3. Recomendaciones de políticas y acciones para una economía circular en Valladolid, España

Se han identificado un total de 19 recomendaciones en función del papel de la ciudad como promotora, facilitadora y habilitadora de la economía circular (Tabla 3.1). Estas recomendaciones van acompañadas de un conjunto de acciones destinadas a apoyar la transición de Valladolid hacia una economía circular. Las acciones propuestas son indicativas y se basan en prácticas internacionales, teniendo en cuenta el contexto local. Estas prácticas internacionales llevadas a cabo en el ámbito de la economía circular por ciudades, regiones y gobiernos nacionales pueden servir de inspiración para la aplicación de las recomendaciones. Como tales, no se espera que sean replicadas en Valladolid, sino que proporcionan a la ciudad un conjunto de ejemplos para el desarrollo y la implementación de las acciones sugeridas.

Es importante tener en cuenta que:

  • Las acciones no son obligatorias ni vinculantes: Las acciones identificadas abordan una variedad de formas de implementar y alcanzar los objetivos. Sin embargo, no son obligatorias ni vinculantes. Representan sugerencias, cuya idoneidad y viabilidad debe evaluar cuidadosamente el municipio de Valladolid de forma inclusiva, con la participación de las partes interesadas, según proceda. A su vez, puede explorarse la combinación de más de una acción, si es necesario.

  • Debe considerarse la priorización de las acciones: Teniendo en cuenta la inviabilidad de abordar todas las recomendaciones al mismo tiempo, la priorización es clave. Como tal, los pasos dados hacia una transición circular deben ser progresivos.

  • Deben evaluarse los recursos para la ejecución: La aplicación de las acciones requerirá recursos humanos, técnicos y financieros. A la hora de priorizar y evaluar la idoneidad y viabilidad de las acciones sugeridas, deben evaluarse cuidadosamente los recursos necesarios para ponerlas en práctica, así como el papel de las partes interesadas que pueden contribuir a la fase de ejecución.

  • Las acciones propuestas deberían actualizarse en el futuro: Pueden surgir nuevos pasos y objetivos potenciales a medida que las acciones comiencen a aplicarse.

  • Varias partes interesadas deberían contribuir a su aplicación: Las recomendaciones de políticas y las acciones conexas deben aplicarse como una responsabilidad compartida por una amplia gama de actores. Los grupos de partes interesadas que han contribuido a este informe y a la identificación de las acciones están representados en Figura 3.1. Tienen un papel clave como “habiliatadores” del sistema de economía circular en Valladolid, España, junto con otras partes interesadas que participarán en el futuro.

Valladolid puede desempeñar un papel de promotor, facilitador y habilitador de la estrategia de economía circular. Las ciudades actúan como promotoras cuando identifican las prioridades, promueven proyectos concretos e involucran a las partes interesadas; son facilitadoras cuando fomentan la cooperación entre las partes interesadas, los ciudadanos y los niveles de gobierno. El papel de habilitador de la ciudad implica establecer las condiciones necesarias para la economía circular (por ejemplo, actualizar los marcos normativos, catalizar fondos, etc.). Para impulsar la economía circular en Valladolid, la ciudad podría aplicar las recomendaciones detalladas en esta sección.

La ciudad de Valladolid muestra una fuerte voluntad de iniciar el camino hacia la economía circular con un equipo dedicado, fondos disponibles y una comunidad de emprendedores de la economía circular. Estas son condiciones relevantes para promover la economía circular en la ciudad. Para impulsar la economía circular en Valladolid, la ciudad podría implementar las recomendaciones detalladas en esta sección.

Los análisis del metabolismo urbano tendrían como objetivo: i) desarrollar el conocimiento sobre los flujos de materiales de la ciudad para reducir con el tiempo la extracción de recursos (input) y las externalidades negativas como la contaminación y los residuos (output); ii) reutilizar los materiales, cuando sea posible; iii) identificar las prioridades de la ciudad a partir del análisis de las tendencias de consumo y producción. La ciudad podría cooperar con la universidad para llevar a cabo el análisis, que debería actualizarse periódicamente y realizarse a escala metropolitana y regional. El estudio sobre el metabolismo urbano en París podría tomarse como ejemplo (Circular Metabolism, 2017[1]).

  • Colaborar con universidades y centros de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) para el análisis del metabolismo urbano.

  • Evaluar la escala del análisis a nivel metropolitano y regional, con la colaboración de las autoridades competentes.

  • Identificar acciones concretas de seguimiento para reducir el consumo de recursos y los resultados negativos, como la contaminación. En el caso del agua, los materiales y la energía, por ejemplo, pueden implementarse soluciones digitales (por ejemplo, contadores de agua, aplicaciones de datos móviles para soluciones de movilidad, aplicaciones para el ahorro de energía), además de políticas adecuadas.

  • Difundir los resultados del análisis del metabolismo y comunicarlos claramente al público.

  • Realizar el análisis del metabolismo de forma periódica (por ejemplo, una vez al año o bianualmente), además de actualizar los estudios medioambientales y climáticos con regularidad.

Una ciudad circular requeriría diseñar una visión de cómo debería ser la ciudad en el futuro. Una visión circular de la ciudad implica abstenerse de una visión que conciba la economía circular como una forma de optimizar el sistema lineal actual. Aunque ya existan varias iniciativas en Valladolid, están fragmentadas y, por tanto, es difícil determinar los impactos sociales, económicos y medioambientales relevantes. Una visión global ayudaría a mejorar la coherencia entre las diferentes iniciativas. Esto implica mapear los sectores que aplican los principios de la economía circular y encontrar sinergias entre ellos, con el fin de evitar políticas aisladas o soluciones a corto plazo. La estrategia debe garantizar que las actividades de la economía circular conduzcan a un replanteamiento de los modelos de producción y consumo y de las colaboraciones a lo largo de la cadena de valor. En Tabla 3.2presentan ejemplos de estrategias de economía circular a nivel subnacional. Una vez establecidos, se deben vincular metas medibles a los objetivos. Algunos marcos de medición de la economía circular, aplicados a nivel de ciudad, son los siguientes: Measuring the Circular Economy: Developing an indicator set for Opportunity Peterborough [Medición de la economía circular: Desarrollo de un conjunto de indicadores para Opportunity Peterborough] (Morley, Looi and Zhao, 2018[2]), Indicators for a Circular Economy [Indicadores para una economía circular] (Vercalsteren, Christis and Van Hoof, 2018[3]), Circular Economy Framework Monitoring Report, Greater Porto Area, Portugal [Informe de seguimiento del marco de la economía circular, Área del Gran Oporto, Portugal] (LIPOR, 2018[4]).

  • Identificar los sectores clave (por ejemplo: la regeneración urbana, el turismo, la construcción, los residuos, etc.) que podrían generar impactos económicos, ambientales y sociales relevantes, establecer prioridades y posibles colaboraciones.

  • Identificar las actividades que pueden ser relevantes para pasar de un sistema lineal a uno circular (por ejemplo: el diseño ecológico, los servicios en lugar de la propiedad).

  • Definir objetivos realistas y orientados a los resultados, a corto, medio y largo plazo (por ejemplo: proyectos relacionados con la economía circular, número de edificios circulares que deben construirse, etc.).

  • Alinear los objetivos de la estrategia de economía circular con los objetivos de las políticas existentes (por ejemplo: transición energética, cambio climático, ciudad inteligente y planificación urbana).

La economía circular es una responsabilidad compartida entre las partes interesadas que deben participar desde la fase cero de la estrategia para crear consenso y visión. Los pasos consisten en (OECD, 2015[6]):

  • Diseñar una metodología participativa para involucrar a las partes interesadas clave para trabajar en la definición y co-creación de una estrategia de economía circular que refleje sus preocupaciones:

    • Trazar un mapa de todas las partes interesadas que tienen un interés en el resultado o que pueden verse afectadas, así como su responsabilidad, motivaciones principales e interacciones.

    • Definir la línea final de la toma de decisiones, los objetivos de la participación de las partes interesadas y el uso esperado de las aportaciones.

    • Utilizar técnicas de participación de las partes interesadas, garantizando la representación efectiva de todas ellas en el proceso.

    • Asignar los recursos financieros y humanos adecuados y compartir la información necesaria para la participación de las partes interesadas orientada a los resultados.

    • Evaluar periódicamente el proceso y los resultados de la participación de las partes interesadas para aprender, ajustar y mejorar en consecuencia.

    • Integrar los procesos de participación en marcos legales y políticos claros, estructuras/principios organizativos y autoridades responsables.

    • Adaptar el tipo y el nivel de compromiso a las necesidades y mantener el proceso flexible a las circunstancias cambiantes.

    • Aclarar cómo se utilizarán las aportaciones.

    • Comunicar claramente la responsabilidad de cada actor en el municipio.

  • Organizar campañas de comunicación y actividades en la ciudad para sensibilizar a las partes interesadas sobre los objetivos y beneficios de la economía circular y sobre cómo pueden contribuir los ciudadanos.

  • Crear espacios de participación para los ciudadanos y las partes interesadas a lo largo de las diferentes fases de aplicación de la estrategia de economía circular. Los instrumentos para la participación de las partes interesadas incluyen:

    • Foros con múltiples partes interesadas.

    • Talleres.

    • Desayunos de trabajo sobre la economía circular.

    • Metodologías de co-creación.

    • Circuitos de retroalimentación.

  • Diseñar un conjunto de acciones para la consecución de los objetivos, definir los resultados esperados y asignar un presupuesto y recursos a cada una de las acciones.

  • Desarrollar un plan financiero para la implementación de la estrategia.

  • Identificar y comunicar los costes (medioambientales, sociales y de oportunidad) y los beneficios de las actividades circulares en comparación con los enfoques lineales (escenario de referencia o no adopción de medidas).

  • Identificar indicadores y objetivos medibles (económicos, sociales y medioambientales) para supervisar y evaluar la estrategia. Los indicadores propuestos por la OCDE (forthcoming[5]) puede tenerse en cuenta:

    Establecimiento de la estrategia

    • Número de administraciones/departamentos públicos que participan en el diseño de la estrategia de economía circular.

    • Número de acciones identificadas para alcanzar los objetivos.

    • Número de proyectos de economía circular para aplicar las acciones.

    • Número de personal empleado para el diseño de la estrategia de economía circular en la ciudad/región/administración.

    • Número de partes interesadas que participan en la creación conjunta de la estrategia de economía circular.

    • Número de proyectos financiados por la ciudad/gobierno regional/Número total de proyectos.

    • Número de proyectos financiados por el sector privado/Número total de proyectos.

      Aplicación de la estrategia

    • Residuos desviados del vertedero (T/habitante/año o %).

    • Emisiones de CO2 evitadas (T CO2/habitante o %).

    • Materia prima evitada (T/habitante/año o %).

    • Utilización de material recuperado (T/habitante/año o %).

    • Ahorro de energía (Kgoe/habitante/año o %).

    • Ahorro de agua (ML/habitante/año o %).

  • Comunicar claramente el objetivo y los resultados previstos de la estrategia.

La visión de la economía circular también podría trazar un mapa de las posibles oportunidades de creación de empleo, ya sea a partir de nuevas actividades o de cambios en las empresas, que requieran adaptación. Esto podría ayudar a: i) obtener una visión general de la situación futura del empleo y detectar los sectores más vulnerables; ii) hacer coincidir la oferta y la demanda en el mercado laboral de la ciudad y sus alrededores; y iii) establecer premisas para adaptar los programas educativos y la formación a las necesidades de la transición a la economía circular, incluso para que el sector empresarial incluya la circularidad en los procesos y prácticas de producción. En Recuadro 3.1presentan algunos enfoques de los empleos circulares a nivel de la ciudad.

  • Realizar estudios específicos para identificar las futuras oportunidades de empleo en la ciudad por sectores:

    • Desarrollar actividades de consulta con representantes de diversos sectores, desde el comercio minorista hasta la hostelería y los servicios, para comprender el nivel de circularidad en todas las cadenas de valor e identificar las lagunas y las oportunidades de trabajo.

    • Analizar el tipo de habilidades requeridas, desde las de baja a las de alta cualificación y los niveles de competencia por sector.

    • Reforzar el sector artesanal para la reutilización de productos.

    • Adecuar las capacidades financieras, humanas y técnicas a las necesidades identificadas.

  • Explorar la posibilidad de incorporar la economía circular como un nuevo tema de trabajo en el diálogo social en curso entre la ciudad de Valladolid, las instituciones del sector empresarial y los sindicatos.

La ciudad podría empezar a aplicar los principios circulares en sus actividades y servicios para dar ejemplo. El municipio debería ser un ejemplo de cambio y convertirlo en un objetivo explícito, con el fin de: i) mostrar la viabilidad de avanzar hacia una transición circular a través de acciones específicas; ii) “practicar lo que se predica” a través de ejemplos y actividades concretas; iii) sensibilizar al público sobre los impactos de la economía circular. Esto podría hacerse, por ejemplo, mediante: la reducción de la generación de residuos (prohibiendo los plásticos de un solo uso, como los vasos, en los eventos municipales y en las actividades diarias); la aplicación del modelo de producto como servicio a través de la contratación pública (pagando por un servicio de iluminación adaptado a las necesidades del municipio en lugar de comprar bombillas y aparatos); y el fomento del uso de materiales secundarios. Desde 2015, Ámsterdam (Países Bajos) ha puesto en marcha el programa “Learning by doing” (“Aprender haciendo”), que pretende demostrar con ejemplos empíricos que la economía circular es rentable en todos los aspectos, reuniendo a diferentes departamentos de la ciudad y a diversas partes interesadas para definir acciones políticas. En cuanto a los nuevos modelos de negocio basados en el alquiler y el uso compartido, cabe citar los siguientes ejemplos: El Aeropuerto Schiphol de Ámsterdam alquila la luz como un servicio, en lugar del modelo tradicional de compra de bombillas: con este modelo, Schiphol paga por la luz que utiliza mientras que Philips sigue siendo el propietario de todas las instalaciones y es responsable de su rendimiento y durabilidad (Circular Economy Club, 2019[14]). La ciudad de Tokio (Japón) pretende reducir las emisiones de CO2 producidas durante la celebración de los Juegos Olímpicos de 2020 mediante el alquiler y el arrendamiento de materiales, el ahorro de recursos, la minimización de la producción de residuos y el uso de materiales reciclados para los uniformes de los participantes, entre otras medidas (Organising Committee of the Olympic and Paralympic Games Tokyo 2020, 2018[15]).

  • Implementar modelos circulares dentro de la ciudad y comunicarlos claramente a los ciudadanos. Algunos ejemplos de estas prácticas podrían ser:

    • Contratación Pública Verde (CPV): criterios de adjudicación que favorecen la transición a una economía circular (por ejemplo, reutilización, durabilidad, reparabilidad, compra de productos de segunda mano o refabricados).

    • Modelos de negocio que pasarían de la propiedad a los servicios (por ejemplo, modelo de producto como servicio a través de la contratación pública: pagar por un servicio de iluminación adaptado a las necesidades del municipio en lugar de comprar bombillas y aparatos; alquilar un servicio de mobiliario en lugar de comprar muebles específicos, etc.).

    • Reducción de la generación de residuos (por ejemplo, planes para evitar la producción de residuos; reducir el uso de papel o prohibir los plásticos de un solo uso, como los vasos, en los actos municipales y las actividades cotidianas).

    • Suministro de los contenedores necesarios para la recogida selectiva en toda la ciudad.

  • Comunicar claramente a los ciudadanos los objetivos, todas las iniciativas circulares que está promoviendo la ciudad y los avances conseguidos (por ejemplo, porcentaje de plástico de un solo uso evitado en un año, etc.).

Gracias a las subvenciones municipales dedicadas a la economía circular, existe una creciente comunidad circular en Valladolid. Por lo tanto, es importante dar un impulso y asegurarse de que la comunidad pueda fortalecerse. Esto reforzaría el compromiso con la transición a la economía circular en varios sectores; reduciría las posibles resistencias al cambio del modelo tradicional de la economía lineal y aumentaría la conciencia ciudadana sobre la economía circular. Podrían utilizarse varias herramientas, como el fomento de los instrumentos de comunicación (plataformas en internet y fuera de internet para promover proyectos e iniciativas) y la creación de espacios de encuentro y diálogo. Por ejemplo, una plataforma en línea dedicada a la economía circular en la que las distintas partes interesadas puedan compartir información sobre eventos y experiencias podría ser una forma de promover las sinergias entre ellas. La plataforma en línea debería ser gestionada y moderada por una entidad fiable identificada.

  • Crear un foro de la economía circular, liderado por la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico, que establezca un diálogo entre los ciudadanos, las empresas, los emprendedores (que hayan respondido a la convocatoria de ayudas municipales o las nuevas empresas).

  • Crear un grupo de trabajo o comité permanente compuesto por diferentes actores (sector privado, administración pública, sindicatos, asociaciones empresariales, etc.) para proponer ideas e intercambiar experiencias. Incluir un calendario de reuniones para garantizar la continuidad.

  • Crear una plataforma en línea o un sitio web con información clara y accesible sobre las herramientas existentes y las oportunidades futuras. La plataforma en línea debe ser una herramienta dinámica y viva gestionada y moderada por una entidad identificada y de confianza (por ejemplo, la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico).

  • Explorar la posibilidad de establecer un “pacto para la economía circular” en la ciudad, entre empresas y entidades locales, similar al pacto para la economía circular establecido a nivel nacional.

  • Identificar incentivos, premios y retos por parte de los vecinos para estimular nuevas ideas y motivar a la comunidad circular.

Es fundamental ofrecer ejemplos de casos empresariales de éxito (por ejemplo, en términos de ahorro de costes y creación de empleo). Una forma de hacerlo sería a través de “embajadores de la economía circular”. La ciudad de Londres, a través de su Junta de Residuos y Reciclaje, ha empezado a reclutar “embajadores de la economía circular” en diferentes empresas y autoridades locales para compartir información sobre los beneficios de la economía circular para cada sector económico y sensibilizar al lugar de trabajo (London Waste and Recycling Board, 2017[16]). Los arquitectos, urbanistas, artistas y ecologistas también podrían ofrecer ejemplos de buenas prácticas y enfoques multidisciplinares. Otro instrumento podría ser la creación de una plataforma a modo de mercado donde las empresas pudieran intercambiar, vender y comprar productos y materiales reutilizables. Una práctica similar se lleva a cabo en la ciudad de Austin (Estados Unidos) a través del Austin Materials Marketplace [Mercado de Materiales de Austin], que es una plataforma totalmente digital.

  • Se pueden considerar varias herramientas:

    • Campañas de comunicación para mostrar los impactos de la economía circular y explicar cómo los ciudadanos y las diferentes partes interesadas pueden contribuir a ella. Estas campañas podrían incluir experiencias reales de actores que ya han incorporado la economía circular en sus procesos.

    • Conferencias y seminarios en colegios y universidades para sensibilizar a niños y estudiantes de Valladolid.

    • Sitio web dedicado para compartir conocimientos, buenas prácticas por sector en relación con la economía circular (por ejemplo, crear un repositorio digital de proyectos de economía circular en Valladolid).

    • Eventos para el intercambio de conocimientos, la creación de redes y la promoción de la economía circular.

    • Redes sociales para compartir información de iniciativas actuales.

  • Incorporar programas de hábitos saludables en la estrategia de economía circular cuando sea conveniente (por ejemplo, consumo, eliminación de residuos alimentarios, urbanismo saludable, entre otros).

  • Considerar la introducción de la figura de “embajadores de la economía circular” en el municipio, el sector privado y la sociedad civil (por ejemplo, empresas, entidades locales, sindicatos) como delegados responsables de compartir la información sobre los impactos de la economía circular.

  • Crear delegados de medio ambiente en los comités de empresa que incorporen los temas de la economía circular a sus responsabilidades.

  • Explorar herramientas para favorecer la reutilización y crear una “cultura” circular, tales como:

    • Plataformas de intercambio de bienes y materiales usados (por ejemplo, muebles, textiles, puntos limpios, etc.).

    • Ferias y eventos para el intercambio de bienes usados.

    • Solicitudes de intercambio de bienes usados.

    • Plataformas de subproductos industriales por sectores para facilitar la circularidad interempresarial.

La ciudad podría considerar la introducción de una certificación o una etiqueta para las empresas que sigan los principios circulares, con el fin de: ayudar a los consumidores a distinguir las empresas que adoptan los principios de la economía circular; promover la adopción de modelos de economía circular en los procesos de transformación de las empresas privadas; identificar los materiales producidos y utilizados de forma circular y recompensar a las empresas circulares e incentivar a otras a iniciar su transición. Hay varios ejemplos de etiquetas y certificados que se conceden cuando los productos se producen localmente, con poco o ningún embalaje, se reduce el consumo de energía, se tratan adecuadamente los residuos según la mejor opción disponible, etc. (Recuadro 3.2). Los criterios de etiquetado podrían formularse tras estudios detallados por parte de universidades y centros de investigación, incorporando al mismo tiempo la opinión de los comercios locales.

  • Reforzar el etiquetado ecológico existente en los procesos de producción de las empresas de Valladolid, introduciendo los principios de la economía circular y haciendo un seguimiento de los avances.

  • Tener en cuenta los criterios de economía circular para la certificación. Por ejemplo:

    • Uso de materiales reciclados.

    • Desarrollo de cálculos de análisis de vida.

    • Procesos de deconstrucción.

    • Presentación de un plan de reutilización de materiales.

    • Prolongación de la vida útil del producto (por ejemplo, garantía prolongada, disponibilidad de piezas de recambio de un producto para permitir su reparación).

    • Concepto de “producto como servicio”.

  • Basándose en la información de las experiencias internacionales, dar prioridad a determinados sectores para realizar experiencias piloto sobre certificados circulares.

  • Colaborar con las universidades y centros de investigación locales para analizar los criterios de las certificaciones circulares.

  • Definir directrices comunes para los productos y procesos de la economía circular a nivel local con el fin de obtener la certificación.

  • Promover el reconocimiento sistemático de las buenas prácticas mediante auditorías.

  • Promover el desarrollo de actividades para mejorar el uso y el valor de las certificaciones (por ejemplo, un banco de materiales).

La ciudad puede facilitar la colaboración y la cooperación entre un amplio abanico de actores para hacer realidad la economía circular sobre el terreno. A continuación, se describen las posibles acciones que la ciudad podría aplicar.

Esta recomendación pretende fomentar la coherencia política entre diferentes estrategias/hojas de ruta que pueden referirse a varios sectores, desde la alimentación hasta la movilidad y el uso del suelo, y que tienen objetivos comunes, desde la reducción de residuos hasta la neutralidad climática. Por lo tanto, vincular las estrategias existentes a nivel regional y nacional puede permitir al gobierno local alcanzar objetivos comunes, al tiempo que se identifican sinergias. Por ejemplo, el Programa Regional para la Economía Circular 2016-20 de la Región de Bruselas está coordinado por tres ministros y cuatro organismos administrativos regionales (Region of Brussels, 2016[22]); la Agencia Pública de Residuos de Flandes (OVAM) tomó la iniciativa en 2018 de crear una plataforma nacional para la economía circular, a través de la cual los máximos niveles de los departamentos de medio ambiente federales y regionales, los departamentos de economía/innovación y los departamentos de finanzas se reúnen dos veces al año para decidir una acción común en los ámbitos políticos prioritarios (OECD, forthcoming[5]).

  • Identificar las estrategias existentes y los objetivos relacionados que pueden alcanzarse a través de la economía circular (por ejemplo, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático).

  • Identificar sinergias entre las estrategias existentes y futuras de la ciudad (por ejemplo, cambio climático, vivienda, energía, planificación urbana, etc.) para incorporar los principios de la economía circular.

  • Identificar las iniciativas de economía circular disponibles a nivel regional y nacional y el papel de la ciudad para contribuir a la consecución de los objetivos.

  • Crear plataformas de coordinación, por ejemplo:

    • Organizar seminarios y talleres, y reuniones ad-hoc para alinear los intereses de las autoridades locales, regionales y nacionales.

    • Red de economía circular que incluya representantes de los municipios de Castilla y León, de la región y del gobierno nacional.

    • Acuerdos de cooperación entre Valladolid, la Comunidad Autónoma de Castilla y León y otros municipios de la región para la puesta en marcha de proyectos conjuntos de economía circular.

    • Explorar las oportunidades derivadas de los contratos/acuerdos con el gobierno regional y nacional como herramientas para el diálogo, para experimentar, empoderar y aprender.

La mejora de la coordinación entre las principales partes interesadas permitiría adquirir conocimientos sobre la economía circular, así como alcanzar un conjunto de objetivos compartidos, alcanzables y realistas. Por ejemplo, la investigación académica podría estar relacionada con las necesidades locales para una transición hacia la economía circular y conectada con el ecosistema productivo local de las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Esto también podría hacerse a través de “retos” y “convocatorias abiertas” para resolver problemas municipales y estimular la innovación. Algunos ejemplos internacionales pueden servir de inspiración. Por ejemplo, Start-up in Residence (San Francisco, Estados Unidos) y el Amsterdam Circular Challenge (Ámsterdam, Países Bajos) ponen en contacto a entidades de nueva creación (start-ups) con empresas ya existentes para que aporten soluciones a los problemas de la ciudad mediante procesos de selección transparentes.

  • Identificar posibles pilotos y experimentaciones que impliquen a departamentos de I+D+i y universitarios, en función de las necesidades del municipio (por ejemplo, actividades circulares en el sector de la movilidad, el turismo, la alimentación, los residuos, la bioeconomía, etc.).

  • Recoger propuestas académicas y empresariales para poner en marcha actividades circulares con impacto social y considerar el apoyo para su puesta en marcha (por ejemplo, apoyo financiero para los estudiantes).

  • Acuerdos de colaboración entre el municipio y la universidad para trabajar en áreas prioritarias relacionadas con la economía circular a nivel local.

  • Colaborar con las universidades para implementar la economía circular en los programas educativos existentes.

  • Organizar eventos, talleres y ferias en los que las empresas puedan compartir sus necesidades tecnológicas y encontrar nuevos socios.

  • Crear plataformas interactivas en línea para animar a los partes interesadas a intercambiar información entre ellas sobre sus necesidades y a supervisar las actividades y actualizaciones de la plataforma.

  • Crear espacios de trabajo colaborativo (co-working) para el intercambio de ideas entre varios actores.

  • Colaborar con las empresas y los sindicatos para iniciar o impulsar su transición hacia la economía circular. Incluir este asunto en el diálogo social entre la ciudad, los sindicatos y las empresas.

La ciudad puede apoyar a las empresas a través de herramientas normativas, financieras y de desarrollo de capacidades para proporcionar condiciones que estimulen los negocios circulares en las empresas de nueva creación y en las ya existentes. Algunas prácticas internacionales son: Prodock, la incubadora de escala del puerto de Ámsterdam que, desde 2016, ayuda a negocios y empresas a cocrear soluciones en un espacio de trabajo compartido en diversos temas, desde la transformación de residuos húmedos en gas renovable, hasta la producción de productos químicos de base biológica sostenibles, o el reciclaje de residuos de plástico y jabón en el sector de la hostelería. La Junta de Residuos y Reciclaje de Londres creó un programa llamado Advance London para poner en marcha y ampliar empresas relacionadas con la economía circular. Enriquecer los servicios de consultoría ofrecidos a las empresas con un componente sobre prácticas de la economía circular podría ser otra forma de promover la innovación (por ejemplo, la Cámara de Comercio podría hacerlo o participar activamente). Además, facilitar el diálogo sobre el potencial de la economía circular por sectores en las agrupaciones empresariales existentes que reúnen a las pymes y a los centros de conocimiento también podría promover nuevos modelos de negocio y la innovación. Es fundamental que los expertos de cada sector (por ejemplo, turismo, construcción, residuos, etc.) compartan experiencias para comprender mejor lo que se puede hacer, dónde están las lagunas y cómo se pueden superar.

  • Se han identificado diversas herramientas a partir de las prácticas internacionales, como:

    • Exenciones fiscales o de la seguridad social para las empresas que realicen inversiones ambientalmente relevantes relacionadas con la economía circular (por ejemplo, tecnologías de energía sostenible como la recuperación de energía).

    • Ventanilla única para las empresas que buscan información sobre modelos de negocio circulares y sobre la normativa y la legislación.

    • Plataforma para compartir ejemplos específicos de casos de éxito y fracasos en modelos de negocio circulares.

    • Espacios para experimentar y compartir resultados.

    • Servicios de pre-incubación para garantizar que los empresarios tengan una oportunidad razonable de éxito y viveros de empresas para fomentar el intercambio de conocimientos y las pruebas piloto.

    • Creación de comunidades para facilitar el aprendizaje entre iguales.

  • Establecer una colaboración con la Cámara de Comercio de Valladolid para servicios de consultoría, formación y programas de tutoría ad-hoc.

  • Explorar formas de reducir las cargas burocráticas para las empresas circulares y de nueva creación.

La ciudad de Valladolid participa en varios proyectos internacionales que permiten el intercambio con ciudades europeas. Participar en redes de ciudades relacionadas con la economía circular y aprender de otras ciudades puede ser una importante fuente de inspiración para Valladolid. Esto incluiría acciones específicas (por ejemplo, sistema de devolución de botellas de plástico, recogida puerta a puerta) y el desarrollo de capacidades, formación, e iniciativas de comunicación. Podría crearse una red de ciudades vecinas para investigar el potencial de las actividades de economía circular en la zona, en la que Valladolid podría desempeñar un papel destacado, dada su experiencia.

  • Crear espacios de diálogo e intercambio de experiencias, potenciando las acciones comunes y los procesos de aprendizaje dentro del área metropolitana. Estas iniciativas podrían incluir:

    • Eventos y talleres para intercambiar historias de éxito, buenas prácticas y obstáculos.

    • Asociaciones temáticas que promueven acciones comunes entre las ciudades del área metropolitana y dentro de la región, donde Valladolid puede tomar un papel de liderazgo, habiendo avanzado en una serie de iniciativas de economía circular.

  • Reforzar el diálogo sobre la economía circular con la Diputación Provincial y la Federación de Municipios y Provincias.

  • Participar activamente en redes de ciudades relacionadas con la economía circular, compartiendo conocimientos y aprendiendo de otras ciudades (a nivel regional, nacional e internacional).

  • Seguir y participar en eventos relacionados con la economía circular en las ciudades.

La aplicación de la economía circular implica la creación de las condiciones económicas y de gobernanza necesarias. Por ello, el gobierno de la ciudad podría adoptar las acciones que se detallan en la siguiente sección.

Esto incluye investigar qué instrumentos pueden utilizarse a nivel local para permitir la transición a la economía circular y los que necesitan coordinación con otros niveles de gobierno. Los instrumentos reguladores incluyen: requisitos específicos para el uso del suelo, permisos medioambientales (por ejemplo, para sistemas descentralizados de agua, residuos y energía), regulación para los proyectos piloto y la experimentación. Por ejemplo, en los Países Bajos, se espera que el marco jurídico y normativo a nivel local y regional se adapte a la Estrategia Nacional de Economía Circular (OCDE, de próxima publicación[5]).

  • Identificar las herramientas reguladoras disponibles (por ejemplo, uso del suelo, planificación urbana, permisos medioambientales, plan de residuos) que pueden permitir la transición a una economía circular ahora y en el futuro.

  • Identificar las lagunas y los obstáculos normativos, que pueden ir más allá del ámbito local según la competencia de otros niveles de gobierno.

  • Identificar plataformas de diálogo en las que el gobierno local pueda intercambiar con el regional y el nacional sobre posibles obstáculos regulatorios que no puedan ser tratados a nivel local, así como sobre instrumentos regulatorios que puedan fomentar las prácticas circulares.

  • Asesorar a las empresas sobre la legislación relacionada con la economía circular.

  • Identificar las oportunidades para establecer requisitos específicos sobre el uso de la energía, las necesidades de agua, la demolición y la construcción circular.

Existen varias herramientas fiscales y económicas que la ciudad de Valladolid podría considerar aplicar para impulsar la economía circular. Se trata de impuestos locales, bonificaciones fiscales, incentivos, etc. Estas herramientas pueden incentivar o desincentivar los comportamientos hacia la economía circular, como el aumento de la recogida selectiva de residuos. Las acciones también pueden mejorar el acceso a la financiación de los proyectos de economía circular en las fases de inicio, ejecución y ampliación. Algunas experiencias internacionales son: el sistema DIFTAR del Gobierno neerlandés es un sistema basado en tarifas diferenciadas para incentivar la mejora de la separación de residuos en origen (pay-as-you-throw [pagar-por-tirar]); reducciones del IVA para las empresas que trabajan en proyectos de economía circular en Shanghai (China) y para los artículos reutilizados (Suecia); descuentos en las tasas de residuos para las empresas en Milán (Italia) y San Francisco (Estados Unidos).

  • Trazar las medidas que la ciudad puede adoptar en función de sus competencias fiscales. Se han identificado una serie de herramientas fiscales a partir de las prácticas internacionales, como:

    • Impuesto sobre bienes inmuebles en función del consumo energético de los edificios.

    • Impuesto de sociedades (por ejemplo, basado en el nivel de generación de residuos, el consumo de agua y energía, el uso de materiales reciclados como materia prima).

    • Reducción del IVA en los productos etiquetados como circulares (por ejemplo, fáciles de reciclar y reutilizar, de proximidad).

    • Reducciones fiscales para los materiales de segunda mano.

    • Descuento en las tasas de residuos según criterios preseleccionados.

    • Tasas diferenciadas para la separación y el reciclaje de residuos (por ejemplo, enfoque de pagar por lo que se tira).

  • Explorar la posibilidad de actualizar las herramientas económicas municipales (por ejemplo, subvenciones) para fomentar un modelo local de economía circular.

La Agencia de Innovación y Desarrollo Económico debería reforzar su papel como actor clave para la economía circular en el municipio y coordinador entre los departamentos municipales. Es importante que las partes interesadas identifiquen una entidad responsable - que coordine, organice y supervise la interacción entre las partes interesadas que participan en las actividades de creación de redes y la comunidad de la economía circular en la ciudad.

  • Establecer funciones y responsabilidades claras dentro de la agencia en coordinación con los departamentos municipales.

  • Dirigir el proceso de cocreación de la estrategia de economía circular de Valladolid (por ejemplo, organizando reuniones, comprometiéndose con las partes interesadas, definiendo los pasos necesarios para desarrollar la estrategia, etc.).

  • Realizar actividades de marketing, aumentar la publicidad y mejorar la comunicación con los ciudadanos y las empresas (por ejemplo, organizando conferencias y charlas circulares).

  • Participar en redes centradas en la economía circular.

  • Incorporar la economía circular a las responsabilidades formales de la agencia.

  • Crear un equipo específico encargado de los temas relacionados con la economía circular.

  • Adecuar las necesidades a los recursos (financieros, técnicos y humanos).

  • Evaluar periódicamente la actividad de la agencia y mejorarla según convenga.

  • Establecer asociaciones y colaboración con otros socios institucionales, según proceda.

La contratación pública verde (CPV) es una herramienta fundamental para que las ciudades fomenten la transición circular, reduciendo los impactos ambientales de las compras públicas a nivel de la ciudad. La CPV debe promover la ecoeficiencia, el diseño ecológico y el consumo colaborativo. Por ejemplo, la ciudad de Liubliana (Lituania) incluyó requisitos medioambientales en sus licitaciones; la ciudad de París (Francia) adoptó un sistema de contratación pública responsable; la ciudad de Toronto (Canadá) estableció un Plan y Marco de Implementación para la Contratación Pública en la Economía Circular para utilizar su poder adquisitivo como motor en la reducción de residuos, el crecimiento económico y la prosperidad social (City of Toronto, 2018[13]).

  • Incluir los principios circulares en las especificaciones técnicas, los criterios de selección y adjudicación de contratos, así como en las cláusulas de ejecución de los mismos (por ejemplo, reutilización, durabilidad, reparabilidad, productos de segunda mano o refabricados).

  • Adaptar el sistema de evaluación de la contratación pública, aumentando el valor de las calificaciones sociales y medioambientales en comparación con los criterios de precio.

  • Establecer requisitos claros en las licitaciones para fomentar el cambio de materiales, la calidad y el mantenimiento (por ejemplo, utilizar materiales secundarios en los bienes adquiridos públicamente).

  • Aplicar el análisis del ciclo de vida y desarrollar criterios para evaluar el ciclo de vida de los activos utilizados por cada servicio municipal, y utilizarlos para realizar el análisis de las infraestructuras, las soluciones y los proveedores para fomentar soluciones más sostenibles en los servicios municipales.

  • Proporcionar formación al personal de las instituciones públicas responsable de la inclusión de los criterios circulares en los pliegos de condiciones.

El objetivo de esta recomendación es proporcionar a los emprendedores y empleados conocimientos y herramientas más profundos para tener éxito en sus proyectos circulares, al tiempo que se mejoran los conocimientos para desarrollar actividades circulares. Esto podría hacerse en cooperación con la Cámara de Comercio para crear capacidades entre los emprendedores y los gestores de pequeñas negocios y concienciar sobre el potencial de la economía circular y los nuevos modelos de negocio. Por ejemplo, la Cámara de Comercio de Glasgow (Reino Unido) ofrece programas de creación de capacidades para las empresas que pretenden pasar a una economía circular (Zero Waste Scotland, 2019[23]).

  • Colaborar con las asociaciones empresariales, los sindicatos y la Cámara de Comercio de Valladolid, para cocrear programas conjuntos de formación para emprendedores y trabajadores, para impulsar la economía circular y los nuevos modelos de negocio.

  • Identificar los programas de formación y educación existentes a nivel universitario o llevados a cabo por centros de investigación y fundaciones para establecer posibles sinergias y proporcionar apoyo si es necesario.

Identificar lugares, zonas y comunidades que experimenten y compartan herramientas entre los vecinos para desarrollar iniciativas a pequeña escala puede ser un primer paso para fomentar el cambio de cultura a nivel local, probar la viabilidad de las iniciativas circulares con un menor riesgo, estimular la creación de nuevas ideas y modelos de negocio circulares y compartir el conocimiento sobre las prácticas de la economía circular. El proyecto desarrollado en el barrio de La Victoria puede servir de ejemplo para este tipo de iniciativas (Recuadro 2.5). Desde 2010 en París, Francia, el Urban Lab ha acompañado más de 200 experimentos y ha consolidado una metodología para apoyar la experimentación efectiva en 4 etapas principales: i) la definición del proyecto experimental y su evaluación; ii) la búsqueda del sitio experimental; iii) el despliegue de la experimentación; y iv) la valoración y la transformación. Para facilitar el acceso a estos lugares de experimentación, el Urban Lab trabaja desde hace 10 años en el desarrollo de un marco jurídico al que las empresas de nueva creación (start-ups) pueden referirse para el desarrollo de sus proyectos (por ejemplo, un modelo de acuerdo para el uso de espacios de titularidad pública por un periodo de tiempo determinado) (Urban Lab, 2019[24]).

  • Explorar e identificar lugares para implementar y pilotar iniciativas a nivel de barrio, como por ejemplo:

    • Proyectos piloto para alcanzar los objetivos de separación de residuos, sistemas de recogida puerta a puerta, reducción de residuos alimentarios y reducción de la producción de residuos (por ejemplo, contenedores inteligentes).

    • Soluciones digitales para reducir el consumo de agua y energía y el reciclaje de agua en edificios públicos y actividades comerciales.

    • Nuevos modelos de negocio, potenciando la prevención de residuos, reduciendo el consumo de recursos y fomentando el consumo local. Esto podría lograrse con:

      • La promoción de la economía colaborativa (por ejemplo, para el uso de herramientas y equipos).

      • El fomento de la compra de productos locales.

      • El fomento de los servicios de refabricación, reacondicionamiento y reparación en 3D (por ejemplo, de equipos informáticos, textiles y muebles).

      • La promoción de la reutilización (por ejemplo, mercados de segunda mano, intercambio de materiales y bienes).

Si bien las subvenciones municipales para la economía circular han estimulado el espíritu empresarial en la economía circular en la ciudad, pueden considerarse algunas mejoras para aumentar la eficacia de los fondos. Al mismo tiempo, podrían explorarse fuentes de financiación alternativas más allá de las subvenciones municipales. Algunos ejemplos de prácticas internacionales son los fondos rotatorios y los planes de financiación en cooperación con instituciones financieras privadas y semipúblicas (por ejemplo, bancos, fondos empresariales) (Recuadro 2.3).

  • Identificar y actualizar un conjunto de criterios que puedan ayudar a seleccionar los proyectos, basándose en convocatorias anteriores, y evaluar las propuestas recibidas en función de la “escalabilidad” de cada proyecto.

  • Distinguir entre los solicitantes, ya que las organizaciones del sector privado y las de sin ánimo de lucro tienen diferentes medios, recursos y alcance y, por lo tanto, pueden ser evaluadas sobre la base de criterios específicos.

  • Supervisar y evaluar los impactos logrados por los proyectos financiados y el tipo de beneficios colectivos conseguidos, por ejemplo, en términos sociales y medioambientales.

  • Compartir información sobre las otras oportunidades de financiación una vez finalizada la subvención. Las opciones posibles podrían ser: créditos blandos, fuentes de financiación alternativas y no bancarias, crowdfunding, préstamos entre iguales, redes de business angels y capital riesgo.

  • Considerar la posibilidad de aplicar auditorías externas a los proyectos.

Identificar el grado de “circularidad” de la ciudad, lo que funciona, lo que no y lo que puede mejorarse es importante para avanzar hacia la transición a una economía circular. El marco de indicadores de la OCDE sobre la economía circular en las ciudades y regiones puede contribuir a ello. Estos indicadores propuestos por la OCDE podrían sumarse a los 16 indicadores de sostenibilidad existentes que la ciudad ha definido en 2016 en relación con la calidad de vida, la movilidad, la calidad del aire y la contaminación (Agenda 21, 2016[25]). Los indicadores de la OCDE propuestos para la evaluación de la estrategia de economía circular en las ciudades y regiones se detallan en Recuadro 3.3.

  • Identificar los indicadores y datos disponibles para el seguimiento de los avances y la evaluación de los resultados de la estrategia de economía circular, como los propuestos por la OCDE (de próxima aparición[5]).

  • Repetir la evaluación cada año.

References

[25] Agenda 21 (2016), Sustainability Indicators, Valladolid’s Local Agenda 21.

[19] Amsterdam Made (2019), Homepage, http://www.amsterdammade.org/en/ (accessed on 6 June 2019).

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[14] Circular Economy Club (2019), Renting lighting: Schiphol Airport, https://www.circulareconomyclub.com/solutions/renting-lighting-schiphol-airport/ (accessed on 21 February 2020).

[1] Circular Metabolism (2017), The Circular Economy Plan of Paris, https://www.circularmetabolism.com/input/11 (accessed on 3 December 2019).

[10] City of Paris (2019), Quantifier les emplois de l“économie circulaire de Paris - Synthèse.

[13] City of Toronto (2018), Circular Economy Procurement Implementation Plan and Framework, https://www.toronto.ca/legdocs/mmis/2018/gm/bgrd/backgroundfile-115664.pdf.

[28] City of Toronto (2018), Circular Economy Procurement Implementation Plan and Framework.

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[9] ILO (2018), World Employment and Social Outlook 2018 – Greening with jobs, International Labour Organization, http://www.ilo.org/publns (accessed on 29 January 2020).

[7] ILO (2018), World Employment and Social Outlook 2018 – Greening with Jobs, International Labour Organization, http://www.ilo.org/publns (accessed on 21 February 2020).

[4] LIPOR (2018), Circular Economy Framework Monitoring Report, https://lipor.pt/pt/a-lipor/o-negocio/economia-circular-residuo-como-recurso/.

[16] London Waste and Recycling Board (2017), London’s Circular Economy Route Map, http://www.lwarb.gov.uk/wp-content/uploads/2015/04/LWARB-London%E2%80%99s-CE-route-map_16.6.17a_singlepages_sml.pdf (accessed on 5 August 2019).

[11] LWARB (2017), Employment and the Circular Economy: Job Creation through Resource Efficiency in London, http://www.wrap.org.uk (accessed on 29 January 2020).

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[2] Morley, A., E. Looi and C. Zhao (2018), Measuring the Circular Economy: Developing an Indicator Set for Opportunity Peterborough.

[6] OECD (2015), Stakeholder Engagement for Inclusive Water Governance, OECD Studies on Water, OECD Publishing, Paris, https://dx.doi.org/10.1787/9789264231122-en.

[5] OECD (forthcoming), The Circular Economy in Cities and Regions, Synthesis Report, OECD Publishing, Paris.

[20] Organi Trust (2019), Circular Economy and Organic Certification, https://organitrust.org/ (accessed on 11 June 2019).

[15] Organising Committee of the Olympic and Paralympic Games Tokyo 2020 (2018), Tokyo 2020 Olympic and Paralympic Games Sustainability Plan Version 2 (Draft).

[22] Region of Brussels (2016), Brussels Region Regional Programme for the Circular Economy 2016-20, https://www.circulareconomy.brussels/a-propos/le-prec/?lang=en (accessed on 21 February 2020).

[26] Umeå Municipality (2018), EGCA 2018, Umeå, Sweden 7. Waste Production and Management 7A. Present Situation.

[24] Urban Lab (2019), Pourquoi l’Urban Lab ?, https://urbanlab.parisandco.paris/Notre-offre/Pourquoi-l-Urban-Lab (accessed on 13 February 2020).

[27] Valladolid Municipality (2019), Convocatoria pública de concesión de subvenciones para proyectos de fomento de economía circular y ecoinnovación y ecodiseño en el municipio de Valladolid en el Año 2019.

[3] Vercalsteren, A., M. Christis and V. Van Hoof (2018), Indicators for a Circular Economy, Circular Flanders, https://vlaanderen-circulair.be/src/Frontend/Files/userfiles/files/Summa%20-%20Indicators%20for%20a%20Circular%20Economy.pdf.

[23] Zero Waste Scotland (2019), Circular Economy in Cities and Regions, https://www.zerowastescotland.org.uk/circular-economy/cities-and-regions (accessed on 6 November 2019).

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