2. Informes regionales resumidos

Desde la edición 2013, el capítulo especial de las Perspectivas se ha centrado en las previsiones que aplican a un país o una región específicos. Este año, en lugar de analizar un sitio en particular, en el presente capítulo se analizan aspectos destacados generales de las regiones definidas por la FAO en la aplicación de su plan de trabajo a nivel mundial. Las regiones son sumamente diversas y el objetivo de estos informes resumidos no es compararlas, sino fusionar los principales mensajes contenidos en las Perspectivas con las tendencias y problemas emergentes que se manifiestan en dichas regiones. La evaluación se centra fundamentalmente en el punto final de la proyección de las Perspectivas (2029), en comparación con el periodo base de 2017-2019. Los informes resumidos no incluyen una evaluación cuantitativa de la pandemia del COVID-19, como se presenta en las Perspectivas; esto se valorará a medida que se cuente con más información. Sin embargo, las tendencias y los temas presentados en este capítulo son los que se espera que sustenten las Perspectivas, a medida que las condiciones gradualmente se repongan de la “perturbación” inesperada de la propagación del nuevo coronavirus, suponiendo que sus efectos sobre la producción, el consumo y el comercio de alimentos se moderarán de manera paulatina. Se anticipa que la proyección actual seguirá siendo la base de la evaluación del impacto de este fenómeno en todas las regiones en el próximo decenio.

Este capítulo consta de seis secciones con textos, cuadros y gráficas informativos por cada región siguiendo un formato similar y presentando a cada región en forma secuencial. Una sección con datos de referencia define las principales características regionales y establece el entorno a partir del cual se describen las proyecciones en las secciones posteriores sobre la producción, el consumo y el comercio. En una plantilla anexa a cada informe regional resumido se incluyen gráficos y cuadros comunes que exponen los aspectos clave de la proyección para la región.

La región de Asia y el Pacífico1 es tan diversa como grande en comparación con las otras regiones. Las economías oscilan entre los PMA, como Bangladesh, y aquellos de ingresos altos, como Japón. Con 4.1 mil millones de personas, la región tiene más de la mitad de la población mundial. Sin embargo, cuenta con solo cerca de 30% de tierra agrícola y, aunque sus recursos naturales son significativos, las presiones sobre su base de recursos están en aumento. La región se está urbanizando con rapidez, sobre todo debido al veloz cambio suscitado en la República Popular China (en adelante, China), pero avanza rápidamente en todos los países. Cerca de 48% de los habitantes viven en zonas urbanas, pero se anticipa que la urbanización aumentará a 54% para 2029. La población de la región crecerá a una tasa de 0.7% al año, un aumento de 324 millones, y el desplazamiento de 445 millones de personas a sitios urbanos.

Los países en desarrollo de la región son de los que crecen con mayor rapidez y se anticipa que el ingreso promedio per cápita regional aumentará a casi 5% al año durante el próximo decenio; se prevé que China, India y Vietnam crecerán entre 5-6% al año, y Tailandia e Indonesia a cerca de 3% al año. La participación actual de la agricultura primaria y el valor agregado del pescado en la economía es de alrededor de 6% y ha ido en disminución. El rápido crecimiento económico también redujo la participación de los alimentos en los gastos del hogar a cerca de 15% entre 2017-2019, lo cual implica un impacto considerable de los precios y los ingresos sobre los consumidores.2

Hay grandes incertidumbres en las perspectivas para la región. Los continuos conflictos comerciales no se han resuelto del todo. Los casos de PPA en China y partes del Sudeste asiático han repercutido en la producción de carne de cerdo de manera decisiva.

La región es la mayor productora de productos básicos agrícolas y pesqueros, y se anticipa que representará 51% de la producción agrícola y pesquera mundial para 2029. Se prevé que la producción se incrementará 14% para 2029, en comparación con el nivel base de 2017-2019. Se prevé que la producción de cultivos, que representa 64% del valor agregado, crecerá 12%, en tanto que la ganadera aumentará 18% durante el periodo, recuperándose de una base baja debido a la PPA. La producción ganadera bajó 4% en 2019, debido a una disminución de 9% en China y Vietnam, donde la PPA aniquiló a cerca de 30% y 20%, respectivamente, de los inventarios de cerdos en estos países. Se prevé que la producción de pescado aumentará 16%, debido a la continua expansión de la acuicultura. Estas tasas de crecimiento son considerablemente menores que las de hace un decenio, cuando el crecimiento de la producción agrícola y pesquera regional promedió de 3-4% al año. El crecimiento se desaceleró, pues los mercados internos maduraron, las políticas públicas cambiaron, los mercados se abrieron y la competencia comercial se fortaleció.

La región es una de las principales productoras de cereales del mundo, en particular de arroz, con 90% de participación en la producción mundial. Su contribución a la producción mundial de arroz, trigo y cereales secundarios permanecerá estable durante las Perspectivas. En tanto que la producción de arroz y trigo se mantiene fuerte en India, la reducción de las existencias de maíz en China podría crear oportunidades de diversificar la producción hacia otros productos básicos en dicho país.

Debido a la escasez de tierra en los países de toda la región, el crecimiento de la producción de cultivos se derivará del incremento y la intensificación de la productividad. La expansión del riego y la mejora de las variedades de semillas dan cuenta de gran parte del crecimiento de la producción, pero prevalecen preocupaciones crecientes por el medio ambiente y la inocuidad alimentaria, relativas a la escasez de agua y el fuerte uso de insumos químicos. Las cosechas múltiples y el doble cultivo contendrán el aumento del uso de la tierra a 3 Mha adicionales, en comparación con un incremento de 13 Mha de la superficie cosechada, que se asignará sobre todo a arroz, maíz, soya y legumbres.

Durante el periodo de las perspectivas la producción ganadera también provendrá en gran parte de los aumentos de productividad obtenidos de una mayor intensidad de forraje y mejoras en la reproducción. Se prevé que la superficie para pastizales se reducirá 12 Mha durante los próximos 10 años y que los números de animales crecerán a una tasa más lenta que la producción total de carne. Más bien, los aumentos en el uso de forraje superarán el crecimiento de la producción de carne, que según las previsiones se desacelerará, debido en parte a las consecuencias de la PPA en curso en China, y se espera que afecten a otros países de la región.

Cerca de 70% de la producción mundial de pescado se genera por la región de Asia y el Pacífico, casi toda proveniente de una combinación de producción de pesca de captura y acuicultura en China. Se espera que los cambios en eficiencia y sostenibilidad establecidos en el 13.o Plan Quinquenal de China restrinjan el crecimiento; no obstante, la región representará 85% del crecimiento mundial de la producción en el sector.

Según las previsiones las emisiones totales de GEI de la región aumentarán 6% para 2029, y las provenientes de fuentes de cultivos y animales aumentarán 3% y 9%, respectivamente.

Dado que en la región el crecimiento demográfico se desacelera pero el aumento de los ingresos es sólido, la demanda de alimentos densos en calorías y nutrientes aumentará. Se prevé que la ingesta de calorías se incrementará 170 kcal/día para promediar 3 000 kcal, debido sobre todo a los aumentos en aceites vegetales y productos de origen animal, en particular los lácteos. La ingesta promedio de proteínas aumentará 5 g a 85 g/día, debido principalmente a incrementos en el consumo de productos lácteos y de carne.

Los estilos de vida urbanizados generarán un crecimiento en el consumo de azúcares y grasas que superará al de la mayoría de los demás grupos de alimentos. Junto con un crecimiento demográfico más pronunciado en varios países de la región, como India, el consumo de aceite vegetal excederá el promedio mundial hacia 2029, al llegar a 21 kg/cápita al año. Los azúcares y las grasas constituirán 22% de las calorías totales en la región en 2029 y serán el único grupo alimentario que aumente su proporción de calorías durante el periodo de las perspectivas.

Se prevé que el consumo de arroz per cápita, que es tan importante en muchos países de la región y a menudo representa hasta 50% o más de disponibilidad de calorías, aumentará lentamente —en el mejor de los casos— y disminuirá en muchos países como China, Tailandia y Vietnam. Se prevé que el consumo de arroz per cápita en la región subirá menos de 1%, ya que su incremento en India compensará las bajas en otros países.

El consumo de carne aumentará 1.5 kg/cápita para llegar a un consumo promedio de 35 kg/cápita al año (u 8% de calorías diarias); sin embargo, hay una gran divergencia dentro de la región: en países como Corea y Vietnam la demanda está aumentando más de 5 kg, en tanto que en India el consumo se incrementará menos de un kilogramo. El consumo de productos lácteos aumentará 25%, impulsado en gran medida por el consumo en el Sudeste asiático. Los productos lácteos representarán 15% del total de calorías en India y Pakistán para 2029.

Con una producción ganadera y de lácteos en aumento, y una creciente intensificación debida al mayor uso de cereales para forrajes, se prevé que el uso para forraje aumentará más de 50% para 2029. Según las previsiones el uso para forraje del maíz y las harinas proteicas aumentará 58% y 65%, respectivamente. Dicho aumento en el forraje se relaciona también con la mayor comercialización de las explotaciones agrícolas y con una menor producción doméstica que podría utilizar insumos no cerealeros como forraje.

Se prevé que la región de Asia y el Pacífico representará 33% del aumento global del uso para etanol y 62% del uso para biodiésel, debido a las nuevas normas obligatorias de China e Indonesia. En China, la tasa de mezcla llegará a cerca de 4% y estimulará las importaciones de yuca, que se anticipa provendrán sobre todo de Tailandia.

Aunque en estas Perspectivas se supone que la ambiciosa norma obligatoria E10 de China no se alcanzará para 2029, se supone también que los combustibles tipo gasolina se mezclarán con 4% de etanol. Esto corresponde a un aumento en la producción de 5 miles de millones de litros (Mml), ya que en estas Perspectivas se parte del supuesto de que la mayor parte de la demanda de etanol se producirá a partir de materias primas locales. En estas Perspectivas se supone que el Gobierno de Indonesia pondrá en marcha el programa B30 en todo el país, según lo planificado, pero el logro del objetivo de aumentar la demanda de biocombustibles dependerá en gran medida de la relación entre los precios internacionales y nacionales del aceite de palma. Para 2030, la demanda de biodiésel llegaría a cerca de 7 Mml.

En Indonesia, se espera que un aumento en la norma obligatoria de mezcla reoriente el suministro nacional de aceite de palma al mercado de biodiésel y ayude a catalizar la inversión en el sector. La disponibilidad de tierra limitada y los bajos precios del aceite vegetal provocan retrasos en la replantación de aceite de palma y contribuyen al menor crecimiento de la producción regional de aceite vegetal durante el periodo de las perspectivas. La producción se incrementará 17% hasta 2029, en comparación con 65% durante los 10 últimos años.

La región, que es la mayor importadora neta de productos básicos agrícolas primarios, representa más de 40% de las importaciones mundiales y las importaciones netas tienen una tendencia mayor en el mediano plazo, a medida que la demanda supera a la oferta. Las mayores importaciones son de soya a China, las cuales se redujeron en años recientes por medidas comerciales; se anticipa que reanudarán su crecimiento en el mediano plazo. Las importaciones de trigo y de maíz también son significativas y van en aumento.

Las importaciones netas de productos ganaderos se incrementan. En tanto que las exportaciones de carne de bovino por parte de India, Australia, Nueva Zelanda y Tailandia siguen aumentando lentamente, son compensadas con creces por el alza de las importaciones de China, Indonesia, Malasia, Corea, Vietnam y otros países de la región. Las importaciones netas de carne de cerdo han tendido a incrementar en el último decenio y se dispararon a 6 Mt en 2019 como consecuencia del brote de PPA. Las importaciones de carne de aves de corral de la región también se han elevado.

La región es también una exportadora importante: representa 30% de las exportaciones mundiales. El producto básico primario que más se exporta es el arroz, el cual se prevé que aumentará a 55 Mt, encabezado principalmente por India, Tailandia y Vietnam.

El perfil del crecimiento demográfico y económico de África subsahariana3 es excepcional entre las seis regiones.4 El crecimiento demográfico es el más alto y, si bien la urbanización ha aumentado con rapidez, sigue siendo por mucho la menor de todas las regiones. Se anticipa que la región sumará a su población cerca de 329 millones de personas para 2029, en comparación con el periodo base de 2017-2019, lo que implica un crecimiento de más de 2.5% al año, y, aunque casi dos tercios de esas personas adicionales vivirán en zonas urbanas, 55% de la población permanecerá en las zonas rurales para 2029. Por lo común, las economías de la región dependen mucho de recursos básicos, entre ellos la agricultura, el petróleo y los metales. La agricultura, la pesca y la silvicultura equivalen a cerca de 16% del PIB y se espera que representen cerca de 13% para 2029. Se anticipa un crecimiento económico per cápita menos sólido que el de los países emergentes en desarrollo, con un aumento de 1.3% al año durante el periodo de las perspectivas. El desempeño económico varía considerablemente dentro de la región; hay un crecimiento más veloz de las economías menos desarrolladas, aunque a partir de una base más baja. El ingreso promedio per cápita de la región es el más bajo a nivel mundial, pero se prevé que aumentará 20% durante el próximo decenio. Sin embargo, el ingreso promedio per cápita en los PMA de la región promediará solo USD 1 100 al año hacia 2029. Los hogares de la región gastan en promedio cerca de 38% de sus ingresos en alimentos, pero esta proporción varía considerablemente de un país a otro, desde tan solo 18% en Sudáfrica hasta cerca de 50% en Ruanda.5 No obstante, con una disponibilidad de calorías per cápita significativamente menor que en otras regiones, cualquier perturbación en el precio de los alimentos o los ingresos amenaza con tener serias repercusiones en la seguridad alimentaria y el bienestar económico.

África subsahariana es una región diversa en términos agroecológicos, con abundancia de tierras, que representa 14% de la tierra de cultivo mundial y 21% de la de pastura. Sin embargo, el sector agrícola de muchos países enfrenta escasez de tierras debido a la alta densidad demográfica en las zonas rurales, de modo que la mayor parte de la tierra disponible se concentra en unos cuantos países o se encuentra en gran medida bajo cubierta forestal. Por consiguiente, la región produjo solo 7% del valor mundial de la producción agrícola y pesquera en 2017-2019. En cambio, dadas sus considerables necesidades de consumo, la región consumió 37% de las raíces y tubérculos mundiales, 21% de las legumbres mundiales, pero solo 7% de los cereales mundiales. En comparación con otras regiones, el consumo de azúcar y aceite vegetal de África subsahariana también se mantuvo bajo, ambos en solo 7% del uso mundial. En general, la autosuficiencia de África subsahariana en los principales productos básicos alimentarios está disminuyendo, pues la población de la región aumenta con rapidez, superando el ritmo del crecimiento de la oferta interna.

Se espera que la producción agrícola y pesquera de la región aumente 21% durante los próximos 10 años en términos de valor agregado neto, lo cual significa que la producción per cápita de la región seguirá la disminución que inició en 2015 (Figura 2.6). Se prevé que la producción de cultivos representará más de tres cuartos de la producción total, en tanto que la participación de los productos ganaderos se incrementará marginalmente a 16% y la participación de la producción de pescado bajará a menos de 8%. Los alimentos y forraje básicos, esto es cereales secundarios, legumbres, raíces y tubérculos, serán las fuentes principales de crecimiento en la región. Cada uno de estos son productos básicos en los que la participación mundial de la región aumentará durante el periodo de las perspectivas. Para 2029, la región de SSA podría representar más de 40% de la producción mundial de raíces y tubérculos, 8% de la producción de cereales secundarios y 20% de la producción de legumbres. El apoyo al sector del algodón, combinado con la expansión de la superficie en África Occidental, sostendrá la producción de algodón, que según las previsiones crecerá cerca de 40% para 2029 a nivel regional.

Se espera que la superficie cosechada aumente más de 4 Mha para 2029. Debido a la intensificación de los cultivos (como los cultivos dobles), se prevé este aumento neto a pesar de la pequeña reducción del uso de tierra agrícola. Se espera que la expansión del cultivo de arroz en la región, en particular en Nigeria, se base en múltiples cosechas al año. Los cultivos mixtos son también comunes en las regiones productoras de soya de Sudáfrica, con lo que se obtienen cultivos múltiples en la misma parcela de tierra.

En otras partes de la región, el uso continuo de tierra agrícola es restringido por las diversas fuentes de incertidumbre, incluidas las tendencias a la fragmentación de las tierras, los conflictos en los países con abundancia de tierras y la presencia de otros usos competidores, como la minería y la expansión urbana.

Se prevé que el rendimiento promedio de los cereales en toda la región aumentará 16% durante el periodo de las perspectivas, casi la misma tasa de los últimos 10 años. El rendimiento de los principales cultivos en la región seguirá en aumento, con base en inversiones en las variedades de cultivos localmente mejoradas y la optimización de las prácticas de gestión. El rápido crecimiento de los rendimientos ayudará a reducir la brecha regional en relación con los rendimientos logrados en el resto del mundo, donde el promedio es más del doble del alcanzado en África subsahariana. Si bien las mejoras de productividad serán fundamentales para el crecimiento de la producción en el mediano plazo, cerrar por completo la brecha de rendimiento resultará difícil por el uso limitado de insumos, riego e infraestructura agrícola.

Se prevé que la producción ganadera se incrementará 25% durante los próximos 10 años y el aumento más rápido provendrá de la producción de carne de aves de corral y de leche. La región agregará 1.1 Mt de nueva producción de carne de bovino, con base en un aumento de 17% en el número de animales y un aumento de 5% en la productividad para 2029; para entonces, la región tendrá 18% de los rebaños bovinos mundiales. La producción de carne de ovino crecerá con mayor rapidez durante el próximo decenio; la región aumentará su participación en la producción mundial de 1% a 14% hacia 2029. La producción de carne se basará sobre todo en rebaños más grandes con pastoreo en pastizales en proceso de reducción, en tanto que el uso para forraje permanecerá estable, y aumentará en consonancia con la producción promedio de carne durante el próximo decenio. En el caso de la carne de aves de corral, la mayor intensidad de forraje sustentará un aumento en la producción, a medida que la cadena de suministro se modernice en países como Sudáfrica y Zambia.

Sobre la base de estas proyecciones relacionadas con la producción, se espera que las emisiones directas de GEI de la agricultura crezcan en gran medida (18%) para 2029, en comparación con el periodo base. SSA representará 44% del aumento mundial de las emisiones directas de la agricultura y para 2029 llegará a una participación de 17% de las emisiones directas mundiales.

El crecimiento demográfico es aún, por un gran margen, el principal impulsor del aumento del consumo total de los productos básicos alimentarios más importantes. Con el aumento en el consumo de calorías y el aumento de la población, se anticipa que la participación de la región en el consumo mundial de calorías de los alimentos se elevará de cerca de 11% en el periodo base a 13% en 2029 y constituirá una de las mayores fuentes de demanda adicional para el sector agrícola mundial.

En la actualidad, para muchos productos básicos, incluidos los cereales, legumbres, azúcar y aceites vegetales, los niveles de consumo per cápita son los más bajos del mundo. Se espera un crecimiento considerable en dichos productos básicos en el próximo decenio.

No obstante, se espera que la ingesta de calorías siga siendo la menor del mundo, añadiendo 75 kcal/día durante el periodo de las perspectivas, para llegar a cerca de 2 510 kcal/cápita al día en 2029, en comparación con el promedio mundial previsto de 3 014 kcal/día. Una creciente participación de las calorías provendrá de los cereales, los aceites vegetales y el azúcar, en tanto que el consumo de carne y de pescado no aumentará en términos de la producción per cápita durante el próximo decenio, lo cual limitará el incremento de nutrientes vitales.

La región concentra a la mayoría de las personas más pobres y subalimentadas del mundo y requiere mejorar la disponibilidad, la accesibilidad y la utilización de los suministros de alimentos.

Las raíces y tubérculos, seguidos por los cereales, son las principales fuentes de forraje para el sector ganadero de la región. Sin embargo, el uso total de forraje en la región es bajo, representa solo 4% del consumo mundial de forraje.

La mayoría de los productos básicos alimentarios de la región se producen para consumo interno y no para exportación, ya que la región depende cada vez más de las importaciones para cerrar la brecha entre la producción y el consumo internos. Se anticipa que el déficit comercial de la región en los principales productos alimentarios aumentará. Evaluado a precios de referencia mundiales constantes (2004-2006), se anticipa que el déficit aumentará de cerca de USD 18 mil millones a USD 31 mil millones para 2029.

Los volúmenes de importación de cereales, carne, azúcar y aceites van en aumento. Aparte del azúcar, las importaciones crecen a una tasa más rápida que la producción o las exportaciones. De hecho, estas últimas van a la baja en casi todos los principales productos básicos. La región no es autosuficiente en productos básicos de primera necesidad; más bien, se espera que su dependencia de las importaciones se intensifique durante los próximos 10 años.

La mayor parte de la producción de algodón se vende en los mercados mundiales, y se espera que el papel de la región en los mercados mundiales aumente durante el periodo de las perspectivas. Casi 90% de la producción de algodón de la región se exportará para 2029 y la mayor parte de ella proviene de los PMA de la región. Para 2029 la región representará 18% de las exportaciones mundiales de algodón. Ante los precios favorables del algodón previstos durante el periodo de las perspectivas, se espera que el sector aumente ligeramente su participación en el valor total de la producción de cultivos para la región.

Mejorar el comercio interno dentro de la región de SSA es un importante objetivo de política pública. Como resultado del Acuerdo sobre la Zona de Libre Comercio Continental Africana, firmado en 2019, los aranceles se reducirán a cero en 90% de los productos originarios de los países firmantes para 2020, y 97% de los productos en 2030. De acuerdo con estimaciones recientes de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas, se prevé que el acuerdo incrementará el comercio intraafricano de productos agrícolas y alimentarios de 20% a 35% (o USD 10-17 Mm). Se espera que los incrementos en el comercio entre los países africanos sean particularmente pronunciados en el caso de los productos cárnicos, leche y demás productos lácteos, azúcar, bebidas y tabaco, verduras/frutas/nueces y arroz con cáscara y procesado. Sin embargo, dentro de la región prevalecen grandes barreras no arancelarias al comercio, las cuales son más difíciles de eliminar o reducir. Un contribuyente importante a este respecto es el alto costo del transporte terrestre, el cual se deriva de la deficiente infraestructura y de las deficiencias en los puestos fronterizos. Otras medidas no arancelarias, como las regulaciones sanitarias o fitosanitarias, han aumentado con el tiempo y la imposición de controles discrecionales de la exportación inhibe una mejor integración del mercado. En la Figura 2.7 se muestran diversos precios del maíz en varias ciudades de la región, lo cual ilustra la falta de integración de mercado debido a barreras arancelarias y no arancelarias.

La región del Cercano Oriente y África del Norte6 es un entorno difícil para la producción agrícola y pesquera. Los recursos terrestres e hídricos de la región son escasos. Menos de 5% de la tierra es arable. Todos los países de la región, excepto Irán, Irak y Mauritania, enfrentan escasez de agua y en algunos países esta es extrema: menos de un cuarto de los niveles sostenibles sobre una base de producción per cápita.

Los países de la región tienen perfiles diversos de ingresos y de recursos. Algunos pertenecen al grupo de los menos adelantados, otros tienen ingresos medios y están los países exportadores de petróleo del Golfo, con ingresos altos. Al ser una de las regiones con mayores cifras de importación neta de alimentos y la mayor en términos de importaciones netas per cápita, las tasas de autosuficiencia de la mayoría de los productos básicos son bajas, en particular los cereales. La región afronta grandes incertidumbres respecto de la oferta y también de la demanda, las cuales provocan preocupación acerca del acceso confiable a los alimentos básicos. Los recursos terrestres e hídricos limitados que caracterizan a la mayoría de los países de la región restringen el crecimiento y se han visto aún más afectados por los incentivos en materia de política orientados a aumentar la producción para recortar el déficit en el comercio de cereales. Por el lado de la demanda, abundan las incertidumbres debido al conflicto geopolítico que entorpece la producción, reduce las inversiones requeridas y provoca el desplazamiento de los grupos de población. Además, los ingresos de las exportaciones petroleras son la fuente principal de ingresos de la región y los mercados de energía inestables afectan la actividad económica, incluidos el consumo y la inversión. El hecho de que el gasto en alimentos asciende a cerca de 16% del gasto total de los hogares, las perturbaciones relacionadas con los ingresos y los precios pueden afectar considerablemente el bienestar.7

El crecimiento demográfico, que rebasó 20% en el último decenio, es la fuente principal de la demanda adicional. Aumentará aún más (1.5% al año) durante los próximos 10 años. Tres cuartos de la población adicional será urbana, lo cual puede fomentar el consumo de productos de mayor valor, como aquellos que incluyen aceite vegetal y azúcar, pero también carne y productos lácteos. Se supone que el ingreso per cápita de la región aumentará solo 1% al año, y no impulsará de manera importante la demanda durante los próximos 10 años.

Egipto e Irán producen 50% del valor neto de la producción agrícola y pesquera de la región, y se espera que sus porcentajes se incrementen marginalmente, en tanto que la región Otros África del Norte produce 25%, los PMA 8% y los países restantes, cerca de 17%. El PIB del sector agrícola, forestal y pesquero asciende a cerca de 5.3% del PIB total de la región, y el porcentaje se reducirá a 4.7% para 2029.

La producción de pescado representa cerca de 12% de la producción agrícola y pesquera total. La captura en las zonas costeras aumentó en fechas recientes, pero las reservas de pescado se encuentran bajo presión. La acuicultura va en aumento, pero su desarrollo se limita a los ríos principales de Egipto e Irán.

Se prevé que la producción agrícola y pesquera de la región se expandirá en 1.5% al año durante los próximos 10 años, ligeramente por debajo del crecimiento demográfico de 1.6%, lo que implica una creciente dependencia de los mercados mundiales por parte de la región. La participación de la producción de cultivos se mantendrá en 63% del valor neto total, pues crecerá 1.5% al año mientras la ganadería crecerá 1.4% al año y el pescado 1.5% al año durante el próximo decenio.

El uso de la tierra para cultivo aumentará marginalmente a medida que la pastura disminuya. Se prevé que el uso de la tierra para la producción de cereales permanecerá sin cambio, en 50% del uso total de los cultivos, en tanto que la participación del trigo en los cereales podría aumentar a 43%. Se espera que la superficie cosechada total de la región permanezca estancada y que las mejoras en rendimiento expliquen los aumentos en la producción de todos los cultivos: 0.7% al año para el trigo, 1.5% al año para el maíz y 1.5% al año para el arroz. El rendimiento del trigo se mantendrá en 70% del promedio mundial, en tanto que el del maíz se mantendrá cercano al promedio mundial.

La producción avícola crecerá más rápido que la producción de otros productos cárnicos a 1.9% al año, cifra menor que el 2.6% al año registrado en el último decenio; por su parte, se anticipa que la producción de carne de bovino crecerá de nuevo 1.2% al año en los próximos 10 años. Estas tasas de crecimiento ayudarán a frenar la disminución en el largo plazo de la autosuficiencia de carne.

Con un crecimiento anual de la producción ganadera de 1.6%, las emisiones de GEI de la región provenientes de las actividades ganaderas aumentarán solo 3% para 2029 en comparación con el periodo base. Se espera que las emisiones de los rumiantes, como las vacas y las ovejas, disminuyan debido a la reducción del tamaño de los rebaños, pero se espera que las emisiones provenientes de las aves de corral se incrementen a la par de su producción. Según las previsiones, las emisiones totales de GEI en la región se elevarán 3% hacia 2029.

Las políticas alimentarias de la región se han centrado también en la seguridad alimentaria al apoyar el consumo de productos alimentarios básicos, sobre todo cereales. La disponibilidad promedio de calorías en la región será de 3 100 kcal/día hacia 2029, lo que representa un aumento de 41 kcal/día en comparación con el periodo base y una cifra ligeramente mayor que el promedio mundial de 3 014 kcal/día.

La proyección de la dieta promedio en la región indica que cerca de 54% de las calorías provendrán de cereales en 2029, es decir 1% menos que en el periodo base. Esto se compara con el promedio mundial de 44%. Un fenómeno similar se aplica al consumo de azúcar, en el que la participación de las calorías del azúcar de la región en el total será de 10%, en comparación con el promedio mundial de 7%. Esta dieta, que depende de alimentos ricos en almidón y azúcar, se relaciona con la creciente incidencia de casos de sobrepeso y obesidad, así como varias enfermedades no transmisibles como la diabetes. Debido a que la subalimentación sigue prevaleciendo en ciertos países, la “triple carga” de la malnutrición será un reto de política pública en el mediano plazo.

Se prevé que el nivel promedio de disponibilidad de proteínas en la región será de 85 g/día en 2029, solo 0.8 g/día por encima del periodo base. Se espera que la disminución de las proteínas derivadas del consumo de cereales compense con creces los aumentos provenientes de fuentes de carne y pescado, así como de legumbres. La disponibilidad de proteínas en la región será similar al promedio mundial.

El crecimiento del sector ganadero aumentará el uso del forraje. Se espera que tres productos básicos —el maíz, la cebada y las harinas proteicas— representen cerca de 75% del uso total del forraje y las importaciones equivaldrán a cerca de 90% de la demanda de forraje. Esta tendencia refleja las políticas que priorizan la producción de cultivos alimentarios por encima de los cultivos de forraje. La región es una gran importadora de forraje animal e importará 47 Mt de maíz para 2029, en comparación con 36 Mt en el periodo base.

El fuerte crecimiento demográfico de la región, junto con la limitada capacidad de producción, impulsará mayores importaciones de alimentos durante el periodo de proyección. Se espera que la región se mantenga como la segunda mayor importadora de alimentos, después de la región de Asia y el Pacífico, pero en términos per cápita será la más grande. Dentro de la región, las importaciones de alimentos por persona llegan a su punto máximo en la zona de Otros Oriente Medio, que incluye a los Estados del Golfo, seguidos de Egipto y otros países de África del Norte.

Las importaciones de la región aumentarán para casi todos los productos básicos y, excepto el pescado y los productos cárnicos, los coeficientes de autosuficiencia seguirán bajos y posiblemente continúen su disminución a largo plazo, como se observa en la Figura 2.13. Las importaciones de la región mantendrán altas proporciones de ciertos mercados mundiales, como los del maíz, otros cereales secundarios y trigo, los cuales aumentarán a 24%, 46% y 28%, respectivamente, hacia 2029. Las importaciones de la región también representarán 20% del comercio mundial de carne de aves de corral y queso, y 35% del comercio de carne de ovino.

Europa y Asia Central8 es una región diversa que incluye a la Unión Europea, el Reino Unido, la Federación de Rusia, Ucrania y Turquía como los principales productores agrícolas. Hay una considerable variación entre sus países en términos de etapa de desarrollo, características demográficas, recursos agrícolas y políticas públicas. La población de la región aumenta con lentitud; se mantiene estática en Europa Occidental, disminuye en Europa del Este, aumenta solo menos de 1% al año en Asia Central. La región tiene un alto grado de urbanización y para 2029 el 75% de su población vivirá en entornos urbanos.

El ingreso promedio en la región es mayor a USD 25 000, pero hay diferencias sustanciales entre los países. En tanto que las economías de Europa Occidental son diversas, las ubicadas en zonas más orientales se centran en los productos básicos, en particular la Federación de Rusia, donde el petróleo y el gas son sectores fundamentales. La participación de la agricultura, la silvicultura y la producción de pescado primarias en el PIB total es baja y oscila entre solo 1.4% en la Unión Europea y 11% en Ucrania. Se estima que la participación de los alimentos en el gasto de los hogares promedió cerca de 12% en la región en el periodo base 2017-2019, variando entre cerca de 6% para el Reino Unido y cerca de 21% en países de Asia Central como Kazajstán.9

La región produce 17% del valor mundial de la producción agrícola y pesquera, participación que ha disminuido con el tiempo, en gran medida por el lento crecimiento en Europa Occidental durante los últimos 20 años. La producción de cultivos promedia cerca de 56% del valor neto de la producción total, el pescado cerca de 8%, y la ganadería el resto, alrededor de 36%. En tanto que en el último decenio la región representó 12% del crecimiento total en el valor neto mundial de la agricultura y el pescado, equivalió a 22% del crecimiento de las exportaciones mundiales. Esta creciente orientación exportadora se ve fomentada en gran medida por Europa del Este, donde los niveles de productividad en los sectores de cultivos y ganadero mejoraron, pero la condición estática de la población y los niveles de consumo relativamente maduros significan que el crecimiento de la demanda ha sido débil. El comercio dentro de la región se ve afectado por varias incertidumbres, en particular relacionadas con el resultado de las negociaciones para determinar acuerdos comerciales futuros entre el Reino Unido y la Unión Europea y los embargos rusos a las importaciones de la Unión Europea que se han renovado de manera constante desde 2014.

En relación con otras regiones, los productos ganaderos y de origen animal son importantes tanto en términos de la producción como del consumo. Constituyen un tercio del valor neto de la producción agrícola y pesquera. Por el lado del consumo, las calorías y las proteínas de productos animales comprenden 21% y 51%, respectivamente, de la disponibilidad total. La subregión de Europa Occidental es una muy grande productora, consumidora y comerciante de leche y productos lácteos y, si bien su participación en la producción mundial de leche disminuye con el tiempo, la producción y el comercio de productos de alto valor como el queso van en aumento. El consumo per cápita de productos lácteos frescos es el doble del promedio mundial y en el caso del queso en particular es cuatro veces mayor.

Se prevé que el valor neto de la producción agrícola y pesquera (neto de insumos de forraje y semillas) crecerá 8% para 2029, en comparación con el promedio del periodo base de 2017-2019; Europa Occidental crecerá menos de 2% en comparación con el crecimiento de Europa del Este (18%) y de Asia Central (19%). El fuerte crecimiento de Europa del Este será encabezado por la Federación de Rusia y Ucrania con 12% y 26%, respectivamente, gracias al sólido crecimiento de los sectores de cultivo de estos países, aunque se anticipa que el sector ruso también tendrá un considerable crecimiento en la producción de carne, dados los efectos que los embargos a las importaciones han tenido sobre los mercados internos para estimular la producción local.

Las mejoras en la productividad sustentarán el crecimiento del sector y se prevé que la contracción del uso de la tierra agrícola en la región registrada en los últimos 10 años se mantendrá. Para 2029, se prevé que un aumento marginal del uso de la tierra de cultivo se compensará con creces con la reducción de la superficie de pastizales. En relación con los cambios en el uso de la tierra, se prevé que las emisiones directas de GEI provenientes de la agricultura disminuirán 2% durante el próximo decenio.

Se espera que la producción de cultivos en la región se incremente 11% durante el próximo decenio, con lo que representará más de la mitad del crecimiento de la producción agrícola y pesquera de la región. Dicho incremento se deberá en gran medida al aumento de la producción de cereales y semillas oleaginosas en la región del Mar Negro. Se prevé que la Federación de Rusia y Ucrania sostendrán un sólido crecimiento del maíz, el trigo, la soya y otras semillas oleaginosas para aumentar su participación en la producción regional a 38% en el caso del maíz, 36% en el trigo y 54% en todas las semillas oleaginosas. Las mejoras de rendimiento impulsarán casi todo el crecimiento de la producción en estos productos básicos.

Se prevé que la producción ganadera crecerá más lentamente: 0.6% al año durante el próximo decenio, y se basará en la intensificación de la producción derivada de mayores pesos en canal. No obstante, se espera que ocurra un incremento más lento de la producción de carne, ya que la demanda de este producto permanecerá estancada en el caso de las carnes de bovino y de cerdo. Se espera que la producción avícola aumente en toda la región durante el periodo de las perspectivas. La mayor parte de la carne de aves de corral se producirá para abastecer al mercado interno y el consumo per cápita aumentará casi 2 kg/cápita para alcanzar un consumo promedio de 28 kg/cápita al año.

Se prevé que la producción de lácteos se acelerará y se registrará un incremento más rápido del queso y la LEP en relación con el último decenio. La demanda interna de alimentos en el caso de los productos lácteos seguirá siendo fuerte y contribuirá con 22% de las calorías diarias a las dietas de toda la región. Sin embargo, el incremento de la producción de lácteos abastecerá cada vez más la demanda mundial; durante el próximo decenio se espera que se exporte un porcentaje creciente de mantequilla, queso y leches en polvo de la región. La región se mantendrá como una fuente principal de producción de lácteos en el mundo, encabezada en gran medida por Europa Occidental, cuya participación mundial en la producción de leche aún excede 20%. Hacia 2029 la región en su conjunto representará 40% de la producción mundial de queso y LDP y más de 25% de la producción mundial de mantequilla.

Se prevé que la disponibilidad diaria de calorías per cápita de la región aumentará 45 kcal/día a casi 3 430 kcal/día, debido sobre todo a los aumentos en el consumo de cereales y legumbres, y a pequeños incrementos en los productos cárnicos y lácteos. Se prevé que la demanda de alimentos en el caso del azúcar seguirá reduciéndose a medida que los consumidores europeos busquen frenar los altos niveles de consumo debido a la creciente conciencia de los temas de salud. Se prevé que el consumo de azúcar per cápita en Europa Occidental disminuirá 1 kg al año para llegar a 34 kg en 2029, pero esta cifra sigue siendo más de 40% mayor que el promedio mundial. También se espera que el consumo de aceite vegetal baje ligeramente durante el próximo decenio y reduzca así su contribución a las dietas regionales.

Se prevé que la disponibilidad de proteínas per cápita en la región aumentará 3 g/día a 105 g/día para 2029, cifra casi 25% mayor que el promedio mundial de 85 g/día. Se prevé que el consumo de legumbres, que en el último decenio aumentó con rapidez a partir de una base baja debido a su imagen positiva de salud, se elevará 12%, llegando a 4 kg per cápita para 2029. El consumo per cápita de carne podría aumentar ligeramente a 57 kg/cápita al año, debido en gran parte a un mayor consumo de carne de aves de corral, que se anticipa será el producto cárnico de crecimiento más rápido y llegará a 28 kg per cápita. Se prevé que el consumo per cápita de carne de bovino y de cerdo disminuirá durante el periodo. Asimismo, se prevé que el consumo de pescado aumentará lentamente durante el periodo de las perspectivas, con niveles per cápita de 2.2 kg por debajo del promedio mundial.

Debido en gran parte a la importancia de los productos animales, la región consume casi un cuarto del forraje proteico mundial. Con un lento crecimiento previsto para el sector ganadero, con un consumo creciente de carne de aves de corral, pero con la disminución del sector de la carne de cerdo, se anticipa que el uso del forraje se incrementará solo 4% para 2029 durante el periodo base, con aumentos en el maíz y las harinas proteicas compensados por la disminución de forraje de trigo.

Se espera que la demanda no alimentaria de aceite vegetal se contraiga pues su participación en la producción de biocombustibles en la Unión Europea disminuirá. La región avanza hacia materias primas de segunda generación —no alimentarias— para biodiésel y su demanda de diésel también se reduce. Por consiguiente, se prevé que la producción regional de biodiésel disminuirá 10% hacia 2029, con lo que su participación en la producción mundial de biodiésel se reducirá de 36% a 28%.

Antes de 2014, la región en su conjunto era una gran importadora neta de productos básicos agrícolas. No obstante, debido al aumento de las exportaciones de Europa del Este, en particular de la Federación de Rusia y Ucrania, la región está emergiendo como la tercera principal exportadora neta del mundo. Las razones de ello son el incremento de la productividad, pero también el lento crecimiento de la demanda interna dados sus ya altos niveles de consumo y su lento crecimiento demográfico. Con grandes recursos de tierra, Europa del Este y Asia Central tienen una ventaja comparativa en la producción de cereales y semillas oleaginosas.

Las exportaciones de cereales de la región crecerán de 151 Mt en el periodo base a 193 Mt en 2029, un aumento de 28%, con la región del Cercano Oriente y África del Norte como una importadora importante. Se prevé que su participación de mercado en las exportaciones de cereales llegue a 38%, su punto más alto hasta ahora. La participación de las exportaciones de trigo de la región aumentará a 56%, con exportaciones de 117 Mt. Para 2029, las exportaciones de maíz podrían alcanzar casi 50 Mt, o 25% del comercio mundial de maíz. Por otra parte, se anticipa que las importaciones de soya y harina proteica seguirán estables en alrededor de 27 Mt y 32 Mt, respectivamente, lo que mantendrá a la región como una de las principales importadoras de estos productos.

La región es una gran exportadora bruta de carne de cerdo y carne de aves de corral, con participaciones mundiales de 43% y 27%, respectivamente. Sin embargo, con un amplio comercio regional interno, estas participaciones sobre una base neta de exportación bajan a 23% y 8%, lo cual señala la importancia del comercio interno para la región. En este contexto, el estatus futuro del embargo a las importaciones por parte de la Federación de Rusia afectará al comercio dentro y fuera de la región. La región es la exportadora más importante de productos lácteos, con una participación en los productos lácteos mundiales que se mantendrá alta o en aumento; las exportaciones de queso, LDP y mantequilla ascenderán a 63%, 42% y 47%, respectivamente.

Como región que comprende solo dos países altamente desarrollados, no es del todo apropiado compararla con las otras regiones de estas Perspectivas, cuya composición es más diversa. No obstante, la importancia de la región en la agricultura mundial es notable. Si bien comprende cerca de 5% (365 millones de personas) de la población mundial, produce 10% de la producción agrícola y pesquera del mundo. Tiene la mayor cantidad de tierra agrícola por persona y el mayor valor per cápita de producción agrícola y pesquera. En lo que respecta a los productos básicos de estas perspectivas, la región tiene también el mayor excedente de comercio de productos básicos, ya que sus exportaciones por persona equivalen al doble del promedio mundial. Sin embargo, la función de América del Norte en la agricultura mundial disminuye con el tiempo, a medida que otras regiones crecen con mayor rapidez. La participación de la agricultura y la pesca (incluida la silvicultura) en su PIB podría descender por debajo del 1%.

La producción agrícola en América del Norte utiliza insumos de manera intensiva, en particular capital fijo, ya que en un grado significativo se produce en grandes unidades comerciales. En consecuencia, la región tiene índices muy altos de productividad factorial parcial medidos por el rendimiento de los cultivos, las relaciones entre el uso del ganado y la carne y el rendimiento de la leche. El uso de tierra agrícola bajó en el último decenio, a medida que los cultivos disminuyeron 3.5%, pero el rendimiento siguió aumentando de tal forma que la producción de cultivos se elevó casi 14%. La producción animal es muy importante en la región; ya que contribuye poco más de un tercio de su valor neto de producción agrícola. Esto se compara con la participación mundial promedio de la ganadería de 28%. Sin embargo, el inventario ganadero es proporcionalmente menor, dada su alta productividad. Por ejemplo, la producción de carne de bovino por animal en inventario es más de tres veces mayor que el nivel mundial. La región tiene una producción de pescado pequeña en comparación con otras regiones, equivalente ahora a 4% y una participación a la baja en la producción mundial.

El consumo de alimentos per cápita en la región es el más alto de todas las regiones y es alentado por el mayor ingreso per cápita (USD 61 000) y la mayor tasa de urbanización (82%) que afectan tanto el nivel como la composición de la ingesta de alimentos. Con un ingreso real per cápita que se prevé que bajará ligeramente durante el próximo decenio, es probable que el crecimiento demográfico de 0.6% al año y los posibles cambios en las preferencias dietéticas sean los principales factores que influyan en la demanda de alimentos durante el periodo de las perspectivas. Si bien las estimaciones incluyen un considerable desperdicio de alimentos, la disponibilidad de calorías y proteínas en la región ya promedia 3 760 kcal/cápita al día y 113 g/cápita al día, cifras cerca de 30% y 37% más altas que el promedio mundial. La ingesta de alimentos es proporcionalmente alta en productos animales, con porcentajes de calorías y proteínas de 25% y 63%, respectivamente, en comparación con los promedios mundiales de 16% y 37%. Los norteamericanos consumen abundantes cantidades de aceite vegetal y edulcorantes, con porcentajes de calorías de 19% y 15% en comparación con los promedios mundiales de 10% y 7%, respectivamente. La dieta norteamericana ha provocado crecientes problemas de obesidad e incidencia de enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación, como la diabetes. No obstante, pese a este nivel de consumo agregado, se estima que de 10% a 12% de la población de la región sufre inseguridad alimentaria.

América del Norte (en particular, los Estados Unidos de América) es la región productora de biocombustibles más grande del mundo, con una participación en la producción mundial que excede 40%, consistente sobre todo de etanol derivado del maíz como materia prima y, a un grado mucho menor, biodiésel derivado del aceite de soya. No obstante, la producción ha sido impulsada en gran medida por las políticas públicas, y con normativas obligatorias cubiertas en gran medida a tasas de mezcla cercanas a la barrera de mezcla para los combustibles de transporte, y en el contexto de las proyecciones de los precios del petróleo, la era del crecimiento rápido de la producción de biocombustibles parece haber concluido.

Se prevé que la producción agrícola y pesquera de la región se incrementará con lentitud durante los próximos 10 años y la producción se elevará 7%, en comparación con un aumento en el último decenio del doble de esa tasa. La causa general de este desacelerado crecimiento la constituyen los precios bajos o débiles de los principales productos básicos agrícolas y ganaderos, la fuerza del dólar estadounidense en relación con los países competidores y la política comercial que parece limitar el crecimiento del comercio.

Después de disminuir en el último decenio, se prevé que la tierra para producción de cultivos de la región se reducirá 3.5% más para 2029. Se prevé que el uso de la tierra en la producción de cereales permanecerá en gran medida sin cambio, en 38% del uso total para cultivos, en tanto que el uso de la tierra para semillas oleaginosas bajará 2% y que en el caso de otros cultivos seguirá disminuyendo más de 10%. El mayor aumento corresponderá a las legumbres, que podrían incrementarse 6% después de un gran aumento de +80% en el último decenio. Se espera que la superficie cosechada total de la región permanezca estancada, bajando cerca de 1% para 2029 en comparación con el periodo base. La producción total de cultivos en términos cuantitativos se elevará a 774 Mt, 8% por encima del periodo base, lo cual se logrará con mejoras en el rendimiento que oscilarán entre 9% para los cereales y 11% para las semillas oleaginosas.

Con los precios reales a la baja y pese al bajo costo del forraje, la producción total de carne aumentará a 55 Mt para 2029, apenas 8.5% por encima de la base de los últimos tres años. Se espera que el de la carne de ovino sea el sector cárnico con crecimiento más rápido, pero a partir de una base muy baja. El sector avícola aumentará su predominio entre las carnes, al crecer 10%, para alcanzar una participación en la producción de la región de 47% para 2029, al aprovechar el bajo costo del forraje y una demanda relativamente firme. Se espera que el de la carne de bovino sea el subsector de más lento crecimiento dada la débil demanda interna.

Se logrará un aumento de 9.5% en la producción de leche gracias al crecimiento del rendimiento de leche de las vacas lecheras de 9%, pues los rebaños lecheros permanecen en gran medida estáticos, siguiendo las tendencias de años recientes. Del aumento en la producción de leche, una proporción cada vez mayor de la leche se asignará a los productos lácteos procesados y una menor parte a los productos lácteos líquidos, cuya producción se anticipa que disminuirá durante el periodo de las perspectivas de acuerdo con las preferencias de los consumidores.

Se espera que la producción de pescado en América del Norte, que está dominada por la producción de captura (90%), permanezca sin cambio durante el periodo de las perspectivas, ya que las bajas en la producción de pescado de captura serán compensadas con los rápidos incrementos en la acuicultura (25%), a medida que este último sector siga desarrollándose a partir de una base baja, estimulado por los bajos precios del forraje y la firme demanda de pescado.

Se anticipa que las emisiones totales de GEI provenientes de la agricultura continuarán creciendo al mismo ritmo del decenio anterior y en 2029 serán 2.5% mayores que en el periodo base. Las emisiones provenientes de las actividades ganaderas muestran menos crecimiento debido a la disminución de los inventarios de rumiantes. Sin embargo, se prevé que las emisiones del sector de cultivos aumentarán casi 3% para 2029.

Los acontecimientos en el consumo de alimentos sobre una base per cápita en la región estarán determinados en gran medida por los ajustes en las preferencias, que se prevé serán de escasa importancia. Se espera que, medido por la disponibilidad de calorías, el consumo de alimentos en América del Norte permanezca en niveles altos, pero baje ligeramente en el mediano plazo unas 38 kcal/cápita al día a 3 725 kcal al día, a medida que la tendencia descendente de los edulcorantes (-48 kcal) y los cereales (-24 kcal) compense el aumento en productos animales (13 kcal), aceite vegetal (3 kcal) y productos que no están incluidos en las Perspectivas, como las frutas y verduras. La disminución prevista en la disponibilidad de calorías es menos pronunciada en Estados Unidos (-29 kcal) que en Canadá (-112 kcal) y este último quizá experimente una baja mayor de los cereales y edulcorantes y un descenso en aceites vegetales.

La ingesta de proteínas en la región permanecerá estable en 113 g/día y la división entre fuentes animales y vegetales se mantiene en 63% y 37%, respectivamente. En el sector de la carne se espera que el consumo aumente aún más, 1.4 kg/cápita al año, debido en gran medida a un mayor consumo de carne de aves de corral, pero un menor consumo de carne de bovino. Se anticipa una menor ingesta de proteínas de productos lácteos, debida sobre todo a una baja en los productos lácteos frescos que sigue los cambios de tendencia del último decenio. Se prevé que el consumo de pescado aumentará de manera moderada. La tendencia descendente del consumo de cereales reducirá moderadamente la disponibilidad de proteínas de los principales alimentos básicos.

El uso para forraje en la región absorbe de manera significativa la producción agrícola, consumiendo más energía/calorías que el uso alimentario final (Figura 2.23). Después de la producción ganadera, se prevé que el uso de forraje total aumentará más de 9% a 292 Mt para 2029, y que las participaciones del maíz (incluidos granos secos de destilería) y la harina proteica aumentarán lentamente con el tiempo, a 68% y 16% durante el periodo.

Las materias primas empleadas en la producción de biocombustibles en la región utilizan cerca de 70% de energía/calorías de la producción agrícola como se emplean en el uso alimentario final. Se prevé que la producción de etanol de la región llegará a 65.5 Mml, un aumento de casi 6% para 2029, puesto que los precios y las políticas fomentan el uso de biocombustibles. Se anticipa que el crecimiento de la producción de biodiésel permanecerá sin cambio. Las perspectivas para los biocombustibles están muy supeditadas a la evolución del sector energético y a las políticas sobre biocombustibles de la región.

Si bien el superávit comercial creció más de 30% en el último decenio, la posición de la región como la mayor exportadora neta a nivel mundial fue superada por la región de América Latina y el Caribe (ALC) y se espera que esto prevalezca durante el periodo de las perspectivas. Se prevé que el crecimiento de las exportaciones netas será solo de 14%. Tanto las exportaciones como las importaciones registrarán un crecimiento más lento. Las razones de este se relacionan con el debilitamiento de la demanda interna y externa, afectada hasta cierto grado por un dólar estadounidense más alto. Las relaciones comerciales, en particular entre Estados Unidos y China, afectarán sustancialmente a la región, ya que el comercio bilateral ha sido significativo. Recientes acuerdos celebrados entre estos dos países podrían sentar las bases para reanudar y posiblemente ampliar las oportunidades comerciales. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), mejorará el comercio intrarregional, en especial para ciertos productos lácteos.

Se prevé que el volumen de las exportaciones, medido a precios internacionales de productos básicos en 2004-2006, aumentará 11% en comparación con un incremento de 25% en el último decenio. Las razones del crecimiento más lento en comparación con el periodo base también se relacionan sobre todo con exportaciones de soya que no recuperaron su punto máximo antes de que China impusiera aranceles, así como con la carne de cerdo, donde el rápido aumento del pasado decenio disminuirá durante el periodo. En fechas recientes, la región perdió una considerable participación en el comercio de cereales y semillas oleaginosas, y se anticipa que dicha tendencia continuará dada la mayor competencia de las regiones de ALC y de Asia Central (Figura 2.24). Al mismo tiempo, se espera que se mantengan las crecientes participaciones de la carne de cerdo y la LDP.

En términos relativos, la región no es una gran importadora de los productos básicos agrícolas que se abarcan en estas Perspectivas, y gran parte de ellos se maneja en comercio intrarregional (que no se analiza en estas Perspectivas). Se prevé que las importaciones se desacelerarán solo 4% para 2029. La región solía ser una gran importadora neta de carne de bovino, y, si bien todavía tiene un gran porcentaje de las importaciones mundiales (18%), en el último decenio se convirtió en una exportadora neta y se espera que esta tendencia continúe. La región se mantiene como una importadora relativamente grande de pescado, con una participación en los mercados mundiales de 14%, y se estima que para 2029 las importaciones crecerán 4%.

La región de América Latina y el Caribe10 abarca cerca de 8.5% de la población mundial y para 2029 añadirá otros 60 millones de personas. Su población urbana aumentará en 66 millones de personas, lo que impulsará la tasa de urbanización a 83%, la más alta entre las regiones en desarrollo. La mayoría de la población pobre de la región habita en zonas urbanas. Las estructuras agrícolas de la región son muy diversas: en el Cono Sur, en particular en Argentina y Brasil, predominan grandes explotaciones agrícolas comerciales y orientadas a la exportación, pero también hay cerca de 15 millones de pequeños productores y explotaciones familiares responsables de gran parte de la producción de alimentos de la región.

Una considerable incertidumbre económica ha afectado a la región. Los ingresos per cápita aumentaron a una tasa de solo 0.1% en el último decenio, con volatilidad en el tipo de cambio, sobre todo en Argentina. Se supone que los ingresos en la región reanudarán su crecimiento a 1.8% al año para alcanzar un promedio de USD 12 000 per cápita. Se estima que la participación promedio de los alimentos en el gasto familiar es de cerca de 15% en 2017-2019, lo que implica que la macro inestabilidad y los precios de los alimentos han afectado considerablemente el bienestar.11

Con abundancia de tierras y agua, la región representa 13% de la producción mundial de productos básicos agrícolas y pesqueros y 25% de las exportaciones de estos; las cifras destacan la importancia para la región de la apertura comercial a nivel mundial. Por consiguiente, la demanda de exportaciones será la fuente fundamental de crecimiento para el sector en el mediano plazo.

Pese a la relevancia de las exportaciones, los sectores agrícolas y pesqueros primarios ahora desempeñan un papel discreto en la economía, al representar cerca de 5% del PIB. En lo que respecta a otras regiones, se anticipa que esta participación disminuirá aún más en el mediano plazo.

Se prevé que la producción agrícola y pesquera de la región de América Latina y el Caribe aumentará 14% durante los próximos 10 años. Casi dos tercios de dicho crecimiento (65%) pueden atribuirse al crecimiento de la producción de cultivos, cerca de 28% al sector ganadero y el 7% restante se debe al incremento de la producción pesquera.

Un crecimiento intensivo será importante para el incremento de la producción de cultivos. Se prevé que el uso de la tierra de cultivo se elevará 3%, en tanto que la superficie de cultivo cosechada crecerá 6%, debido a un aumento en las cosechas múltiples al año. La superficie cosechada total de la región aumentará 9 Mha; casi 54% provendrá de mayores cultivos de soya y 19% de un mayor cultivo de maíz. La región seguirá siendo el mayor productor de soya, con una participación en la producción mundial de más de 54% para 2029. Se espera que el rendimiento promedio aumente durante los próximos 10 años y que explique la mayor parte del crecimiento de la producción de cereales, legumbres, raíces y tubérculos y caña de azúcar. El incremento en el rendimiento representará 75% del aumento de la producción de maíz y más de 50% de la producción de soya.

El crecimiento de la producción ganadera se basará en gran medida en el crecimiento intensivo, con un mayor uso de cereales forrajeros en la producción. Se espera que los pastizales bajen marginalmente hacia 2029 y que la participación de la región en la pastura mundial permanezca en 17%. El incremento de la carne de bovino seguirá aumentando los números de este ganado en Brasil y Argentina, pues se prevé que el ciclo de expansión de los rebaños se mantenga fuerte. Los bajos precios de los cereales forrajeros apoyarán la producción de carne de aves de corral y de cerdo, debido a los procesos de producción intensivos en forraje.

La producción de pescado se recuperará de la contracción experimentada durante los pasados 10 años y más de la mitad del crecimiento de la producción es atribuible al desarrollo de la acuicultura en varios países de la región. El consumo de pescado también se elevará 0.8 kg/cápita, pero a un ritmo más lento que el de las tendencias históricas.

Se prevé que las emisiones de GEI crecerán marginalmente, 4% al año durante el próximo decenio, con un aumento de 5% de fuentes animales. Se espera que las emisiones de fuentes de cultivos permanezcan sin cambios para 2029.

Se prevé que la ingesta de calorías per cápita aumentará 3 100 kcal/día, lo que representa un incremento de 78 kcal/día en comparación con el periodo base 2017-2019; más de 60% del aumento provendrá de los productos vegetales, incluidos cereales y aceite vegetal. La ingesta de calorías de azúcar bajará después de un descenso a largo plazo del consumo de azúcar en la región. Sin embargo, la región continuará siendo la mayor consumidora de azúcar del mundo, con una ingesta de 39 kg/cápita al año, muy por encima del promedio mundial de 24 kg/cápita al año. Se han emprendido iniciativas en toda la región dirigidas a resolver la creciente prevalencia del sobrepeso y la obesidad.

La ingesta de proteínas per cápita podría aumentar a 87 g/día, es decir un incremento durante el periodo de 2.8 g/día. Casi 60% de este provendrá de productos animales y el mayor aumento se deberá a un mayor consumo de productos lácteos. En lo que respecta a su perfil de ingresos medios, la región es un gran consumidor de carne, casi 60 kg/año, casi el doble de los niveles mundiales. Sin embargo, se prevé que el consumo de carne per cápita se incrementará solo 2.4% durante el próximo decenio, a medida que los consumidores eleven su ingesta de proteínas proveniente de otras fuentes.

Se espera que la creciente intensificación del sector ganadero conduzca a un aumento de 35% en el uso del forraje durante el periodo. La mayor parte del aumento provendrá del maíz, cuyo uso alimentario se elevará casi 50%, aunque también se prevé que la harina proteica aumentará 35%.

Un alto porcentaje de la producción de caña de azúcar seguirá dirigido a la producción de etanol, consumiendo hasta 58% de la producción de caña de azúcar, ya que se espera que el programa Renovabio de Brasil sostenga el papel preponderante del país en los mercados de etanol. La producción de etanol aumentará 8.3 Mml y representará 45% del crecimiento mundial durante los próximos 10 años. La manera en que los mercados mundiales de energía evolucionarán será una gran incertidumbre para el sector.

El comercio es clave para el éxito de los sectores agrícola y pesquero y el porcentaje de la producción comercializado aumentará cada año, llegando a más de 28% hacia 2029 para estos sectores. En el caso de los dos principales exportadores, la participación de Argentina en la producción exportada podría aumentar a 52% y la de Brasil a 34%. La participación de Paraguay en la producción exportada será más alta, de casi 70%. No obstante, muchos países de la región son importadores netos de los productos básicos que se abarcan en estas Perspectivas, como México y Perú.12 Estos datos no incluyen el comercio de frutas y verduras, y países como Costa Rica y Ecuador exportan un gran porcentaje de su producción de frutas y verduras.

El aumento de la oferta en la región permitirá que se mantenga como una importante exportadora mundial de maíz, soya, carne de vacuno, carne de aves de corral y azúcar. Las participaciones de mercado de la región en lo que respecta a los productos básicos clave aumentarán en el mediano plazo. Para 2029, la región representará 60% de las exportaciones mundiales de soya y harina proteica, 40% de las exportaciones mundiales de maíz, 39% de las exportaciones de azúcar y 35% de las exportaciones de carne de bovino y carne de aves de corral.

El estatus de la apertura mundial al comercio tendrá consecuencias importantes para el sector. Los acuerdos comerciales, y en particular las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos, serán los que más impacto causen en el perfil comercial de la región. El Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y Mercosur finalizado apoyaría un mayor crecimiento de los sectores agrícola y pesquero de la región.

Notas

← 1. Sudeste asiático: Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam. Otros: Pakistán, Oceanía y otros países en desarrollo de Asia. Menos Adelantados: Asia Menos Adelantados. Desarrollados: Australia, Japón, Nueva Zelanda, Corea. Para las regiones mencionadas, consulte el Cuadro condensado para la agrupación regional de países.

← 2. La fuente es la base de datos 2011 del Proyecto de Análisis del Comercio Global (GTAP). Se aplicó la interpolación utilizando los datos de gastos y los datos del PIB para la región.

← 3. Para las regiones mencionadas, véase el Cuadro condensado para la agrupación regional de países.

← 4. En el informe OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas 2016-2025 se puede encontrar información regional más detallada.

← 5. Fuente: OCDE-FAO interpolado para 2017-2019 de la base de datos del Proyecto de Análisis del Comercio Global (GTAP) 2011, utilizando los datos sobre el gasto en alimentos y el PIB utilizados en estas Perspectivas.

← 6. Oriente Medio: Arabia Saudita y Otros Asia Occidental. Menos Adelantados: África del Norte Menos Adelantados. África del Norte: Otros África del Norte. Para las regiones mencionadas, véase el Cuadro condensado de la agrupación regional de países.

← 7. Fuente: OCDE-FAO interpolado para 2017-2019 de la base de datos del Proyecto de Análisis del Comercio Global (GTAP) 2011, utilizando los datos sobre el gasto en alimentos y el PIB utilizados en estas Perspectivas.

← 8. Para las regiones mencionadas, véase el Cuadro condensado para la agrupación regional de países.

← 9. Estos datos sobre participaciones se extrapolan de la base de datos del Proyecto de Análisis del Comercio Global (GTAP) 2011, utilizando los datos sobre el gasto en alimentos y el PIB obtenidos de la base de datos de las Perspectivas.

← 10. Otros ALC: Chile, Colombia, Paraguay, Perú y América del Sur y América Central y el Caribe. Para las regiones mencionadas, véase el Cuadro condensado para la agrupación regional de países.

← 11. Esta estimación se realiza a partir de la base de datos del Proyecto de Análisis del Comercio Global (GTAP) 2011, utilizando estimaciones de los gastos de alimentos y el PIB.

← 12. Este análisis se basa en los precios internacionales de referencia de los productos básicos en dólares estadounidenses constantes de 2004-2006. Los datos incluyen los valores de los productos básicos que se abarcan en las Perspectivas.

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