5. Azúcar

Se espera que en la actual campaña de comercialización del azúcar (octubre de 2019 - septiembre de 2020), la producción disminuya de manera importante, en comparación con las dos últimas temporadas de excedentes, en las que India superó a Brasil como el principal productor de azúcar del mundo.1 Sin embargo, Brasil deberá recuperar su posición de liderazgo, ya que la producción de India se ve afectada por condiciones climáticas desfavorables. El clima seco también afectó la producción de la Unión Europea y de Tailandia, ambos mercados importantes del azúcar. El único aumento notorio en la producción de azúcar tiene lugar en la Federación de Rusia, donde se espera que una cosecha abundante genere un exceso de oferta en el mercado. En el mundo, el nivel de producción de la temporada actual se acercará al nivel promedio del decenio anterior.

El consumo mundial per cápita de edulcorantes calóricos sigue en aumento, aunque con notables diferencias regionales. Ha alcanzado niveles altos en los países desarrollados, en América del Sur y en algunos países asiáticos productores de azúcar, donde el crecimiento es bajo o incluso negativo. En África y la mayor parte de Asia (Figura 5.1), los niveles de consumo son bajos y el crecimiento esperado es fuerte. La pandemia del COVID-19 está causando un fuerte impacto sobre la demanda. El consumo fuera del hogar disminuyó de manera significativa como resultado de las medidas de distanciamiento físico y otras restricciones impuestas para reducir la propagación del virus. Ahora se reconoce ampliamente que los niveles altos de consumo de azúcar pueden contribuir a enfermedades y problemas de salud como diabetes, sobrepeso y obesidad. En consecuencia, los países con un alto consumo de azúcar están tomando medidas para reducir la ingesta de dicho producto.

Antes del brote del coronavirus, los inventarios de azúcar se estaban reduciendo y casi la mitad de su reducción tenía lugar en India. Ahora, con un consumo y un comercio inciertos, el estado final de las reservas mundiales para la temporada es también incierto.

En términos reales, se espera que los precios del azúcar sin refinar y del azúcar blanco permanezcan estables durante el periodo de proyección, en tanto que en términos nominales, se prevé que los precios tendrán una tendencia ligeramente ascendente (+2% al año). Esto se debe a la proyección de un balance del mercado mundial más ajustado (oferta más cercana a la demanda) que el del decenio anterior. Se prevé que la relativamente pequeña prima del azúcar blanco (la diferencia entre los precios del azúcar blanco y el azúcar sin refinar), de USD 70/tonelada (t) durante el periodo base (2017-2019), aumentará ligeramente en términos absolutos a USD 83/t hacia 2029.

Se prevé que la producción de caña de azúcar y de remolacha azucarera crecerá con el impulso de la expansión de la superficie y también de las mejoras de los rendimientos. Se espera que el crecimiento sea mayor en el caso de la caña de azúcar debido sobre todo a una expansión más rápida de la superficie. La producción y el procesamiento de la remolacha azucarera están más mecanizados y continuarán beneficiándose de los aumentos de la productividad. La caña de azúcar, cultivada sobre todo en los países tropicales y subtropicales de Asia, América Latina y África, se mantendrá como el principal cultivo utilizado para producir azúcar.

Se prevé que la producción mundial de azúcar se recuperará de la caída actual y se elevará 15%, de 176 millones de toneladas (Mt) en el periodo base a 203 Mt hacia 2029; 96% del aumento previsto provendrá de los países en desarrollo. Los supuestos económicos que sustentan las proyecciones, en particular la depreciación del real brasileño ante el dólar estadounidense, ayudarán en el proceso de reanudación de la inversión en el sector, al ser los precios de exportación del azúcar de Brasil lo suficientemente atractivos como para potenciar su producción y dirigirla a los mercados internacionales. A partir del 1 de enero de 2020, Renovabio, el programa federal brasileño para frenar las emisiones de carbono, aumentará el consumo de etanol, lo cual beneficiará a la industria de la caña de azúcar. Se prevé que Brasil mantendrá su posición como el mayor productor de azúcar del mundo y hacia 2029 representará cerca de 18% de la producción mundial de azúcar. Se espera que India y Tailandia se recuperen de manera progresiva de su temporada actual de baja producción y que para 2029 India alcance niveles cercanos a los de Brasil. En términos absolutos y en comparación con el periodo base, se prevé que los cambios más importantes en la producción mundial ocurrirán en Brasil (+7.0 Mt), India (+4.6 Mt), Tailandia (+2.8 Mt) y la República Popular China (en adelante, China) (+1.4 Mt). Se prevé que, para responder al aumento de los precios nominales y al creciente consumo mundial, la tasa de crecimiento promedio anual de la producción de azúcar será ligeramente mayor que la del decenio anterior.

En Asia, se espera que para 2029, impulsada por la expansión económica sostenida y el moderado crecimiento demográfico, la demanda de azúcar represente más de la mitad del consumo mundial. En términos absolutos, África experimentará un crecimiento demográfico similar al de Asia, aunque el incremento en su consumo de azúcar deberá ser significativamente menor. Se prevé que el incremento del consumo de azúcar en África (en términos absolutos) será de menos de la mitad del previsto para Asia. En términos del consumo per cápita, se espera una ligera desaceleración en la tasa de crecimiento de ambas regiones.

En otras partes del mundo, en especial en los países de ingresos altos, el consumo per cápita seguirá bajando debido a los cambios en los hábitos de los consumidores relativos a la ingesta de azúcar. Se prevé que el consumo del principal edulcorante calórico alternativo, el jarabe de glucosa rico en fructosa (HFCS, por sus siglas en inglés), se incrementará 1.9 Mt y llegará a 15 Mt en 2029, gracias sobre todo al aumento de la demanda en China, donde los niveles de consumo per cápita son muy bajos. La mayor conciencia de los efectos en la salud de los niveles altos de consumo de edulcorantes calóricos, reforzada con las medidas políticas, afectará a las tendencias de consumo. El azúcar y el HFCS seguirán representando cerca de 90% del mercado de edulcorantes.

Las proyecciones se basan en varios supuestos, entre ellos las tendencias de la productividad, las condiciones macroeconómicas y las políticas nacionales para el subsector del azúcar. En el corto plazo, la pandemia del COVID-19 es la mayor fuente de incertidumbre, que afecta a las condiciones macroeconómicas, el consumo y el comercio. Sin embargo, podría incidir en la producción 2020/2021 en los sistemas de producción intensivos en mano de obra de India y Tailandia. Además de la pandemia, una fuente principal de incertidumbre para las Perspectivas se relaciona con la ubicación de la caña de azúcar entre el etanol y el azúcar en Brasil. Las fluctuaciones en el precio del petróleo crudo y el programa de etanol Renovabio podrían causar fuertes efectos en el mercado internacional del azúcar al alterar los niveles de exportación de Brasil. La producción en India se caracteriza por las frecuentes oscilaciones de la producción y estas podrían repercutir en el mercado internacional, puesto que India es también el mayor consumidor del mundo. Por otra parte, India y Tailandia tienen proyectos de bioetanol que, de realizarse, podrían reducir la disponibilidad de la caña para la producción de azúcar, lo cual también afectaría seriamente a los mercados. Las crecientes preocupaciones sobre temas de salud relacionadas con el consumo excesivo de edulcorantes calóricos son también una fuente de incertidumbre, pues pueden reducir el crecimiento de la demanda y llevarlo a niveles menores que los contemplados en estas Perspectivas. Por último, el hecho de que el sector del azúcar siga estando muy regulado constituye una fuente de incertidumbre para las proyecciones.

Los precios del azúcar disminuyeron en años recientes a niveles no registrados desde mediados del pasado decenio. Se prevé que durante el periodo de las perspectivas se incrementarán en términos nominales. Con el retorno a una mayor rentabilidad, los principales exportadores (sobre todo Brasil) reanudarán sus exportaciones de azúcar. Bajo el supuesto de condiciones climáticas normales, se espera que los rendimientos de los cultivos de azúcar, en particular en India y Tailandia, vuelvan de manera paulatina a niveles más coincidentes con la tendencia observada en años anteriores. Se prevé que el crecimiento de la demanda mundial permanecerá dentro del rango del crecimiento registrado en el decenio anterior. Eso provoca estabilidad en los precios reales del azúcar durante el transcurso del periodo de las perspectivas. Se espera que, en términos absolutos, las reservas mundiales se repongan lentamente. En términos relativos, a partir de 2022, se estabilizarán con un coeficiente reservas-utilización cercano a 44.7%.

Se estima que, en el mediano plazo, los precios reales del azúcar permanecerán en los niveles de 2019 (Figura 5.2), esto es, por debajo del promedio de los últimos 20 años, cuando los precios experimentaron una presión al alza por la competencia de los biocombustibles (etanol). Se prevé que para 2029, el precio nominal mundial será de USD 386/t (USD 17.5 centavos/libra [cts/lb]) para el azúcar sin refinar y USD 469/t (USD 21.3cts/lb) para el azúcar blanco. Se prevé que la prima del azúcar blanco aumentará ligeramente, a USD 83/t al final del periodo de las perspectivas, como resultado de una demanda ligeramente creciente.

Se espera que los mercados del azúcar registren una lenta recuperación, ya que el sector es intensivo en capital y algunas inversiones se pospusieron debido a los bajos precios. Se prevé que la producción de azúcar se elevará debido, entre otras cosas, a la flexibilidad de los molinos de azúcar para alternar entre la producción de azúcar y la producción de etanol, lo cual reduce los riesgos de inversión. La caña de azúcar representa cerca de 86% de los cultivos de azúcar y la remolacha azucarera equivale al resto. La caña de azúcar es un cultivo perenne que crece sobre todo en las regiones tropicales y subtropicales. Las mismas plantas pueden cosecharse durante varios años, aunque los rendimientos disminuyen con el tiempo. Además del azúcar y el etanol, la caña de azúcar también puede utilizarse para producir derivados como electricidad (con el excedente de bagazo) y bioplásticos. Sin embargo, es aún un cultivo intensivo en agua. Por el contrario, la remolacha azucarera es un cultivo anual propio principalmente de zonas de clima templado; se utiliza para producir una amplia gama de productos, desde alimentos (azúcar), forraje, bioproductos para la industria (farmacéuticos, plásticos, textiles y químicos) y etanol.

Se prevé que, durante el periodo de las perspectivas, la producción de caña de azúcar provendrá de mayores rendimientos y de la expansión de la superficie. En el caso de la remolacha azucarera, se espera que los aumentos tengan origen sobre todo en los rendimientos. Se prevé que la producción de caña de azúcar crecerá 1.1% al año, cifra ligeramente mayor que la del último decenio, y que Brasil, India y Tailandia contribuirán a 74% del cambio en el volumen de producción mundial (49%, 18% y 6%, respectivamente). Las perspectivas son menos sólidas en el caso de la remolacha azucarera, cuya producción se anticipa que crecerá 0.7% al año, en comparación con 2.1% al año durante el decenio anterior (Figure 5.3). Se esperan incrementos en Egipto (+6.9 Mt), Ucrania (+3.3 Mt), Turquía (+2.9 Mt) y China (2.9 Mt), en tanto que se prevén contracciones en la Unión Europea y la Federación de Rusia (-3.7 Mt y -1.1 Mt, respectivamente), regiones que representaron más de la mitad del aumento mundial de remolacha azucarera durante el decenio anterior.

Se prevé que el crecimiento de la producción en la Unión Europea (con respecto a 2017-2019, el periodo posterior a la cuota que inició con una cosecha de azúcar sin precedente) será uno de los más bajos. En la Federación de Rusia, pese a la sólida estrategia nacional en pro de la autosuficiencia de los últimos años, la cual generó un enorme excedente de producción en 2019, los costos de producción deberán permanecer altos y, según se prevé, la producción de azúcar no sobrepasará los niveles alcanzados durante el periodo base. En el sector azucarero de Estados Unidos, donde se producen ambos cultivos de azúcar, se prevén mayores rendimientos, pero los crecientes costos de los insumos (por ejemplo, de las tecnologías de cosecha mejoradas) amortiguarán el crecimiento de la producción de remolacha azucarera después de algunos años; mientras tanto, se espera cierto incremento en la producción de caña de azúcar, puesto que este cultivo es más estable por su naturaleza perenne.

Se prevé que durante el periodo de las perspectivas los porcentajes de los cultivos de azúcar utilizados para producir azúcar y etanol se ubicarán cerca de 78% para la producción de azúcar (75% en el caso de la caña de azúcar y 96% en el de la remolacha azucarera) y 22% para producir etanol. Brasil se mantendrá como el principal productor de azúcar y de etanol basado en caña de azúcar, al producir 39% de la caña de azúcar a nivel mundial hacia 2029. Esta caña de azúcar se utilizará para 18% de la producción mundial de azúcar y 90% de la producción mundial de etanol basado en caña de azúcar (en comparación con 17% y 91% durante el periodo base).

A partir de 2020, se prevé que la producción mundial aumentará de nuevo a una tasa de crecimiento promedio más fuerte que la del decenio anterior (1.4% frente a 0.8% al año), como respuesta a los atractivos precios del azúcar impulsados por un crecimiento constante de la demanda mundial. Se espera que la mayor parte de los aumentos en la producción tenga lugar en países en desarrollo, que se anticipa representarán 78% de la producción mundial de azúcar en 2029 (en comparación con 75% en el periodo base). Las principales regiones son Asia y América Latina. Se prevé que Asia elevará su participación en la producción mundial de 41.2% durante el periodo base a 41.6% en 2029, y América Latina de 29.2% a 30.2%.

Brasil, el mayor proveedor del mundo, ha estado constantemente endeudado durante los últimos 10 años. El déficit mundial actual, que impulsa el aumento de los precios, así como la depreciación del real elevan la rentabilidad de este sector, lo cual atrae la inversión. Sin embargo, el sector azucarero brasileño seguirá enfrentando el reto de los biocombustibles y más de la mitad de su caña de azúcar se utilizará para producir etanol. Sin embargo, el predominio de Brasil como el principal productor y exportador del mundo se mantendrá durante el periodo de las perspectivas y se prevé que para 2029 su producción ascenderá a 37 Mt (+7 Mt en comparación con el periodo base).

El segundo mayor productor de azúcar del mundo es India, donde se espera que la producción se recupere de los niveles bajos actuales y se incremente de manera progresiva, impulsada en parte por un renovado apoyo público a este sector. Sobre la base de retornos remunerativos, se prevé que la producción aumentará 4.4 Mt durante el próximo decenio y llegará a 35 Mt en 2029. Tailandia mantendrá su posición en el mercado como el cuarto mayor productor del mundo (el tercero es la Unión Europea) y se prevé que experimentará un crecimiento anual promedio similar al del decenio anterior, al recuperarse paulatinamente de la ligera disminución registrada en la temporada actual y estimulada por los precios mundiales del mercado del azúcar. Se prevé que Tailandia producirá hasta 15.8 Mt hacia 2029. Se espera que China experimente un crecimiento acelerado de la producción de caña de azúcar y de remolacha azucarera durante los primeros años del periodo de proyección, con el apoyo del Plan Nacional 2015-2020. No obstante, se prevé que los costos de producción se mantendrán en un nivel alto en comparación con los de los países vecinos. Ciertas medidas de protección también limitan las importaciones competitivas. Se espera que estos factores continúen salvaguardando al sector. Se prevé que hacia 2029 la producción de azúcar de China alcanzará 12.2 Mt. En Pakistán, el gobierno brinda un fuerte apoyo al sector azucarero mediante precios de garantía para los agricultores. Se prevé que la producción aumentará, pero a una tasa de crecimiento anual más baja, 2.7% en comparación con 3.6% durante el último decenio, para sumar 7.4 Mt hacia 2029.

En África (sin incluir Sudáfrica), el crecimiento de la producción será impulsado por el alza en los precios reales del azúcar. Se prevé que la producción de azúcar aumentará 40% para llegar a 15.8 Mt a finales de 2029 en comparación con el periodo base, debido al incremento de la producción de los países subsaharianos, que está respaldado por inversiones a nivel de las granjas y los molinos. Pese a este crecimiento de la producción, el continente seguirá representando un pequeño porcentaje de la producción mundial (8% en 2029).

Durante el último decenio, los países desarrollados representaron más de una cuarta parte del aumento de la producción mundial de azúcar, con crecimientos significativos en la Unión Europea, la Federación de Rusia, Australia y Estados Unidos. Sin embargo, se prevé que esta participación disminuirá a 4% durante el periodo de la proyección (Figura 5.4), con un crecimiento previsto de solo 0.8% al año (en comparación con 1.7% al año de los países en desarrollo). De este grupo de países y en lo que respecta al periodo base, se prevé que solo Sudáfrica aumentará su producción de manera significativa (+0.5 Mt). En la Unión Europea y la Federación de Rusia, los niveles de producción no deberían cambiar mucho durante los siguientes 10 años. De todas maneras, la Unión Europea mantendrá su posición como el tercer mayor productor del mundo. En cuanto a la Federación de Rusia, las medidas emprendidas en los últimos años hacia el logro de la autosuficiencia han sido exitosas, pero el país es aún un productor con altos costos, cuyas exportaciones no son suficientemente competitivas para que la producción siga en aumento durante el próximo decenio. No se espera gran cambio en Estados Unidos, ya que el sector azucarero sigue estando muy determinado por políticas gubernamentales que apoyan la producción interna. Algunas de estas políticas son las siguientes: el Programa de Crédito Azucarero, que respalda los precios pagados a los agricultores; las Cuotas de Comercialización del Azúcar, que obligan o alientan a los productores a abastecer 85% del consumo interno; el Programa de Flexibilidad con Materia Prima, dirigido a desviar todo excedente de azúcar a la producción de etanol en lugar de las confiscaciones de préstamos de azúcar a la Corporación de Crédito para Productos Básicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), y las barreras comerciales que limitan las importaciones (TRQ, acuerdos regionales y los Acuerdos de Suspensión del azúcar con México).

Después de un periodo a corto plazo durante el cual India continuará llevando a cabo la mitad de la reducción de las existencias mundiales de azúcar, el mercado retornará al superávit y las existencias mundiales de azúcar aumentarán de manera moderada durante el próximo decenio. Se prevé que el coeficiente reservas-utilización mundial regresará a un nivel cercano a su promedio de largo plazo de 45% (en comparación con 49% en el periodo base).

Se prevé que el consumo mundial de azúcar seguirá en aumento en torno a 1.4% al año y llegará a 199 Mt hacia 2029, sostenido por el crecimiento demográfico y el incremento de los ingresos. Durante el periodo de las perspectivas, se espera que el nivel promedio mundial de consumo per cápita se incremente de 22.5 kg/cáp a 23.5 kg/cáp, aunque se presentarán variaciones considerables entre las regiones y los países (Figura 5.5). Se prevé que los aumentos en el consumo mundial de azúcar durante los próximos 10 años provendrán exclusivamente de los países en desarrollo; en otros mercados más maduros en general se prevén tendencias a la baja. Asia y África serán los que más contribuyan a la demanda adicional, al representar 68% y 30% de la demanda adicional, respectivamente. En esas dos regiones con déficit de azúcar, los niveles de consumo suelen ser bajos en comparación con los de otras regiones y las perspectivas de crecimiento son altas. La tasa de crecimiento más alta de Asia provendrá de una mayor demanda de productos de repostería y bebidas con un rico contenido en azúcar, por lo general en zonas urbanas, en tanto que la de África provendrá de un mayor consumo directo debido en gran medida al crecimiento demográfico. En América Latina, donde ya prevalecen altos niveles de consumo per cápita, se prevé poco crecimiento (2% durante todo el periodo de las perspectivas).

En Asia, se espera que India, seguida por Indonesia, China y Pakistán, experimente los mayores aumentos en el consumo de azúcar. El consumo per cápita es muy bajo en China y en los PMA de Asia (menos de 13 kg al año durante el periodo base), pero la tasa de crecimiento anual en estos países no cambiará mucho en comparación con el decenio anterior, ya que las personas no muestran preferencia por los productos dulces y los hábitos alimentarios cambian con lentitud. En África, se prevé que los mayores aumentos en el consumo total corresponderán a Egipto y a varios países subsaharianos, pero el consumo per cápita seguirá por debajo de 14 kg al año en los países subsaharianos menos adelantados, entre ellos Etiopía y Nigeria.

En cambio, se espera que el nivel del consumo de azúcar per cápita en muchos países desarrollados continúe a la baja, debido a la mayor preocupación acerca de los efectos negativos para la salud del consumo excesivo de azúcar: aumento de peso poco saludable que incrementa el riesgo de contraer diabetes (tipo 2), enfermedades cardiacas y caries. Varios países han instaurado impuestos sobre los productos azucarados calóricos, con la intención de reducir el consumo de azúcar. México fue el primer país en hacerlo a nivel nacional en 2014. Como consecuencia, algunas empresas multinacionales redujeron los tamaños de las porciones, disminuyeron la cantidad de edulcorantes calóricos o sustituyeron la cantidad de azúcar por una cantidad equivalente de edulcorantes artificiales, que tienen un sabor más dulce pero menos calorías.

Según las previsiones, la disminución del consumo de azúcar en los países desarrollados será más fuerte en Canadá, la Unión Europea y el Reino Unido. En Estados Unidos, se espera que el consumo de edulcorantes permanezca estable, pero se prevé que la proporción de azúcar en el consumo per cápita de edulcorantes calóricos aumente, de 62% durante el decenio anterior a 64.5% para 2029. Aún despierta polémica la idea de que el HFCS puede resultar más perjudicial para la salud que el azúcar. Se anticipa que en la Federación de Rusia la demanda de azúcar se incrementará, con base en los productos de repostería de producción nacional y las bebidas alcohólicas caseras. Todavía se debate un posible gravamen sobre el azúcar, pero se prevé que dicho producto se mantendrá como una fuente económica de calorías y que los hábitos de los consumidores no cambiarán.

Debido a su competitividad entre los refrescos azucarados calóricos, se prevé que para 2029 el consumo de HFCS (peso en seco) se incrementará 14% o 1.9 Mt. El consumo mundial seguirá limitado a unos cuantos países (Figura 5.6). Al igual que el azúcar, se supone que el consumo per cápita bajará en los países en los que el consumo total de azúcar calórico es alto. Se anticipa que China, uno de los países en los que el consumo de edulcorantes es bajo, será el principal impulsor del incremento. Debido a que es el mayor productor de almidón del mundo, se prevé que China aumentará su oferta de HFCS para cubrir una creciente demanda interna, aunque es probable que la falta de rentabilidad frene el crecimiento de la oferta. En la Unión Europea, el aumento del consumo no será tan alto como se anticipaba, debido a una competencia con el azúcar más fuerte de lo esperado. En México, se anticipa que la participación del HFCS en la demanda de edulcorantes se elevará ligeramente durante el periodo de las perspectivas porque, a manera de respuesta al impuesto sobre el azúcar instaurado en el país, las empresas tienden a sustituir este producto por “menos azúcar” en sus refrescos, aunque ambos productos están sujetos a impuestos. Por el contrario, en Estados Unidos, el productor líder de HFCS, se prevé que la demanda de este producto como proporción del consumo mundial de edulcorantes continuará a la baja, de 46% durante el periodo base a 37% en 2029. Sin embargo, se prevé que el país consolidará aún más su posición como productor líder de este edulcorante durante el próximo decenio, para cubrir la demanda prevaleciente en Canadá y en México.

Se prevé que durante el próximo decenio, las exportaciones de azúcar (Figura 5.7) seguirán muy concentradas y Brasil consolidará su posición como el principal exportador (de 35% del comercio mundial en el periodo base a 38% para 2029). El debilitamiento de su moneda frente al dólar estadounidense durante el periodo de proyección atraerá inversiones y mejorará la competitividad de su industria. Sin embargo, el mercado del azúcar de Brasil seguirá compitiendo con una fuerte producción de etanol. Se prevé que sus exportaciones de azúcar aumentarán 6.3 Mt en comparación con el periodo base.

En Tailandia, el segundo mayor exportador de azúcar del mundo, muy poco etanol (menos de 2%) se produce directamente de la caña de azúcar; más bien, se usan la melaza o la yuca. Se anticipa que este establecido productor asiático de azúcar se recuperará de manera progresiva de la caída actual de su producción, para obtener participación en el mercado internacional hacia el final del periodo de proyección, al representar 18% de las exportaciones mundiales de azúcar para 2029 (frente a 16% durante el periodo base) y llegar a 12.7 Mt de exportaciones de azúcar en 2029. Se prevé que India contará con reservas suficientes y con apoyo de las políticas públicas para mantener el nivel de sus exportaciones en cerca de 4 Mt al año durante todo el próximo decenio. En Australia, la caña de azúcar se verá limitada por la disponibilidad de tierras de regadío; debido a esta restricción, se prevé que los niveles de producción se mantendrán cerca de los niveles relativamente bajos de la temporada actual, que de todas maneras están por encima de la demanda interna. Por consiguiente, el país seguirá exportando cerca de 80% de su producción.

En 1968, la Unión Europea implementó cuotas de producción de azúcar e isoglucosa destinadas a garantizar la producción y los precios. Dichas cuotas se abolieron en 2017, lo cual provocó que los precios internos bajaran y liberó las exportaciones de su límite subsidiado por la OMC. Durante los próximos 10 años, aunque no se espera que la producción aumente, la disminución de la demanda ayudará a liberar al azúcar blanco de alta calidad para exportaciones que puedan venderse a un precio más alto. Dichas exportaciones se destinarán sobre todo a los países deficitarios en azúcar de las regiones MENA y del Lejano Oriente, aunque se enfrentarán a la competencia del suministro de las refinerías tradicionales de caña de azúcar, en particular de la región de MENA.

Las importaciones mundiales de azúcar están menos concentradas que las exportaciones (Figura 5.8). Con base en las proyecciones de las perspectivas, en Asia y África se registrará el crecimiento más fuerte de la demanda de azúcar, lo que a su vez determinará la clasificación de los principales importadores. Durante el periodo base, Indonesia y China fueron los principales importadores (con 4.8 Mt cada uno), seguidos por Estados Unidos (2.7 Mt), Malasia (2.0 Mt), Corea (1.9 Mt), la Unión Europea (1.6 Mt) e India (1.5 Mt). Se prevé que durante el próximo decenio, Indonesia, con un fuerte crecimiento del consumo, consolidará su posición como el principal importador de azúcar (7.5 Mt), seguido por China (6.3 Mt), Estados Unidos (2.7 Mt), Malasia (2.4 Mt), Corea (2.1 Mt) e India (1.5 Mt). Debido a la derogación de las cuotas de azúcar, la Unión Europea (UE) es ahora un destino de exportación menos atractivo para los países que cuentan con acuerdos comerciales preferenciales; se prevé que las importaciones de azúcar de la Unión Europea disminuirán aún más a 1.3 Mt para 2029. El comercio de HFCS de la UE no sufrirá cambios significativos, pues se espera que la producción satisfaga sobre todo la demanda interna.

En Estados Unidos, que tradicionalmente ha sido un país deficitario en azúcar, se mantendrán las políticas públicas para fomentar la producción nacional y restringir las importaciones. Las TRQ establecidas por la OMC o en los Tratados de Libre Comercio (TLC), así como la restricción a las importaciones provenientes de México debidas al Límite de Exportación estipulado por el Departamento de Comercio de Estados Unidos, regirán los flujos de importación. Debido a los precios relativamente altos del azúcar prevalecientes en Estados Unidos, México continuará exportando la mayor parte de su azúcar a este país para cubrir sus requerimientos. A su vez, se espera que México recurra a importaciones de HFCS de Estados Unidos (+2% o 250 kt en 2029) para cubrir su demanda interna de edulcorantes.

Se espera que disminuyan las importaciones en Egipto y en la Federación de Rusia. En Egipto, grandes proyectos de inversión impulsan la producción y se anticipa la reducción de las importaciones. En la Federación de Rusia, la política de autosuficiencia ha resultado exitosa y prácticamente no habría importaciones durante los próximos 10 años.

Las proyecciones presentadas en estas Perspectivas presuponen un entorno macroeconómico estable y condiciones climáticas normales; asimismo, hacen supuestos concretos respecto de diferentes variables, como los precios del petróleo crudo, las políticas públicas relacionadas (es decir, las normativas obligatorias para el etanol) o las tendencias de consumo y producción. Una perturbación en cualquiera de estas variables podría provocar desviaciones importantes de las proyecciones, en especial porque la producción y el comercio se concentran en un pequeño número de países.

En esta etapa no es posible evaluar de manera exhaustiva el impacto de la pandemia del COVID-19. Sin embargo, existen varios canales de transmisión hacia la oferta y la demanda del mercado del azúcar. Por ejemplo, las medidas de confinamiento redujeron la demanda de azúcar fuera del hogar. Es demasiado pronto para ponderar si esto tendrá algún efecto de largo plazo en la ingesta de azúcar. Aparte de los efectos específicos en lo que se refiere al azúcar, el impacto de la pandemia sobre las variables macroeconómicas, así como sobre las proyecciones de los precios del petróleo crudo, probablemente alterará los valores supuestos utilizados al preparar las Perspectivas, particularmente en lo referente al año base (octubre de 2019 a septiembre de 2020).

Las proyecciones para Brasil conllevan varias incertidumbres, en particular en relación con la consolidación financiera en curso. Estas Perspectivas se basan también en niveles supuestos del tipo de cambio del real brasileño respecto del dólar estadounidense. Una apreciación o depreciación del real afecta directamente la competitividad del sector y ejerce un impacto significativo sobre los mercados internacional y nacional. Además, la puesta en marcha del programa de biocombustibles (Renovabio) también ejercerá un efecto importante sobre el mercado de azúcar, ya que Brasil tiene la flexibilidad para cambiar con facilidad el uso de su caña de azúcar para producir azúcar o bien, etanol, según su rentabilidad relativa.

Los resultados de las Perspectivas para Tailandia incluyen una considerable incertidumbre. La temporada actual ha sido difícil para el sector, con grandes pérdidas para los molinos y los productores, de modo que no queda claro con cuánta rapidez podrá recuperarse el sector. Sin embargo, el país se ha beneficiado de fuertes inversiones durante los últimos años, las lluvias recientes probablemente mejoren los rendimientos de la temporada 2020/2021 y el gobierno brinda apoyo en materia de política para reducir los riesgos en este sector. Además, se supone que Tailandia asignará solo un pequeño porcentaje de su caña de azúcar para la producción de etanol. Si el país adopta una estrategia diferente, esto podría afectar de manera considerable al mercado mundial del azúcar, dada la gran contribución del país al comercio de dicho producto.

Las perspectivas para India son susceptibles a grandes incertidumbres. Leves cambios en las tendencias de consumo o de producción, o en las políticas relacionadas, podrían causar fuertes efectos en el mercado mundial, ya que India es el mayor consumidor y el segundo mayor productor del mundo. Por ejemplo, los cambios en el supuesto cumplimiento de los ambiciosos objetivos de la mezcla de etanol del país generarían efectos considerables sobre la oferta de azúcar a los mercados nacional e internacional. Además, la producción y las exportaciones han presentado históricamente grandes oscilaciones que pueden afectar con facilidad a las predicciones de mercado contenidas en estas Perspectivas.

Las distorsiones comerciales sobre el mercado internacional del azúcar persistirán. Los cambios en los precios internacionales del azúcar no se transfirieron del todo a los productores y consumidores internos de este producto, aunque algunos mercados de azúcar en el mundo han emprendido reformas y cambios estructurales (por ejemplo, la eliminación de las cuotas de azúcar en la Unión Europea y en Tailandia). Con el fin de proteger sus mercados internos, muchos países siguen aplicando ciertos instrumentos de política comercial. Algunos son los siguientes: i) aranceles altos fuera de cuota en China; ii) el mecanismo sudafricano de precio de referencia basado en el dólar, que garantiza un precio de importación mínimo; iii) ajustes a las TRQ de la OMC y el Límite de Exportación para México (Estados Unidos); iv) subsidios de transporte para estimular las exportaciones de azúcar y proteger los precios internos del azúcar (Pakistán e India); v) aranceles altos de importación (Unión Europea, Federación de Rusia y Estados Unidos); y vi) los acuerdos comerciales regionales (Tratado de Libre Comercio de América del Norte [TLCAN] y los Acuerdos de Asociación Económica [EPA] y la Iniciativa Todo Menos Armas [EBA] de Europa).

En vista de la creciente evidencia del efecto perjudicial del consumo excesivo de azúcar en la salud humana, las perspectivas de demanda también son inciertas. Algunos gobiernos ya fijaron impuestos a los edulcorantes calóricos para fomentar un consumo menor y esto podría reforzarse durante el próximo decenio, aunque las medidas proactivas por parte de la industria de la alimentación, como la reformulación del producto, el uso de edulcorantes alternativos y la disminución del tamaño de las porciones, podrían atenuar los efectos de tales políticas en las proyecciones.

Nota

← 1. La pandemia del COVID-19 está causando un impacto negativo significativo en la actual temporada de azúcar y las perspectivas. Sin embargo, el efecto final de esta pandemia sobre los mercados del azúcar es incierto y no se ha incluido en los datos presentados aquí.

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