivas, con un aumento en el uso industrial de 60% en Bangladesh y Viet Nam, y de 33% en Indonesia, en relación con el periodo base. Por su parte, en Viet Nam se espera que la ratificación del Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea a mediados de 2020 contribuya al crecimiento en el uso industrial del algodón. En Bangladesh, la creciente demanda de hilos es un estímulo para las inversiones en nuevas instalaciones para hilanderías o para la ampliación de la capacidad de producción de las existentes. También se espera un mayor crecimiento en Turquía y Asia Central, cuya industria textil se encuentra en expansión gracias a las nuevas inversiones en instalaciones de producción de hilo y al aumento de las exportaciones a la Unión Europea y Rusia. En Pakistán, se espera que las medidas adoptadas por el Gobierno para atraer inversiones extranjeras y mejorar su capacidad de producción estimulen el crecimiento del sector textil durante el periodo de las perspectivas, con un aumento previsto del consumo de algodón de 14% en comparación con el periodo base.

Crecimiento de la producción mundial a partir de mejores rendimientos en Asia y mayor atención en la sostenibilidad

El algodón se cultiva en zonas subtropicales y tropicales estacionalmente secas en los hemisferios norte y sur, aunque la mayor parte de la producción mundial tiene lugar al norte del ecuador. Los principales países productores son India, China, Estados Unidos, Brasil y Pakistán, que en conjunto representan más de tres cuartas partes de la producción mundial (Figura 10.1).

Se espera que la producción mundial de algodón crezca de forma constante y para 2031 ascienda a 30.6 Mt, 17% más que en el periodo base (Figura 10.4). Se espera que la mayor parte de dicho crecimiento de la producción en los próximos 10 años provenga de los principales países productores y que India represente cerca de 25% del aumento mundial. A nivel mundial, se prevé que el aumento mencionado se verá motivado sobre todo por el alza de los rendimientos, que se espera que aumenten 14% en comparación con el periodo base, lo que refleja mejora de la genética y de las prácticas agrícolas. En la década pasada, los rendimientos mundiales se estancaron como reflejo de la paralización o la disminución de los rendimientos en algunos de los principales productores (Estados Unidos, Pakistán e India), la reducción de la superficie sembrada en China (donde los rendimientos son mucho más altos que el promedio) y la expansión de esta en India (donde los rendimientos son mucho menores que el promedio). Durante el periodo de proyección, se prevé que la superficie sembrada de algodón se expandirá 3% en comparación con el periodo base.

Se prevé que la producción en India crecerá alrededor de 1.3% anual durante el periodo de las perspectivas, mayormente por el aumento de los rendimientos, y no por la expansión de la superficie sembrada, pues el algodón ya compite con otros cultivos por aumentar la superficie sembrada. La productividad del algodón en rama se ha estancado en los últimos años y se encuentra entre las más bajas del mundo, ya que los productores afrontan condiciones meteorológicas adversas, plagas y enfermedades. Además, la mayor parte del algodón se cultiva en explotaciones pequeñas, lo cual limita la capacidad de adoptar tecnologías agrícolas intensivas. Sin embargo, la creciente demanda de la industria nacional de confección de prendas de vestir sigue alentando la inversión en el sector y en estas Perspectivas se parte del supuesto de que los rendimientos crecerán como reflejo del mayor uso de la mecanización inteligente, el desarrollo de variedades y las prácticas de gestión de plagas. No obstante, si se considera que la mayor parte del algodón se cultiva en condiciones de secano, el cambio climático puede disminuir el potencial de crecimiento de los rendimientos.

En la actualidad, los productores chinos de algodón logran rendimientos que equivalen a más del doble del promedio mundial. Dada la posible dificultad para lograr más mejoras, se prevé que el crecimiento del rendimiento se desacelerará a 0.6% anual. Si bien en general la superficie destinada al algodón en China se redujo en las dos décadas pasadas, debido sobre todo a los cambios en las políticas gubernamentales, la tendencia parece haber decrecido desde 2016. Se espera que la superficie sembrada de algodón en este país asiático disminuya 0.3% anual.

En Brasil, el algodón se cultiva en parte como segundo cultivo, en rotación con la soya o el maíz, y recientemente la producción creció con fuerza en las principales zonas de cultivo, como Mato Grosso. Las condiciones de cultivo favorables y una alta tasa de adopción de tecnologías modernas han contribuido a aumentar los rendimientos y la superficie del algodón en los últimos años. Dichos factores deberían respaldar un fuerte crecimiento de la producción de 6% anual.

Los factores relacionados con la sostenibilidad seguirán influyendo en la demanda y la oferta futuras de algodón. Como se muestra en el Cuadro 10.1, la proporción de fibra de algodón producida de conformidad con normas especiales de sostenibilidad u orgánicas ha aumentado de manera constante desde 2010. En 2018, alcanzó una proporción de 25%. Entre las normas existentes, la Iniciativa para un Mejor Algodón predomina en el ámbito mundial, representando más de 45% de la oferta de algodón sostenible en 2018, seguida por la Iniciativa Brasileña para un Algodón Responsable, con 35%. Brasil, donde alrededor de 80% de la producción de algodón se certifica de conformidad con estas dos iniciativas, asume el liderazgo en la producción mundial sostenible de algodón. Es muy probable que el segmento sostenible y orgánico continúe creciendo en el futuro, lo cual exigirá más transparencia y trazabilidad a lo largo de la cadena de suministro.1

El comercio mundial de algodón crecerá impulsado en gran medida por la fuerte demanda de los países asiáticos

Se prevé que, durante este decenio, el comercio mundial de algodón se incrementará de forma constante y para 2031 alcanzará 12.4 Mt, 27% más que en el periodo base. Dicho incremento refleja sobre todo el relevante crecimiento del consumo industrial del algodón en los países asiáticos, en particular en Viet Nam y Bangladesh, los cuales obtienen casi todo su algodón de las importaciones. Para 2031, se prevé que las importaciones de China se incrementarán 8%, y las de Bangladesh y Viet Nam, 60%, en consonancia con el crecimiento del consumo industrial del producto. Estos tres países representarán más de la mitad de las importaciones mundiales de algodón (Figura 10.1) y Bangladesh se ubicará como el primer importador mundial de algodón en rama.

Estados Unidos mantendrá su posición como el mayor exportador del mundo durante el periodo de las Perspectivas. Sus exportaciones se estabilizaron en los últimos años y se recuperaron de los niveles mínimos registrados en 2016; asimismo, se prevé que su participación en el comercio mundial llegará a 31% en 2031, en comparación con 34% del periodo base. Las tensiones comerciales surgidas recientemente entre Estados Unidos y China han ejercido cierta presión sobre los embarques de algodón entre ambos países. Bajo el supuesto de que las relaciones comerciales mejorarán en el futuro, Estados Unidos recuperaría su participación en las importaciones chinas de algodón.

Se espera que las exportaciones brasileñas crezcan con fuerza durante el periodo de proyección y consoliden su posición como segundo mayor exportador para 2031. India le seguirá en tercer lugar, con embarques previstos de 1.3 Mt para 2031, 25% más que en el periodo base.

El algodón es un cultivo de exportación importante para África subsahariana, que en la actualidad representa 16% de las exportaciones mundiales. En general, la producción de algodón de la región aumentó en los últimos años, tanto por el incremento de la superficie sembrada como por la mejora de los rendimientos. En la temporada en curso, el alza de los precios provocó un gran aumento de la superficie, la cual se ha recuperado por completo de la bajada sufrida en 2020. Sin embargo, el consumo de las hilanderías es aún limitado en África subsahariana en su conjunto, pues muchos países exportan la mayor parte de su producción.

Se prevé que en el decenio las exportaciones de la región continuarán creciendo cerca de 1.7% anual y que, en comparación con el periodo base, la participación de mercado de la región se incrementará más de un punto porcentual, hasta sumar casi 18%. Los principales destinos de las exportaciones serán Asia meridional y el Sudeste asiático. Sin embargo, la industria textil y de la confección va en aumento en algunos otros países, sobre todo en la República Democrática Federal de Etiopía, donde se implementan medidas para mejorar la capacidad de procesamiento en toda la región. La expansión se debe a las condiciones económicas favorables, que han abierto las puertas a una importante IED en el sector. A largo plazo, esto podría implicar un aumento del uso industrial del algodón y afectar el estado de las exportaciones netas de África subsahariana.

Los precios internacionales del algodón se ajustarán a la competencia por parte de las fibras sintéticas

Se espera que los precios internacionales del algodón se mantengan altos en 2022, motivados por el aumento del consumo y el aumento general de los precios de las materias primas, pero que luego disminuyan en términos reales a lo largo del periodo de las perspectivas. La demanda mundial de algodón sigue sometida a la presión ejercida por las fibras sintéticas, sobre todo del poliéster.

Desde principios de la década de 1970, cuando el precio del poliéster adquirió un carácter competitivo, los precios del algodón tendieron a seguir a los del poliéster. Por ejemplo, entre 1972 y 2009, los precios del algodón fueron solo 5% por encima de los del poliéster. Sin embargo, a partir de 2010, los precios del algodón han estado en promedio casi 40% por encima del precio del poliéster, en términos nominales. En el último año, los precios del algodón subieron a una tasa más rápida que los del poliéster, lo cual generó un mayor diferencial de precios. Sin embargo, se supone que la competitividad relativa entre estos dos tipos de fibra no cambiará radicalmente durante el periodo de proyección.

Las políticas públicas y las prácticas relacionadas con la genética podrían ser fundamentales

El crecimiento económico y la urbanización seguirán siendo los principales factores que afecten a la demanda per cápita de textiles de algodón en las economías en desarrollo y emergentes. Dado que el consumo de textiles y prendas de vestir responde más a los ingresos que el consumo de alimentos básicos, las desviaciones de las condiciones económicas supuestas para el mundo en desarrollo podrían provocar cambios significativos en las proyecciones generales del consumo, la producción y el comercio de algodón.

A corto plazo, es posible que las proyecciones cambien ante el aumento de los precios de la energía, aunado al impacto de la guerra de Rusia contra Ucrania, acontecimientos que pueden desacelerar el crecimiento económico mundial. Además, la aparición de nuevas variantes de COVID-19 y las consecuentes restricciones del desplazamiento podrían entorpecer aún más la recuperación económica general. Por otra parte, el alza de los precios de la energía y los trastornos en la cadena de suministro desataron el aumento de la inflación. La medida en que las tasas de interés suban para contener la inflación también podría alterar el costo de los créditos y, por tanto, los planes de inversión en el sector.

Otras tendencias de la demanda podrían afectar a las proyecciones. Por ejemplo, el reciclaje por parte de la industria textil está creando un mercado secundario competitivo que provee materia prima a los productores de textiles y productos no textiles de menor calidad. Esta tendencia podría reducir aún más la demanda de algodón y de otras fibras. Por otro lado, la mayor adopción de estándares de sostenibilidad en las cadenas de suministro podría fomentar más la demanda de algodón.

Al igual que sucede con otros cultivos, la producción de algodón es sensible a las plagas y a las condiciones meteorológicas. Por consiguiente, las presentes proyecciones son sensibles al cambio climático, el cual podría aumentar la frecuencia de sequías y otros fenómenos meteorológicos adversos. Como se ha mencionado, durante la década anterior el crecimiento del rendimiento fue lento en varios países. Realizar mejoras más rápidas de lo previsto en genética y edición de genes (facilitadas en parte por un mejor conocimiento del genoma del algodón), y una mejor gestión de las plagas tienen el potencial de ayudar a lograr un crecimiento de los rendimientos mayor que el previsto en estas Perspectivas. Sin embargo, el desarrollo y la puesta en marcha de estas innovaciones requieren tiempo, y en el caso del algodón genéticamente modificado, en ocasiones resultan controvertidas. En India, el gusano rosado ha desarrollado resistencia al algodón Bt y causado grandes pérdidas de cultivos. En Burkina Faso, la introducción del algodón Bt en 2008 resultó eficaz para combatir a los gusanos, aunque contribuyó a disminuir la longitud de la fibra (y, por tanto, a bajar las primas de calidad), por lo cual el Gobierno eliminó este tipo de algodón en 2015.

Las políticas públicas también ejercen gran influencia en los mercados mundiales del algodón, en particular las medidas de acumulación de reservas. Otras iniciativas de políticas públicas, como el apoyo a las industrias textiles nacionales y los subsidios a los insumos, pueden alterar las proyecciones. Las políticas y tensiones comerciales también pueden influir en la evolución de los mercados del algodón en rama. En los últimos años, el mercado del algodón resultó afectado por la disputa comercial entre Estados Unidos y China. A principios de 2021, Estados Unidos prohibió todos los productos fabricados en parte o en su totalidad con algodón producido en la región de Xinjiang. Los aspectos relacionados con la sostenibilidad social, económica y ambiental son cada vez más importantes para los consumidores, la industria y los formuladores de políticas públicas de muchos países.

Algunas de las medidas de políticas públicas que influyen en el consumo incluyen, por ejemplo, las de varios países de África Oriental que desalientan de manera creciente las importaciones de prendas de vestir de segunda mano. Esto podría impulsar el consumo de algodón y generar mayor valor agregado en el continente. En África Occidental, gobiernos y sector privado han puesto en marcha acciones dirigidas a aumentar las capacidades de procesamiento del algodón en todos los países.

Nota

← 1. FAO (2021), Recent trends and prospects in the world cotton market and policy developments, Roma, https://doi.org/10.4060/cb3269en.

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