OECD Multilingual Summaries

Global Outlook on Financing for Sustainable Development 2019

Time to Face the Challenge

Summary in Spanish

Perspectivas generales sobre el financiamiento para el desarrollo sostenible 2019

Momento de enfrentar el desafío

Resumen en español

Las Metas de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 han redefinido las ambiciones mundiales: crear un mundo mejor para todos es una responsabilidad colectiva. A medida que pasa el tiempo, este programa se vuelve más apremiante; los desafíos como la pobreza extrema y el cambio climático solo pueden resolverse a través de una respuesta mundial y colectiva.

La Agenda de Acción de Addis Abeba (AAAA) proporciona el marco para financiar estas ambiciones colectivas. Insta a un conjunto variado de actores —gobiernos, empresas, fundaciones y personas— a movilizar mayores recursos financieros, de manera más coordinada, en aras de un crecimiento económico que aumente el bienestar de los seres humanos y preserve el medio ambiente, sobre todo en los países en desarrollo.

Sin embargo, a tres años de que se suscribiera la AAAA en 2015, no se ha materializado el aumento prometido en la disponibilidad de recursos para que esos países alcancen las Metas de Desarrollo Sostenible. Los ingresos gubernamentales, el principal pilar de fondos para el desarrollo en USD 4.3 billones, se mantienen en promedio en los países de bajos ingresos por debajo del 15% del PIB, umbral que a menudo se considera necesario para el funcionamiento eficaz del estado.

De manera preocupante, la oferta general de recursos externos para los países en desarrollo se ha reducido. En particular, la inversión privada mostró una disminución drástica, la Inversión Extranjera Directa se redujo 30% durante el periodo 2016‑2017 a USD 750 mil millones, y el financiamiento del proyecto disminuyó en un alarmante 30% solo en el primer trimestre de 2018. Otros flujos financieros importantes se mantienen estables, pero siguen siendo menores al comparar: las remesas de los migrantes alcanzaron un máximo histórico de USD 466 mil millones en 2017; la Ayuda Oficial para el Desarrollo es constante a pesar de las presiones fiscales en los países que la suministran, en 2017 fue de USD 146.6 mil millones; y la filantropía contribuyó con un promedio de USD 7.9 mil millones anuales de 2013 a 2015. En cuanto al financiamiento innovador, este todavía representa una parte menor de los esfuerzos de los proveedores oficiales, aunque está creciendo.

La disminución del financiamiento para el desarrollo sostenible no solo es un riesgo para los países en desarrollo, sino una amenaza general; ya que no lograr una prosperidad duradera y pacífica a nivel mundial tendrá consecuencias para todos.

Por lo tanto, esta primera edición de Perspectivas generales sobre el financiamiento para el desarrollo sostenible exige actuar con prontitud y audacia para implementar la Agenda de Acción de Addis Abeba y cumplir la promesa de la Agenda 2030, tanto internamente como en el exterior. No bastará con buscar que se movilice una mayor cantidad de recursos financieros para los países en desarrollo, se debe mejorar la calidad —o efectos del desarrollo sostenible— de todo el financiamiento.

Perspectivas Generales identifica tres áreas para efectuar reformas. En primer lugar, la medición: necesitamos mejores indicadores y herramientas para evaluar el volumen de los flujos financieros, pero también su convergencia con las Metas de Desarrollo Sostenible. La medición debe ampliarse —aparte de la ayuda— a todos los flujos de todos los actores, y a la trayectoria de los flujos hacia Metas de Desarrollo Sostenible y objetivos del desarrollo específicos. Por ejemplo, un dólar invertido en actividades contaminantes no puede contarse del mismo modo que un dólar invertido en energía ecológica. Debe crearse una cultura de evaluación e impacto para entender los efectos reales de los recursos, así como las compensaciones recíprocas y las sinergias. Por ende, el informe demanda una nueva iniciativa de transparencia como primer paso para solucionar estas deficiencias.

En segundo lugar, se necesitan reformas de política pública para cambiar los billones; es decir, crear incentivos para que una mayor proporción del financiamiento total disponible se invierta en desarrollo sostenible. Esto incluye apoyar la capacidad de los países en desarrollo para aprovechar al máximo las opciones de financiamiento, al dirigir a los proveedores del financiamiento hacia normas elevadas y evitar las prácticas perjudiciales como la defraudación y evasión fiscal, y promover una mayor coherencia de las políticas públicas para el desarrollo sostenible en los países de origen de los proveedores, por ejemplo, a través de regímenes fiscales y sistemas de inversión, y trabajos para reducir el costo de las transferencias de las remesas.

En tercer lugar, debemos perfeccionar la coordinación de los diversos actores en sus operaciones, para asociar mejor la oferta y la demanda de financiamiento para el desarrollo sostenible. En particular, las estrategias de desarrollo de los países deben relacionarse mejor con el financiamiento disponible. Ya se cuenta con varias herramientas de diagnóstico y directrices para ayudar a diseñar estrategias de ese tipo e identificar los recursos de contrapartida, pero la coordinación en los países sigue siendo insuficiente. Perspectivas Generales insta a los donantes a proporcionar un apoyo más coherente a los países mientras estos crean los Marcos de Financiamiento Nacional Integrado requeridos por la Agenda de Acción de Addis Abeba.

El ambicioso programa de cambio que se presenta en esta edición inaugural de las Perspectivas Generales se propone apoyar las tareas dirigidas por las ONU para implementar la Agenda 2030 y la Agenda de Acción de Addis Abeba. El informe atribuye a los proveedores de cooperación para el desarrollo de la OCDE la responsabilidad de utilizar todos los recursos disponibles para apoyar la visión y elección de los países asociados para su desarrollo sostenible. Recomienda medidas concretas, identifica áreas para un mayor diálogo sobre políticas y señala las lagunas de conocimiento que se intentará cubrir en las siguientes ediciones.